inversiones sostenibles

Primer revés al plan de Bruselas de etiquetar como verde al gas y la energía nuclear

Las comisiones de medio ambiente y asuntos económicos de la Eurocámara rechazan el acto delegado de la Comisión Europea que clasifica como “verdes” y “sostenibles” las inversiones en proyectos energéticos de gas y nuclear

El voto final en el pleno del Parlamento Europeo, que puede tumbar el acto delegado propuesto por Bruselas si reúne una mayoría absoluta, está previsto la primera semana de julio

Sesión en el Parlamento Europeo, el pasado 6 de abril en Estrasburgo.

Sesión en el Parlamento Europeo, el pasado 6 de abril en Estrasburgo. / RONALD WITTEK

Silvia Martinez

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Primer varapalo al plan de la Comisión Europea de conceder la etiqueta verde a las inversiones en gas y energía nuclear. Las comisiones de medio ambiente y de asuntos económicos del Parlamento Europeo han rechazado este martes la propuesta de Bruselas de incluirlas en la taxonomía de la UE como actividades económicas medioambientalmente sostenibles. Se trata del primer gran revés político al acto delegado propuesto a comienzos de año por el Ejecutivo de Ursula von der Leyen. El rechazo ha salido adelante por 76 votos a favor, 62 en contra y abstenciones. La decisión final la tendrá el pleno en la sesión plenaria de principios de julio. Si una mayoría absoluta -353 de 705 diputados- confirma la objeción Bruselas tendrá que retirar su propuesta o enmendarla.

“La neutralidad climática sigue siendo nuestro objetivo y nuestra obligación. Estamos comprometidos a utilizar todas las herramientas disponibles para alejarnos de las fuentes de energía a base de emisiones de carbono. Somos conscientes de la sensibilidad de este asunto y las diferentes posiciones. Nuestro acto delegado forma parte de un conjunto de instrumentos para reducir nuestras emisiones climáticas. Por eso era importante para nosotros proponer este acto delegado”, ha justificado el portavoz de la Comisión Europea, Dan Ferrie, que ha tomado nota del resultado y ha recordado que si uno de los dos colegisladores -Consejo de la UE y Eurocámara- rechazan la propuesta quedará tumbada. “No vamos a especular sobre qué haríamos después”, ha añadido el portavoz de von der Leyen.

El plan diseñado por Bruselas plantea que sean consideradas sostenibles las inversiones en plantas de gas siempre que se alimenten de fuentes renovables para 2035. En el caso de la energía nuclear las inversiones tendrán esa etiqueta aquellas que se realicen hasta el año 2040 en el caso de la renovación de instalaciones ya existentes y hasta 2045 en el caso de las inversiones en centrales de nueva generación. El Ejecutivo comunitario es consciente de que no son actividades neutrales en términos climáticos, como las renovables, pero sí considera que son necesarias hoy por hoy para lograr la transición hacia la neutralidad climática en 2050 por lo que deben poder beneficiarse de inversiones en condiciones favorables.

Propuesta insuficiente

Aunque los eurodiputados reconocen el papel de la energía nuclear y el gas para garantizar un suministro estable de energía durante la transición hacia una economía sostenible, también consideran que las normas de control técnico propuestas por la Comisión Europea para apoyar la inclusión no cumplen los criterios de las actividades económicas ambientalmente sostenibles. “Era inaceptable que inversiones en gas y nuclear se puedan etiquetar como energías sostenibles”, ha celebrado el eurodiputados de En Común, Ernest Urtasun, que insiste en que la batalla no está todavía totalmente ganada. “Ahora el paso definitivo lo tenemos que dar en el pleno que deberá ratificar la objeción. Esperamos que los grupos confirmen la mayoría de esta mañana y sean conscientes de la urgencia y la necesidad de incrementar la ambición de las normas ambientales de la UE en lugar de dar pasos atrás”. 

Igual de satisfechos se han mostrado los socialistas que han pedido a la Comisión Europea que retire su propuesta. “El gas y la nuclear pueden ser todavía necesarias para cumplir las necesidades energéticas y pueden ser útiles hacia la transición a una UE neutral climáticamente. Sin embargo, ni el gas ni la nuclear son verdes o sostenibles así que no tenemos más remedio que votar en contra de etiquetarlas como que cumplen con la taxonomía”, ha dicho la vicepresidenta de los socialdemócratas, Simona Bonafè.

La propuesta no solo ha generado debate y polémica entre los eurodiputados. También ha generado controversia entre los Estados miembros que parten de posturas muy opuestas entre los que no ven con buenos ojos incluir al gas -como Holanda, Dinamarca, Suecia o Austria-, quienes se oponen radicalmente a dar la etiqueta verde al nuclear -como Austria o Luxemburgo- y quienes son partidarios de ello como Francia, Hungría o la República Checa. Según las reglas, al tratarse de un acto delegado, ni la Eurocámara ni los gobiernos pueden enmendar la propuesta aunque sí pueden rechazarla si logran aglutinar una fuerte mayoría. En el caso del Consejo se necesita una mayoría cualificada inversa de países. Es decir al menos el 72% de los Estados miembros (al menos 20 de los 27 Estados miembros) que representen al 65% de la población se opongan. En el caso del Parlamento, se necesita una mayoría absoluta (353 eurodiputados).