En Chamberí

El éxito de la tienda efímera de Shein en Madrid obliga a sus responsables a limitar la entrada: 720 personas al día

La 'pop up' de la textil china ha provocado colas desde las cinco de la mañana

Colas en la tienda 'pop up' de Shein

Colas en la tienda 'pop up' de Shein / EUROPA PRESS / CÉZARO DE LUCA

EFE

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En su segundo día abierta al público, los responsables de la tienda que tan sólo por unos días -hasta el domingo- ha abierto Shein en Madrid han tenido que limitar el acceso a 720 personas, lo que no ha evitado que se formara una larga fila especialmente de jóvenes que se han reunido a sus puertas desde las cinco de la mañana.

La iniciativa de habilitar una tienda física por unos días en alguna gran ciudad es algo muy poco frecuente para una firma de moda china que habitualmente vende únicamente a través de internet y que, además sin publicidad tradicional, ha logrado codearse en Europa con grandes firmas ya consolidadas, como Inditex, H&M o Primark.

A las 10:30 de la mañana ya la cola se prolongaba desde el número 3 de la calle Sandoval hasta la Glorieta de Bilbao, pero poco antes de abrir, la ilusión se convertía en decepción tras un aviso publicado por la firma en redes sociales en el que se explicaba que solo se permitiría la entrada “a los primeros 720 invitados en la fila”.

Esto es lo que repetían las jóvenes que tenían en su mano el 407 y 410, que desconocían que durante el fin de semana se iba a repetir el mismo patrón. Además, se quejaban de que “si no vienen las sesenta personas que tienen que entrar en cada turno, no dejan entrar a nadie más”.

Garantizar la compra tranquila y sin agobios es lo que desde Shein buscan con estas medidas que solo han permitido el acceso de sesenta personas por hora en la tienda porque, según el número, “tienes una hora para entrar”, explicaban a Efe seguidores de la marca arremolinados a la entrada del establecimiento.

La firma ha decidido mantener en esta efímera tienda los mismos precios de compra que en su aplicación online, algo que se puede comprobar a través de un código QR que hay en cada una de las etiquetas de las prendas y accesorios en venta.

Las largas colas del jueves y viernes han despertado quejas entre los responsables de negocios colindantes del barrio madrileño de Chamberí, quienes culpan a la marca de no haber controlado el volumen de convocatoria hecho a través de las redes, y esperan “poder trabajar” en buenas condiciones el resto del fin de semana.