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Gorillas estudia cómo salir de España menos de un año después de aterrizar

La empresa de supermercados 'fantasma' busca un socio local al que traspasarle su operativa y activos

Un repartidor de Gorillas

Un repartidor de Gorillas / Cedida

Gabriel Ubieto

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Gorillas, el 'unicornio' de origen alemán especializado en reparto de productos de supermercado a domicilio, ha iniciado los trámites para salir de España. Menos de un año ha durado su aventura en este mercado, que se queda en manos principalmente de Glovo y Gettir. La dirección de esta firma dedicada al reparto de productos desde supermercados 'fantasma' (aquellos que solo se dedican a entregas domiciliarias y no están abiertos al público) ha anunciado que busca un socio local para traspasarle sus operaciones en España y así centrarse en otros mercados que sí puedan darle rentabilidad. También está replanteándose su presencia en otros países europeos, tal como ha comunicado este lunes, y ha iniciado un proceso para finiquitar a 300 efectivos de su plantilla en todo el mundo.

El sector del 'delivery' se divide principalmente en dos segmentos. El clásico es el de reparto a comida a domicilio, provenga esta de restaurantes o de 'cocinas fantasma'. Aquí los líderes son Glovo, Uber y Just Eat. Y, por el otro lado, está la segunda generación de 'delivery', el conocido como 'quick commerce' o 'comercio exprés'. Este se dedica a llevarle a casa a los clientes lo que se conoce como la "compra del súper" (productos alimentación o parafarmacia). Ambos están al alza y Gorillas pertenece a este segundo segmento.

"El 90% de nuestros ingresos proviene de cinco mercados clave que han entrado en un camino claro hacia la rentabilidad: Alemania, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos. Por ello, hemos decidido afinar nuestro enfoque y seguir creciendo en estos cinco mercados", ha declarado la compañía en un comunicado. La firma cesa operaciones en España, así como en Italia, Dinamarca y Bélgica y avanza el despide de unos 300 trabajadores a nivel mundial. "[En España] estamos mirando todas las posibles opciones para la marca de Gorillas", justifican desde la firma.

El sector del reparto de la compra del súper a domicilio está en proceso de acabar de asentarse en España, con un par de agentes consolidados y con trayectoria previa, como es el caso de Glovo y Gettir, y otros que entran y salen a expensas de conseguir arañar una cuota de mercado. Los ucranianos Rocket, por ejemplo, duraron la mitad que Gorillas, iniciando operaciones en noviembre del 2021 y anunciando su salida de España en febrero del 2022. Y otra firma que tiene números de aterrizar próximamente es Cajoo, apoyada por Carrefour y en pleno proceso de expansión por Europa. "El que entre ahora, entra tarde", apuntan fuentes conocedoras del sector.

Uno de los actores del sector de reparto a domicilio que se verá afectado por el giro de timón de Gorillas en España es Just Eat. La antigua Nevera Roja firmó recientemente un acuerdo de colaboración con Gorillas para cederle a este su base de clientes y llevarse una comisión de los pedidos de supermercados que estos realizaran a través de Gorillas, con el fin de ampliar sus ingresos.

¿Por qué el cambio de Gorillas?

La firma de origen alemán entró en el mercado español poco antes de la entrada en vigor de la conocida como 'ley Rider', aprovechando la coyuntura para hacer gala de las condiciones laborales estables que ofrecía a sus repartidores. En un mercado en el que hasta la fecha había imperado el empleó de falsos autónomos, las sentencias judiciales contrarias a las empresas del sector y la conflictividad laboral. Tres elementos, por otra parte, que en firmas como Glovo -que ha persistido con el mismo modelo pese a la nueva ley- siguen imperando.

Pues Gorillas hizo publicitó sus condiciones laborales y apostó por una campaña comercial agresiva, tildando de "adrenalina positiva" la presión a sus trabajadores para entregar un pedido en 10 minutos o provocadores carteles como el de la plaza Sol de Madrid, en el que reza "En Madrid sí hay pan para tanto chorizo". Movimientos publicitarios polémicos que no han conseguido, entre otros, consolidar la marca y ganarle una cuota suficiente para hacer sostenible su modelo de entregas ultrarrápido.

Y la inseguridad jurídica en algunas ciudades como Barcelona tampoco ha ayudado. El consistorio barcelonés puso coto el pasado marzo al reparto a domicilio, desterró las cocinas fantasma a la periferia de la ciudad y vetó la apertura de nuevos súpers fantasma, alegando que toda esa operativa iba en contra del derecho al descanso de los vecinos. Dicha decisión no fue bien vista por la Autoritat Catalana de la Competència (ACCO), que consideró que esa decisión comportaba "restricciones muy graves e injustificadas a la competencia y la actividad económica". Lo que provocó una incertidumbre legal que no ha beneficiado al sector del 'delivery'.