Lo deja para la próxima legislatura

Hacienda descarta la subida del impuesto al diésel hasta tener controlada la inflación

El Gobierno sigue defendiendo igualar el impuesto de hidrocarburos a gasolina y gasóleo, pero lo aplaza sine díe con el beneplácito de Bruselas: “La Comisión Europea entiende perfectamente que no es el momento”

diesel

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David Page

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El Gobierno sigue defendiendo la necesidad de subir el tipo del impuesto de hidrocarburos que paga el diésel y conseguir igualarlo con el de la gasolina. Pero el Ejecutivo descarta poner en marcha una reforma que conllevaría un encarecimiento del gasoil en plena lucha para frenar la inflación y que diluiría el efecto del actual programa de bonificaciones que para controlar la subida del precio de los carburantes mediante el descuento de 20 céntimos por litro.

El Ministerio de Hacienda no contempla activar el plan de subidas progresivas del impuesto especial de hidrocarburos del diésel, y no tiene intención de ponerlo en marcha hasta que la inflación esté controlada y mientras persista la crisis energética. El proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023 no incluye el alza de la fiscalidad del gasóleo y con ello el aumento de la fiscalidad es un objetivo que ya no se retomará en todo caso hasta la próxima legislatura.

Actualmente, en España el impuesto especial de hidrocarburos contempla el pago de 0,473 euros por cada litro de gasolina, mientras que el gasóleo mantiene un gravamen inferior de 0,379 euros por litro, consecuencia de un tradicional trato más ventajoso para el diésel por haber estado tradicionalmente más vinculado a usos profesionales. Igualar el tipo de ambos combustibles es una exigencia histórica de la Comisión Europea, que durante años lo ha reclamado por considerar que no está justificadas las ventajas fiscales de las que sigue beneficiándose el gasoil en el mercado español.

“La Comisión Europea entiende perfectamente que no es el momento de subir la fiscalidad de los carburantes cuando estamos bonificando el precio de los combustibles”, explicó esta semana la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dando a entender el beneplácito de Bruselas a que la subida del gravamen al diésel no esté incluida en los PGE 2023 ni como parte de la reforma fiscal que debe remitirse a la UE para cumplir con los hitos comprometidos para seguir recibiendo los fondos europeos para el Plan de Recuperación.

“Han sobrevenido unas circunstancias que obligan a que en materia de carburantes tengamos que ir midiendo cómo podemos quitar esa diferencia [entre los impuestos de gasolina y diésel], que a todas luces no tiene lógica”, sentenció Montero. Desde Hacienda se insiste en que aplicar distintos gravámenes a gasolina y gasóleo no tiene sentido ni económico ni ambiental ni sanitario, pero se subraya que sería contradictorio sufragar un descuento generalizado de 20 céntimos por litro de combustible para todos los conductores para mitigar el impacto de la subida de precio y, al mismo tiempo, retomar la subida del impuesto del gasoil.

Un plan de hace cuatro años

El primer Ejecutivo de Pedro Sánchez, el que salió de la moción de censura contra Mariano Rajoy, diseñó un plan de subidas progresivas durante varios años del tipo del impuesto especial de hidrocarburos del diésel. El plan se aparcó porque aquella legislatura se truncó anticipadamente porque aquel Ejecutivo monocolor de los socialistas no pudo sacar adelante sus primeros PGE.

Tras una doble convocatoria electoral en 2019 y un largo periodo en funciones, el nuevo Gobierno de coalición recién estrenado se encontró con la pandemia y con la mayor crisis económica en un siglo, lo que volvió a postergar el objetivo de nivelar los impuestos de gasolina y gasóleo. La actual crisis energética y la espiral de precios desbocados vuelve ahora a frenar la subida del gravamen del diésel y lo deja sin fecha para retomarlo.