Cambio de ejecutivo

El Santander elige al mexicano Héctor Grisi como nuevo consejero delegado

El nuevo número dos del banco sustituirá a José Antonio Álvarez a partir del proximo año

La presidenta del Santander, Ana Botín, con el nuevo consejero delegado, Héctor Grisi

La presidenta del Santander, Ana Botín, con el nuevo consejero delegado, Héctor Grisi / Banco Santander

Pablo Allendesalazar

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El mexicano Héctor Grisi será el nuevo consejero delegado del Santander. El banco ha anunciado este viernes que el actual responsable de su filial en México y de todos los negocios del grupo en Norteamérica sustituirá a partir del próximo 1 de enero a José Antonio Álvarez, que permanecerá en la entidad como vicepresidente no ejecutivo. El nuevo número dos del banco presidido por Ana Botín se ha impuesto a los otros grandes candidatos: el portugués António Simões (responsable de Europa y consejero delegado de la filial española) y el español Carlos Rey de Vicente (responsable de Sudamérica). 

El proceso de relevo de Álvarez viene de lejos, ya que el banquero leonés pidió hace algún tiempo dejar su actual cargo, pero se ha acelerado ante los crecientes rumores sobre su posible sustituto. Como paso previo, el banco aprobó en febrero que el consejero delegado pasase a depender directamente del consejo de administración y no de su presidenta, en una medida destinada a satisfacer al Banco Central Europeo (BCE) pero con limitados efectos en la práctica. Con ese movimiento, Botín espera evitarse ahora que el supervisor -que tiene que aprobar el nombramiento de Grisi- intente recortar sus poderes ejecutivos, como ha hecho en otros procesos de reorganización de las cúpulas ejecutivas de bancos españoles (el más notorio, en el BBVA).

Candidato interno

La entidad había activado el proceso para elegir un nuevo número dos hace algún tiempo y ha asegurado que su comisión de nombramientos ha evaluado con apoyo de asesores externos a "un gran número de candidatos, tanto internos como externos". Lo cierto, en cualquier caso, es que se ha primado que el sustituto de Álvarez fuera ya un alto ejecutivo del banco. Otros candidatos que habían sonado en los últimos meses, aunque con menos posibilidades, eran el brasileño Mario Roberto Opice Leão (consejero delegado de la filial en Brasil) y el español Víctor Matarranz (responsable del negocio de seguros y banca privada del grupo).

El Santander, así, no quería repetir la mala experiencia del fichaje frustrado del italiano Andrea Orcel. El entonces directivo del suizo UBS y actual consejero delegado del italiano Unicredit fue anunciado como sustituto de Álvarez en septiembre de 2018, pero unos meses después el Santander informó de que había renunciado a su contratación por su alto coste y por discrepancias con Botín. Orcel demandó y un juez de primera instancia ha condenado a la entidad a indemnizarle con 51 millones de euros, una decisión que el banco ha recurrido.

Perfiles distintos

Grisi nació en Ciudad de México el 17 de octubre de 1966 y está casado y con tres hijos. Licenciado en finanzas por la Universidad Iberoamericana de su ciudad natal, inició su carrera en el departamento de banca corporativa (para grandes empresas) de la Casa de Bolsa Inverlat entre 1986 y 1991. De allí dio el salto al Grupo Financiero Inverméxico, donde ocupó varios puestos en las divisiones de banca de inversión y corporativa. Entre 1997 y 2015, trabajó en la filial mexicana de Credit Suisse, de la que llegó a ser máximo responsable antes de pasar al Santander, donde hasta ahora era responsable de un tercio del negocio total del grupo y de una de las áreas donde se percibe más potencial de crecimiento.

Por su parte, Álvarez, de 62 años y procedente de la pequeña aldea leonesa de Quintana de Fuseros, comenzó su carrera en el Instituto Nacional de Industria y de ahí pasó a la banca pública que daría lugar a Argentaria. Tras su fusión con el BBV, trabajó tres años en la entidad resultante (BBVA) y de allí dio el salto al Santander en 2002, para dos años después ser nombrado director financiero. En 2014, poco después de la llegada de Ana Botín a la presidencia tras la inesperada muerte de su padre, fue nombrado consejero delegado en sustitución de Javier Marín, que no llevaba ni dos años en el cargo pero que era hombre de confianza de Emilio Botín, con cuyo legado la nueva ejecutiva quería cortar.