Estudiantes en prácticas: fin del abuso

Cotización, seguimiento y compensación económica, en el estatuto del becario

Un aprendiz

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Lorena Martín

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Tareas técnicas estructuradas en jornadas de ocho horas, remuneración simbólica, falta de supervisión del tutor,... los derechos y el impulso al mercado laboral de los jóvenes es algo que no ha acompañado históricamente a la figura de los becarios

"Al finalizar un año de prácticas me dejaron de contestar", explica Susanna, una universitaria estudiante de diseño gráfico que realizó prácticas extracurriculares para conseguir algo de dinero. "Me pedían el trabajo más técnico, el que nadie quiere hacer", añade. La todavía estudiante de grado se dedicaba a crear modelos de camisetas, cuyos diseños no veían la luz. "Me afectó la autoestima y pensé que no servía", lamenta.

El Ministerio de Trabajo ya está desarrollando un Estatuto del Becario para acabar con el abuso de esta figura y que aborda aspectos como la compensación de los gastos, entre los que están el material o el transporte. "Entendemos que las prácticas no laborales no tienen porque estar remuneradas porque el objetivo es formarse, no producir", señala Adrià Junyent, el responsable de juventud de CCOO.

Actualmente, hay unos 450.000 alumnos en prácticas en España, según un estudio del sindicato, aunque no existe ningún registro oficial en el país. "Cuando coticen en la Seguridad Social sí que habrá registros", añade Junyent. Este es precisamente otro de los puntos más relevantes que se plantean en el nuevo estatuto, aunque ya se incluyó en un bloque de la reforma de las pensiones en julio del 2021. Actualmente, ha expirado el plazo máximo de tres meses al que se comprometió el Gobierno para tenerlo aprobado.

El representante sindical de CCOO destaca un eurobarómetro de 2013 que revela que el 60% de los que desarrollan prácticas no laborales está en fraude. "De forma generalizada, hay personas que realizan prácticas no laborales y cubren puestos estructurales, lo que supone un abaratamiento del coste de los trabajadores", añade el responsable de CCOO.

Íñigo es un estudiante universitario de 23 años que realizó 350 horas de prácticas curriculares, de 8 a 13 horas y de 16 a 17h. "Llegas a la empresa a ciegas a ver qué es lo que viene y las tareas muchas veces no están definidas", cuenta el alumno de informática de Navarra. En su caso, no recibió ningún tipo de remuneración, a pesar de que realizaba cuatro trayectos diarios de transporte público, cada uno de tres cuartos de hora. En su caso, tuvo un seguimiento del tutor, aunque explica que algunos de sus compañeros no lo tuvieron en absoluto. La nueva ordenanza también incide en una mayor colaboración entre Universidad y empresas. "No existe contacto continuo entre el alumno y los tutores. Debería haber interés por lo que está haciendo el estudiante más allá del fin de la evaluación", afirma Eduardo Magaldi, portavoz de RUGE-Revolución Ugetista.

Otro estudio realizado por RUGE denuncia que las prácticas no laborales de los más jóvenes sustituyen unos 300.000 empleos. "Hay plantillas en que el 70% son becarios", describe Magaldi. Por ello, otro aspecto que especifica el borrador es limitar el número de estos según el tamaño de la empresa. Por lo general, podrá haber desde un becario en las empresas de hasta 10 empleados, hasta un 5% de la plantilla en empresas de más de 60 trabajadores.

"El Estatuto del Becario es un catálogo de derechos, como las horas máximas o el derecho a vacaciones", explica Nicolás Hernández, presidente de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP).

El Ministerio de Trabajo convocó la primera mesa de diálogo social para regular el estatuto el pasado 22 de abril y prevé mandar el borrador final al Consejo de Ministros "a finales de mes", indica Junyent. Sin embargo, quedan flecos por resolver. Para que haya un acuerdo, los sindicatos ven "básico" que se eliminen las extracurriculares, alternativas al plan de estudios. "Es determinante porque es donde se produce un mayor fraude, al quedar desregulado", añade CCOO. Otras propuestas serían sanciones económicas de entre 5.000 y 10.000 euros para las empresas que tengan becarios que desarrollen un trabajo laboral, permitir faltar a las prácticas para ir al médico, extrapolar a los estudiantes el servicio de transporte o ampliar la capacidad de inspección. Algunos de los cambios están a expensas de si finalmente se tramita como reglamento o como ley.

Aunque, lo más importante según las fuentes, es garantizar una buena formación en el periodo en que los estudiantes están en las empresas porque sino "el resto de puntos no servirán de nada". 

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