Infraestructura estratégica
El frágil equilibrio natural del Delta del Llobregat, amenazado por la ampliación del aeropuerto de El Prat
Grupos ecologistas como Depana confían en Europa para frenar el proyecto
Aviones en la pista de despegue 25L , la que se pretende ampliar por la zona de la Ricarda, área protegida del Parc Natural del Delta del Llobregat , vistos desde el mirador de l’Illa Foto de Ferran Nadeu / Ferran Nadeu
Por qué confiar en El Periódico Cristina Buesa
Periodista
Especialista en infraestructuras de movilidad, me ocupo de los temas de economía azul y de la Copa América de vela.
"El aeropuerto se ubica en un entorno natural muy sensible que condiciona cualquier proyecto de ampliación". La afirmación aparece en el último informe de l'Institut d'Estudis Catalans (IEC) 'Visió des de l'IEC sobre el debat de l'aeroport del Prat' publicado este junio, cuando las aguas bajaban menos revueltas que un año atrás.
Tiene 80 páginas y es un exhaustivo resumen de las características del aeródromo barcelonés, del impacto económico y también del estado de los espacios naturales. Los miembros de la recién creada comisión para la ampliación del aeropuerto de Foment del Treball contarán con un ejemplar, que quiere facilitarles el presidente, Lluís Moreno.
Aviones despegan de la pista 25L, sobrevuelan la zona de la marisma de Les Filipines - Remolar. / Ferran Nadeu
La prolongación de la pista propuesta por Aena ha despertado una oposición considerable en el Baix Llobregat, que cuenta con grupos ecologistas históricos como Depana, acostumbrados a lidiar con infraestructuras de todo tipo y que hace años que batalla con el gestor de los aeropuertos "para que cumplan los compromisos ambientales que contrajeron en su día", describe su vicepresidente, José García.
Incumplimientos anteriores
Fueron ellos los que denunciaron a la Comisión Europea los incumplimientos de Aena en las compensaciones ambientales del anterior plan y ahora confían en que sea de nuevo Bruselas la que vele por la protección de los humedales, también los del Remolar, donde limita el aeropuerto.
"La Ricarda está absolutamente muerta y ya no tiene movimiento de aves", interpreta el ornitólogo Jordi Sargatal, mientras Marita Gomis, dueña de la casa del mismo nombre construida por Antoni Bonet Castellana, lamenta cómo el aeropuerto ha transformado la zona y cómo pretende seguir haciéndolo.
"Debemos ser responsables y calibrar bien el triángulo formado por el beneficio económico, el respeto al entorno natural y el ruido", zanja el experto aeronáutico César Trapote. El frágil equilibrio entre todo.
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