Nuevas condiciones laborales

El Gobierno da luz verde al paro de las trabajadoras del hogar

La reforma aprobada en Consejo de Ministros también limita las condiciones de despido y entrará plenamente en vigor el próximo 1 de enero

Las trabajadoras de hogar comenzarán a cotizar por desempleo en octubre

Las trabajadoras de hogar comenzarán a cotizar por desempleo en octubre. Lo explica la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. En la foto, una empleada del hogar friega los platos durante su jornada laboral. /

Gabriel Ubieto

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El Gobierno ha aprobado en Consejo de Ministros la nueva reforma de las trabajadoras del hogar, dotándolas de derecho a paro y limitando su despido. El Ejecutivo de coalición finiquita así con una anomalía histórica y un trato discriminatorio que ha sido censurado desde la justicia europea. No obstante y pese a que las condiciones de indemnización por despido mejora, estas no quedan equiparadas al resto de asalariados. Más derechos para las trabajadoras -un gremio eminentemente feminizado- que implicarán mayor coste para sus empleadores. Y el Gobierno, en aras de amortiguar ese incremento de las contribuciones, se ha comprometido a diseñar un sistema de bonificaciones para beneficiar en mayor medida a aquellas familias con menores ingresos.

"Es una norma transversal, inclusiva y feminista, [...] que restituye derechos de los que fueron injustamente privados", ha declarado la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en rueda de prensa. "De todas las normas que hemos desplegado, esta es la más importante, porque corrige una discriminación", ha añadido. Las condiciones de la norma entrarán en vigor a diferentes velocidades y no será hasta el 1 de enero cuando el nuevo sistema esté plenamente en vigor, tal como ya avanzó EL PERIÓDICO. A partir de su publicación este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE), las empleadas del hogar paradas podrán acceder al subsidio para mayores de 52 años. Y a partir del 1 de octubre será obligatorio para las familias cotizar por la prestación por desempleo y al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa). 

La obligación de cotizar por desempleo y Fogasa obliga a los empleadores -en caso de contrato indefinido- a pagar el 7,75% más de su coste laboral total. No obstante, el Gobierno aplicará una bonificación inicial del 80% sobre estas nuevas cuotas, que luego modulará según las rentas familiares.

La reforma ha sido diseñada a caballo entre los Ministerios de Trabajo y de Seguridad Social y afectará directamente a las 373.121 trabajadoras del hogar dadas actualmente de alta. Este colectivo queda en mayor medida equiparado al resto de asalariados del régimen general. Las familias deberán formalizar los nuevos contratos de sus empleadas ante el SEPE, estos pasarán a presumirse indefinidos a menos que se indique lo contrario y se elimina la posibilidad de que sean las propias trabajadoras del hogar las que asuman las cotizaciones sociales ellas mismas si están contratadas menos de 60 horas al mes. Ahora deberán ser siempre los empleadores quienes paguen

Límite al despido

La reforma también incide en el despido y sus causas. Hasta ahora en este régimen especial existía una figura inédita dentro del ordenamiento jurídico bautizada como 'desistimiento', que permitía a las familias cesar a su empleada con un mínimo preaviso e indemnización, pero sin justificación. Ahora todo despido deberá ser justificado, bajo pena de incurrir en un cese improcedente, al que irá aparejada una mayor indemnización por despido. Aquí la reforma pactada por el Gobierno de coalición no equipara las condiciones de indemnización con las del resto de asalariados y las cuantías son inferiores.

Las asociaciones de trabajadoras exigen más control de la Inspección

Las principales asociaciones de trabajadoras del hogar han recibido con los brazos abiertos la nueva reforma aprobada por el Gobierno y que empezará a entrar en vigor a partir de hoy. No obstante, ese entusiasmo convive con la preocupación por que la ley se cumpla y ese aumento de las obligaciones no se traduzca en fraude por parte de las familias empleadoras y provoque un repunte del trabajo ‘en negro’. 

“Es un paso hacia adelante, pero queda todavía mucho camino por recorrer”, afirma la portavoz de Mujeres Unidas Entre Tierras Isabel Del Valle. Desde esta asociación de empleadas del hogar explican que muchas de sus integrantes están contratadas por unas horas, pero realmente trabajan muchas más por la presión de las familias empleadoras. Y esa falta de cotización se traducirá en que, si son despedidas, cobrarán una menor prestación por desempleo. Es por ello que exigen una mayor implicación de la Inspección de Trabajo, limitada esta por la inviolabilidad del domicilio. 

Pero desde las organizaciones del sector también han lamentado que las trabajadoras ‘sin papeles’, una parte importante del colectivo, no se verá beneficiada por la misma. “¿Qué pasa con todas aquellas que ganan sueldos absolutamente precarizados, mucho más incluso que las que están cotizando, y que van a seguir trabajando en el sector de los cuidados?”, se ha preguntado la portavoz de Sindillar Ramona Fernández, en declaraciones a BTV. 

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