Carlos Serrano, director general de Cárnicas Serrano

El empresario cárnico que ‘pone a dieta’ a la plantilla

Una quinta parte de los trabajadores de la compañía practica el ‘running’ tras la creación de un equipo de atletismo

Carlos Serrano, director general de Cárnicas Serrano

Carlos Serrano, director general de Cárnicas Serrano

José Luis Zaragozá

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Su pasión por el atletismo le llevó a construir una pista asfaltada de 200 metros de longitud alrededor de su casa. Corrió su primer maratón a los 50 años y el último, a los 70. Así era el tío de Carlos Serrano Pérez, actual director general de Cárnicas Serrano. Blas Serrano Rodrigo, quien falleció recientemente en València, dejó huella en la plantilla de una empresa donde implantó los valores de la afición que más amaba. Decía que el ‘running’ es uno de los deportes más democráticos porque en una misma carrera compite gente de diferente edad, sexo, raza, religión y clase social. "Y todos son iguales en el momento en que se calzan las zapatillas", puntualizaba el familiar del actual CEO de la compañía.

El máximo ejecutivo de Cárnicas Serrano, cargo que comparte con su hermano Abelardo, echa la vista atrás y recuerda que el Club de Atletismo Cárnicas Serrano se puso en marcha tras ver su tío el maratón de Nueva York en uno de sus viajes. El dirigente de la firma destaca la importancia de la carne para la alimentación de deportistas y cuenta cómo la carne roja es fundamental en su dieta para poder entrenar tantas horas.

Esta empresa fue fundada en Paterna (Valencia) en 1959 por los propietarios de un pequeño obrador: Blas Serrano Castelar y su esposa, Carmen Rodrigo Cervera, junto a sus hijos Blas y el citado Carlos Serrano Rodrigo. La tercera generación mantiene su propiedad y gestión familiar y compite con las grandes compañías del sector en España. El padre de los actuales máximos dirigentes, Carlos Serrano Rodrigo, cofundador de la empresa, tenía una mente práctica y era un excelente negociador. Murió en 2005. Quienes le conocieron sostienen que fue un trabajador "incansable". De hecho, representó a la familia en los negocios de Cuba. Allí dejó su impronta y a pesar de los años transcurridos todavía se le recuerda en aquel país.

Nacido en 1965, el timonel de la firma valenciana se incorporó a la misma en 1980 cuando tan solo tenía 15 años de edad. Eran otros tiempos. Aprendió desde muy joven el oficio compaginando el colegio con las tareas profesionales hasta que terminó sus estudios de COU, en horarios nocturnos, en 1983. Desde entonces ha desempeñado diversos trabajos dentro del área productiva de la empresa. Cuando cumplió veinte y hasta 1994 desarrolló la mayor parte de sus tareas en el área comercial. Luego pasó a coordinar diferentes áreas de la compañía. Con tan sólo 35 años asumió la dirección general. Su padre era el presidente del consejo de administración.

Desde entonces la compañía no ha dejado de crecer. El último ejercicio lo cerró con una facturación que roza los 65 millones de euros y cuenta con una plantilla de casi 300 trabajadores. Exporta a la Unión Europea, con Francia, Gran Bretaña y Alemania a la cabeza. ‘Serrano’ es ya una marca de referencia en las principales cadenas de distribución del viejo continente como Makro, Intermarché, Leclerc, Auchan y Norges Gruppen, entre otras grandes firmas del sector de la distribución comercial. Carlos Serrano Pérez sostiene que esta mercantil "exporta los conceptos de artesanía, tradición, originalidad y autenticidad".

Desembarco en Cuba

El grupo en manos de la tercera generación mantiene la filial cubana: Cárnicas Bravo, participada a través de la mercantil Provalca. Esta sociedad cubana fue puesta en marcha en 1996 en tiempos de Fidel Castro, con sede en La Habana. No lo tuvo fácil. Fue la primera industria hispano-cubana. Los Serrano son socios del Ministerio de Alimentación cubano a través de una corporación. Su producción se destina principalmente al sector hotelero y restaurantes para turistas. Genera un negocio algo superior a los 30 millones de dólares. La materia prima de esta ‘joint venture’ proviene de México, Canadá, Chile y Brasil. El producto terminado como el jamón ibérico lo suministra desde España.

El haberse incorporado de forma tan temprana a la compañía le llevó a realizar, de forma paralela, múltiples cursos y programas formativos relacionados con el mundo de la empresa. Le gustan las relaciones públicas. Carlos Serrano Pérez tiene una intensa actividad institucional. Ha sido presidente de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE). Además, es miembro del consejo de dirección de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), vocal de la junta directiva de la Asociación de Industrias de la Carne de la Comunitat Valenciana y vocal del comité ejecutivo de la Federación Empresarial de Agroalimentación (Fedacova).

Este aficionado a la fotografía y al bricolaje comenta que la educación nutricional es una de las líneas de actuación de la compañía y se traduce en la transmisión de hábitos alimentarios más saludables. De hecho, cuenta que el gusanillo del ‘running’ ha picado ya a una quinta parte de la plantilla. ¡Preparados, listos, ya...!

"Come bien y corre"

El lema de la empresa es "come bien y corre". El CEO de la compañía, padre de dos hijos (una trabaja en Instagram y otro, en una naviera), hereda el legado de uno de los clubes de atletismo más destacados del país, el que fundó su tío. Aglutina una decena de reconocidos deportistas internacionales. El resto son aficionados. Carlos Serrano Pérez sufrió una rotura de ligamento cruzado. Por eso no es ‘runner’, aunque pedalea en una bicicleta elíptica. Su hermano Abelardo sí corre maratones. 

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