Crítica al Gobierno

La banca prevé que su impuesto cueste 3.900 millones de PIB y hasta 35.000 empleos

El sector eleva su ofensiva contra el gravamen a días de que el pleno del Congreso comience su tramitación

Ana botín (Santander), Carlos Torres (BBVA), José Ignacio Goirigolzarri (CaixaBank) y Josep Oliu (Sabadell)

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La banca eleva su ofensiva contra el 'impuesto' al sector impulsado por el Gobierno a días de que comience su tramitación parlamentaria. Fuentes financieras aseguran que el gravamen reducirá su capacidad de dar créditos por valor de 50.000 millones de euros, lo que hará que la economía deje de crecer en unos 3.900 millones de euros en los dos próximos años (en torno al 0,32% del PIB con datos de 2021) y que se dejen de crear entre 25.000 y 35.000 puestos de trabajo (con lo que el número de ocupados perderá un crecimiento de entre el 0,12% y el 0,17%, con datos de la EPA del cierre de junio).

El sector ha recopilado argumentos para justificar su oposición a la proposición de ley presentada por el PSOE y Unidas Podemos. El pleno del Congreso tiene previsto debatir su toma en consideración el próximo martes y el Ejecutivo confía en verla aprobada antes de que acabe el año gracias al apoyo de la mayoría de izquierdas en el Parlamento. Hacienda calcula que la "prestación patrimonial de carácter público de naturaleza no tributaria" (la figura elegida para tratar de sortear problemas legales) le permitirá recaudar unos 3.000 millones durante los dos ejercicios en que en principio estará en vigor (2022 y 2023, con pagos en 2023 y 2024).

Las entidades recuerdan que la normativa bancaria les obliga a guardar capital por cada crédito que dan para protegerse de los posibles impagos (seis euros de media por cada 100 euros de préstamo). Los 3.000 millones previstos de recaudación, esgrimen, se reducirán del capital de los bancos, lo que disminuirá en 50.000 millones su capacidad de prestar. Es una cantidad equivalente, advierten, al 4,1% de los créditos totales concedidos a empresas y familias, a las hipotecas concedidas en los últimos 15 meses, y la mitad de los préstamos a empresas con aval del ICO otorgados durante la peor fase de la pandemia.  

Impacto económico

La banca también afirma que por cada 100 euros de recaudación, el PIB dejará de crecer en 130 euros (3.900 millones de euros en dos años) por la menor inversión y consumo que provocará el recorte de los créditos. Y si el crecimiento es menor, alegan, también lo sufrirán las arcas públicas en forma de menores ingresos por otros impuestos como el de la renta, el IVA o sociedades. Según sus estimaciones, todo ello provocará que el empleo deje de crecer en entre 25.000 y 35.000 puestos de trabajo. 

Además de ser malo para la economía, el sector también argumenta que el gravamen es nocivo para los pequeños ahorradores. Así, recuerda que en España hay seis millones de pequeños accionistas de bancos, a los que hay que añadir los que invierten indirectamente en entidades financieras a través de fondos de inversión. Dichos ahorradores, argumentan, tienen los dividendos de los bancos como un complemento a sus ingresos, con lo que verán mermada su renta disponible al verse reducida la capacidad del sector de repartir beneficios a sus propietarios. 

Los bancos, asimismo, argumentan que ya pagan más impuestos que otros sectores. Así, apuntan que el tipo efectivo medio del sector en sociedades es del 24,7% de su base imponible, frente al 21,3% de la media de empresas, según cálculos del Instituto Español de Analistas Financieros. Además, recuerdan, la banca ya tiene un tipo nominal en dicho impuesto superior al resto (30% en lugar del 25%), así como tributos específicos sobre los depósitos y sobre la constitución de las hipotecas (actos jurídicos documentados).

Nada extraordinario

El sector niega que tenga o vaya a tener beneficios extraordinarios por la subida de tipos, como esgrime el Gobierno. Su rentabilidad sobre el capital, destaca, está en el 6% (por debajo del 10% que le exigen los inversores), mientras que la media del Ibex 35 es del 25%. Además, sostiene, el BCE ve un posible impacto neto negativo de las subidas de tipos (los ingresos mejorarán, pero el impacto en la economía también provocará más impagos y menores volúmenes de crédito nuevo).

Uno de los elementos que más ha indignado al sector es que el Ejecutivo haya justificado el 'impuesto' por el rescate a la banca de la anterior crisis. Las entidades actuales, argumentan, no fueron rescatadas, sino que aportaron más de 32.000 millones para sanear el sector (23.164 millones a través del Fondo de Garantía de Depósitos, 2.600 millones para la Sareb y 7.072 millones de capital del Santander para evitar la quiebra del Popular tras comprarlo por un euro).

También ha molestado mucho que el Gobierno haya afirmado que los créditos ICO fueron una ayuda a la banca, porque afirman que su objetivo era minorar el impacto de la crisis sanitaria en empresas y familias. Asimismo, critican que se vaya a prohibir repercutir el gravamen a los clientes, cuando la normativa de la Autoridad Bancaria Europea les obliga a ello.