Lucha contra la inflación

El BCE evita ponerle techo a la subida de los tipos

Guindos apunta a que el instrumento para controlar las primas de riesgo tendrá condiciones pero más suaves que el de 2012

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos / APIE

Pablo Allendesalazar

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El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha evitado este miércoles precisar hasta qué nivel podría subir los tipos de interés oficiales su institución para tratar de frenar la espiral inflacionista. "¿A cuánto podemos llegar? No lo sé. Y si alguien se lo dice, no se lo crea mucho, porque es una cuestión que dependerá de la evolución de la inflación", ha contestado durante su intervención en un curso de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y la Universidad Menéndez Pelayo. 

En los últimos meses, varios miembros del consejo de gobierno del BCE han dejado entrever que los tipos de interés podrían subir hasta el nivel conocido como natural o neutral, es decir, aquel que no implica una política monetaria ni expansiva ni restrictiva. La discusión está en cuál es dicho nivel. "Si le pregunta a cien economistas tendrá cien respuestas distintas", ha ironizado Guindos.

Para el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, estaría en torno al 1% o un poco por encima, pero otros gobernadores lo ven más cercano al 2%, por lo que en el mercado había calado la idea de que el BCE podría subir tipos hasta en torno al 1,5%. Guindos ha preferido no precisarlo. La inflación no deja de dar sorpresas negativas, con lo que la autoridad monetaria no se quiere atar las manos.

Antifragmentación

El exministro de Economía, asimismo, ha dado algunas pistas sobre el diseño del instrumento que prepara el BCE para evitar la fragmentación financiera "indeseada" (es decir, el crecimiento de las primas de riesgo de los países con unas finanzas públicas más vulnerables, como España e Italia, por encima de lo razonable según la sostenibilidad de sus cuentas). "Las condiciones las iremos viendo y definiendo, pero resaltaría que la naturaleza de este programa antifragmentación es diferente al PEPP, el APP y el OMT", ha apuntado.

Así, ha recordado que el PEPP (el programa de compras de deuda por la pandemia) y el APP (el de compras para evitar la deflación en los años prepandemia) eran "incondicionados" porque no estaban destinados a países específicos. El que se está definiendo ahora sí es para países concretos, lo que apunta a que las nuevas compras estarán vinculadas a ciertas condiciones. El OMT de 2012, en cambio, obligaba al cumplimiento de duros compromisos, lo que hizo que ningún Gobierno lo solicitase. No parece que vaya a ser el caso ahora: el nuevo mecanismo tendrá una "naturaleza bastante diferente" a aquel porque el entorno actual es "muy diferente" al de entonces.

El vicepresidente del BCE, asimismo, ha destacado que el nuevo mecanismo antifragmentación "no debe interferir" con el objetivo de la política monetaria de que la inflación se sitúe en el 2% a medio plazo. Ello apunta también a que las nuevas compras de deuda estarán condicionadas a que los países cumplan ciertas condiciones, ya que estas adquisiciones por sí mismas tienden a elevar el IPC.

Preguntada en el mismo foro por la posibilidad de que el mecanismo incluya condiciones, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, no se ha mostrado partidaria: "Es muy importante tener en cuenta que el escenario en el que nos encontramos en estos momentos responde a las consecuencias de una pandemia, un 'shock' exógeno, y ahora a las consecuencias del impacto de una guerra con un impacto global. Ese es el marco en el que sin duda está trabajando el BCE".

Recesión posible

Guindos, asimismo, ha recordado que el BCE rebajó sus previsiones económicas para este año de forma "relativamente importante" en su última reunión de hace unas semanas, con lo ahora espera un crecimiento de la zona euro del 2,8% este año y del 2,1% el próximo. Asimismo, ha recordado que en el escenario adverso (con una evolución económica peor de lo esperable a día de hoy) el PIB crecería el 1,3% este año y sufriría una recesión del 1,7% el próximo.

La autoridad monetaria, además, prevé una inflación media anual de la eurozona del 6,8 % en 2022, el 3,5 % en 2023 y el 2,1 % en 2024. Guindos ha precisado que el IPC seguirá al nivel actual (en torno al 8%) durante el verano, para comenzar a bajar "ligeramente" después del verano y cerrar el año en torno al 6%.