Energía

París acepta ahora examinar la opción del Midcat por la presión de Madrid y Berlín

Francia cambia de opinión, según lo anunciado por su ministro de Economía, Bruno Le Maire, porque se lo piden los "amigos" Sánchez y Scholz

Teresa Ribera y Pere Aragonès saludan el cambio de actitud del gobierno francés, a favor de la interconexión europea

El presidente de Francia, Emmanuel Macron

El presidente de Francia, Emmanuel Macron / EFE/EPA/MOHAMMED BADRA / POOL

Enric Bonet
Andreu Jerez
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Francia está dispuesta ahora, al menos, a estudiar la opción de un gasoducto con España, a través de los Pirineos. Después de mantenerse en su 'no' a la opción de reactivar el Midcat como primer paso para una conexión gasista desde la Península Ibérica a Europa Central, el Gobierno francés se muestra ahora dispuesto a examinar esa posibilidad porque se lo piden el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, que son "amigos". Este es el soprendente anuncio que ha hecho este martes el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, tras su intervención ante la universidad de verano de la patronal francesa (Medef) en París.

"Desde el momento en que el presidente del Gobierno español y el canciller alemán lo piden, desde que los amigos lo piden, examinamos la demanda de nuestros amigos, de nuestros socios", señaló. "España y Alemania -reiteró Le Maire- son socios muy próximos de Francia, de forma que cuando hacen una propuesta la examinamos". Así se ha expresado el ministro francés, poco después de que Pedro Sánchez y Scholz hubieran escenificado en las inmediaciones de Berlín su apuesta conjunta por un gasoducto que conecte la Península Ibérica y Europa Central. La puesta en escena de ambos líderes en los jardines del Palacio de Meseberg no era sino una vuelta tuerca más en la presión que España y Alemania vienen ejerciendo en las últimas semanas sobre Francia para ablandar su 'no' al Midcat.

El ministro francés recordó igualmente que este proyecto de infraestructura "es una cuestión muy antigua". De hecho, Francia y España trabajaron en el pasado en la posibilidad de construir un gasoducto entre los dos países por Cataluña (MidCat) que se añadiría a los dos que hay en la parte occidental, pero se abandonó en 2019, por ser considerado caro y de escaso interés comercial. Ahora, en el contexto de los recortes de Rusia al suministro de gas a Europa, el canciller Scholz pidió el 11 de agosto reactivar la interconectividad gasística de Europa Central con Portugal y España. El Gobierno español mostró enseguida su mejor disposición a reactivar el proyecto bajo dos condiciones: financiación europea y que el gasoducto también sirva en el futuro para conducir gases renovables, como el hidrógeno verde. Pero desde el lado francés, el Ministerio de Transición Energética siguió mostrando sus  fuertes reticencias a retomar el viejo proyecto del gasoducto Midcat. Ahora, el anuncio de Le Maire de que Francia está dispuesta a "examinar" el proyecto ha sido interpretado como un giro esperanzador por quienes esperan la recuperación del proyecto Midcat.

"Creemos que se ha dado un paso muy importante", ha señalado la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la tarde del martes. "Se ha producido un movimiento en la buena dirección que pone de manifiesto la voluntad del Gobierno de Francia de dar una respuesta europea" a la crisis energética provocada por la invasión de Rusia en Ucrania. A partir de ahora -ha explicado la ministra- deberían revisarse los detalles técnicos y la financiación del proyecto Midcat con el propósito -ha dicho- de que pudiera estar operativo de cara al otoño de 2023.

También el president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha expresado su satisfacción por el cambio de actitud en el Gobierno francés. "Hemos visto que para lo que antes era una negativa ahora están abiertos a la discusión, al debate y esto es positivo", ha dicho Aragonès en París, donde ha participado en una mesa redonda sobre movimientos autonomistas e independentistas organizada por la patronal francesa Medef. "Esta infraestructura es importante para Catalunya, para Europa, porque puede contribuir a las interconexiones de los distintos mercados energéticos, especialmente, en el ámbito del gas. También debe ser pensada y planificada tomando en cuenta el desarrollo del hidrógeno verde y de los gases renovables en las próximas décadas", ha añadido. Desde su punto de vista, las consecuencias energéticas derivadas de la invasión rusa de Ucrania "no serán solo cuestión de un invierno, sino de muchos años, y por tanto, todo lo que contribuya a los interconexiones del mercado energético es positivo".

La comparencia conjunta de Pedro Sánchez y Olaf Scholz en las inmediaciones de Berlín ha sido clave en el giro mostrado este martes por París. “Hay que recordar que España concentra el 30% de las capacidades de regasificación de toda Europa y no podemos utilizarlas de manera total y completa como consecuencia de tener un cuello de botella”, dijo Sánchez en respuesta a una pregunta directa sobre el impulso al proyecto MidCat y la marcha de las conversaciones con la Comisión Europa, de cuya financiación depende la finalización del proyecto. “Eso es lo que tenemos que resolver, ya sea por Francia o por Italia”, añadió Sánchez, en una crítica indirecta a la oposición de París a apoyar el proyecto.

“Me gustaría subrayar que apoyo la conexión energética tanto para mejorar ahora la conexión gasística en Europa, como para usar conjuntamente una infraestructura europea de hidrógeno en el futuro”, abundó Scholz. El canciller lamentó que el proyecto se frenase en su momento, porque ahora supondría una alternativa muy valiosa a la dependencia del gas ruso que Gazprom lleva meses reduciendo a través del Nord Stream 1 como medida de presión ante las sanciones occidentales. Alemania busca a toda prisa alternativas al gas ruso, del que su industria y consumo privado siguen siendo muy dependientes a pesar de que las importaciones de Rusia se hayan reducido drásticamente desde el inicio de la invasión de Ucrania. Con la vista puesta en el próximo invierno, Berlín espera poder tener suficientes reservas de gas, así como contar con al menos una terminal de regasificación de gas licuado de las dos que se están construyendo a marchas forzadas en el Mar del Norte.