Bancos

Credit Suisse tiembla en bolsa por las dudas sobre su solvencia

La entidad ha llegado a caer cerca de un 12% en bolsa y acumula un descenso de más del 55% en lo que va de año

FILE PHOTO: Switzerland's national flag flies next to the logo of Swiss bank Credit Suisse in Luzern

FILE PHOTO: Switzerland's national flag flies next to the logo of Swiss bank Credit Suisse in Luzern / Arnd Wiegmann

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Las dudas sobre su solvencia acechan a Credit Suisse. Las acciones del banco suizo han abierto esta mañana con una fortísima caída de casi un 12%, que se suma al desplome del 55% que acumulan desde comienzos de año. Si bien posteriormente han ido moderando sus descensos (0,93% al cierre de la bolsa), los títulos siguen moviéndose en zona de mínimos históricos. Además, el precio de los seguros en caso de impago de su deuda (CDS) han llegado a alcanzar su nivel más alto, superior al que registraron en lo peor de la Gran Crisis Financiera o en los primeros compases del estallido de la pandemia del covid.

La entidad lleva tres trimestres en pérdidas y acumula unos números rojos de más de 1.900 millones de euros entre enero y junio, lastrado por el incremento de las provisiones para hacer frente a posibles condenas. El banco, así, se ha visto envuelto en varios escándalos en los últimos años, como un caso de espionaje a sus propios directivos en 2019 (que costó el cargo al entonces consejero delegado, Tidjane Thiam) o una investigación el año pasado en Reino Unido y Estados Unidos por un escándalo de bonos en Mozambique cuyos fondos se usaron para sobornos.

Además, Credit Suisse tuvo que reconocer a principios de 2021 unas pérdidas de más de 5.000 millones de euros por la caída del fondo estadounidense Archegos, así como otros más de 1.600 millones por la quiebra de Greensill Capital, que le obligaron a recortar el dividendo. Por si fuera poco, su presidente, el portugués Antonio Horta-Osorio (exprimer ejecutivo de Santander UK y Lloyds), tuvo que dimitir el pasado enero menos de un año después de llegar al cargo, tras revelarse que se había saltado la cuarentena impuesta por el coronavirus. 

Revisión estratégica

La entidad -fundada en 1856 en Zurich, segundo mayor banco suizo tras UBS y uno de los mayores de Europa- está especializada en banca de inversión y privada (grandes patrimonios), cuenta con más de 51.000 empleados y opera en unos 40 países. Para tratar de revertir su situación, a finales de julio nombró consejero delegado a Ulrich Körner en lugar del dimitido Thomas Gottstein. También anunció una nueva revisión estratégica con una "significativa bajada de su base de costes", apenas unos meses después de realizar la última el pasado noviembre.

El pasado viernes, Körner afirmó en una nota interna a sus empleados que el banco tiene una suficiente "base de capital y posición de liquidez", al tiempo que les prometió ir actualizándoles la situación del grupo de forma periódica hasta el anuncio el próximo plan estratégico, previsto para el 27 de octubre. El mercado, sin embargo, lleva tiempo dudando de su situación y especulando con que deberá realizar una ampliación de capital contundente de entre 4.000 y 6.000 millones de euros (lo que penaliza su cotización porque reduce el valor de los actuales accionistas) frente a una capitalización bursátil de menos de 10.000 millones.

Los analistas también estiman que tendrá que emprender un fuerte recorte de plantilla, particularmente en su área de banca de inversión, lo que ha provocado salidas de directivos relevantes en los últimos meses. Su solvencia está en un elevado 13,5%, pero los analistas estiman que puede no ser suficiente ante sus pérdidas latentes y el plan de reestructuración. Según el 'Financial Times', ejecutivos de alto nivel del banco han tenido que dedicar el fin de semana calmar a grandes clientes, contrapartes e inversores sobre la situación de la entidad.