Condiciones laborales

¿Cómo te afecta que no haya acuerdo de subida salarial en 2022 entre patronal y sindicatos?

Más huelgas, desigualdad entre sectores económicos y pérdida de poder adquisitivo son algunas de las consecuencias del desacuerdo en el diálogo social

Protestas de los trabajadores de Alcoa

Protestas de los trabajadores de Alcoa / Emilio Pérez Vázquez / EFE

Gabriel Ubieto

Gabriel Ubieto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras dos meses de negociaciones infructuosas, patronal y sindicatos se han levantado de la mesa y han dado por cerradas las conversaciones para un nuevo acuerdo de subida salarial para este 2022. Los agentes sociales no han conseguido consensuar cómo repartirse los costes de la escalada inflacionista y las secuelas económicas que llegan desde la guerra de Ucrania. Y ello promete tener consecuencias sobre el tejido empresarial y el bolsillo de los trabajadores. 

¿Significa que si no hay acuerdo los salarios no subirán? No, significa que, si lo hacen, lo harán de manera desordenada. ¿Qué implica eso? Más huelgas, desigualdad entre sectores económicos y pérdida de poder adquisitivo son algunas de las consecuencias que los diferentes economistas consultados destacan del desacuerdo en el diálogo social.

Más huelgas y conflictos

La consecuencia más inmediata es que va a aumentar el número de huelgas", advierte la vocal de laboral del Col·legi d'Economistes de Catalunya, Nieves Rabassó. Ya avisaron los sindicatos en sus presentaciones del Primero de Mayo: ‘si no hay pacto, tensionaremos cada nueva negociación de convenio’. La escalada del IPC ya lleva meses alimentando un caldo de cultivo de descontento bastante transversal, dado que el encarecimiento transversal de la electricidad y productos básicos. Y ello ocurre tras una pandemia, que ha provocado que la renovación de muchos convenios se pospusiera a la espera de una mejor situación sanitaria.

En algunos sectores o empresas ya han estallado dichos conflictos, como en el metal de Barcelona, o en los autobuses de Lleida o en la limpieza de Barcelona, Hospitalet o Cerdanyola; entre otros. Y durante los próximos meses prometen multiplicarse. Especialmente antes del verano, pues tradicionalmente los convenios se cierran por esas fechas y si las centrales aspiran a tensar las negociaciones será en ese periodo. Las otras fechas que pintan complicadas será de cara al otoño, como último intento antes de acabar el año de cerrar aquellos convenios que no se hayan podido cerrar antes.  

Desigualdad entre sectores

"No tener un acuerdo estatal nos lleva a una gran variabilidad entre sectores", advierte el economista i investigador de EsadeEcPol Carlos Victoria. De la misma manera que unas recomendaciones generales hubieran beneficiado más a aquellos trabajadores de gremios con dificultades para conseguir aumentos salariales, el desacuerdo les perjudicará en mayor medida. Pues en aquellos sectores donde los sindicatos tengan mayor capacidad de organización podrán arrancarle a las empresas mayores aumentos y en aquellos donde no pueda, los empleados deberán resignarse a una mayor pérdida de poder adquisitivo.

La variable organización sindical será clave, pero también la de los márgenes empresariales. Allí donde haya menor dependencia de la energía o donde la evolución de las cuentas de las compañías sea mejor, los trabajadores tendrán mayor margen para exigir mejores salarios. Y viceversa. "Suerte de la reforma laboral, que asegura la ultraactividad de los convenios, porque la falta de un AENC puede generar un bloqueo generalizado de la negociación colectiva. Aunque cuestiones como las normativas de igualdad o el teletrabajo no se van a incorporar mientras persista el bloqueo", afirma la vocal de laboral del Col·legi d'Economistes de Catalunya, Nieves Rabassó.  

Negociaciones más largas y pérdida de poder adquisitivo

La falta de una referencia común irremediablemente dificultará las negociaciones sector a sector, empresa a empresa. Al margen de si se acaba llegando o no a un acuerdo o si se tensiona hasta la huelga o no, la ausencia de una guía compartida alargará las negociaciones. Ello supondrá un problema para los trabajadores, ya que estarán más tiempo con los sueldos congelados y a la espera de su futura actualización. Y esa dilación también será, a medio plazo, un problema para las empresas. Ya que si bien a corto plazo se ahorrarán tener que subir sueldos mientras están negociando, luego tendrán que pagar los atrasos y ello puede tensionar sus cuentas a final de año. "Puede generar una falta de expectativas que dificulte la planificación de las empresas", apunta el economista de economista de EsadeEcPol

Crecimiento económico

El aumento de huelgas y los bajos incrementos salariales pueden suponer un lastre para el crecimiento económico del país. "En un momento complicado en el que la gente espera que los agentes sociales lleguen a acuerdos, que no lo hagan no contribuye a generar confianza", afirma Rabassó. "En un contexto como el actual de alta incertidumbre, es un factor añadido", apunta Victoria. Peores salarios implica menos capacidad de consumir por parte de los trabajadores/consumidores, ello puede contraer la demanda y deprimir luego la oferta de las empresas. Además, un ciclo de huelgas amenaza con paralizar puntualmente la producción, aumentar el número de horas de trabajo perdidas y dificultar la actividad económica.

Suscríbete para seguir leyendo