Comercio

Shein abre su tienda efímera en Barcelona para promocionar su modelo 'on line'

Indignados con Shein en Barcelona: largas colas para no poder comprar nada

El gigante chino de venta de ropa en internet da a conocer su marca mediante la apertura de un 'show room' en Portal de l'Àngel

Local de Shein en Barcelona

Local de Shein en Barcelona

Eduardo López Alonso

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Entre expectación de los clientes y opacidad empresarial, la china Shein ha abierto este jueves su tienda efímera en Barcelona en la calle más cara de España, en Portal de l'Àngel de Barcelona. En una operación de márketing de relevancia, la firma 'on line' de la moda que está revolucionando el sector de la moda 'low cost' pretende popularizar la marca e incrementar su peso en el mercado español mediante un 'show room' o exposición de productos. Sus precios ultrabajos, por debajo de los 10 euros de media, se han convertido en el último año en un punto de atención para el sector de la moda y una seria amenaza a muchos modelos de negocio que hasta ahora parecían invulnerables. La apertura causó colas desde las seis de la mañana y los clientes pudieron ver y probar la ropa pero no comprarla en el momento. Recibieron una bolsa con obsequios promocionales y descuentos para sus compras 'on line'.

Desde parámetros abiertamente ignorantes de compromisos con el medio ambiente y la sostenibilidad, Shein es un abierto alegato al consumismo compulsivo y toque de atención a líneas de prendas hasta ahora de grandes márgenes comerciales. En básicos, ropa de baño y trajes de fiesta Shein no tiene competencia. El biquini de 100 euros pasa a costar tres, el traje de fiesta 'baratillo' de respetables 100 euros pasa a tener alternativas por ocho euros. Disrupción en toda regla.

El establecimiento temporal de la finca 15-17 de Portal de l’Àngel estará abierto desde hoy y hasta el domingo 10 de julio. Shein abrió en Madrid otra tienda efímera durante cuatro días a principios de junio de este año, con gran afluencia de clientes y sin cifras ni balance por parte de la compañía china, que se niega a dar información a la prensa sobre sus estrategias y objetivos. En esa tienda si fue posible la compra. A finales de 2019, la compañía abrió una tienda efímera en el centro comercial Maremagnum, pero aquella iniciativa paso casi inadvertida.

Shein abrió su primera tienda física en 2018 en Nueva York, para seguir con está técnica de promoción en diversas ciudades del mundo, principalmente de EEUU, pero también en Londres, París o Lisboa. Los analistas otorgan actualmente un valor a la compañía del orden de los 100.000 millones de dólares.

Un estudio de Smartme detectó que  Shein alcanza una cuota de mercado ya destacable. El 62% de los usuarios españoles de móvil que compraron moda, compraron en Shein entre septiembre de 2021 y febrero de 2022. Es la tienda "favorita para todas las franjas de edad", junto con Vinted, "situándose como líderes del mercado on line" de una manera rápida. Pero los productos vendidos por Shein son de precios muy bajos, por lo que la cuota de mercado en valor es radicalmente más reducida que esos porcentajes.

La señal de alarma se ha desatado ya en multinacionales de la moda como H&M, las enseñas de Inditex, Mango, Desigual, etcétera. El mercado 'extrem low cost' obliga a todas ellas a elevar precios y calidades, diversificar gamas de producto y extremar promesas de intangibles. Admiten los directivos de las grandes multinacionales de la moda, antes 'fast fashion', que no compiten contra una firma de moda, que se trata de una firma tecnologística, una nativa digital que puede hacer diabluras con los datos de sus clientes. La clave de Shein es que los centros de decisión están junto a las fábricas y que su respuesta ante cambios de demanda ya no es 'fast' sino 'ultra fast', ultrarrápida. Los tiempos de envíos desde Asia se han reducido y soslayan la necesidad de complejas plataformas logísticas en destino. Y la logística inversa es casi nula, por los bajos precios, y se canaliza en caso de un error de adquisición a través de la venta de productos de segunda mano (amenaza importante también para las firmas de moda). 

Existe consenso social en que no es sostenible ni ético cambiar de chaqueta cada dos días y de camiseta varias veces al día, pero los consumidores más jóvenes se congratulan de la existencia de enseñas textiles que ofrecen precios que pueden pagar.