Las compañías defienden más celeridad en el cambio de modelo energético

Las compañías energéticas abogan por acelerar la transición energética, propulsada además por la guerra en Ucrania. Durante la Reunió Cercle d'Economia, el consejero delegado de Endesa, José Bogas; el de Repsol, Josu Jon Imaz; y el presidente de Enagás, Antoni Llardén han defendido el proceso, pero con distintas ópticas.

Bogas, que ha asegurado que el gas permanecerá mucho tiempo "pero es el pasado porque "el futuro es eléctrico", ha provocado la intervención de Imaz, que ha apostado por un proceso "con menos ideología" y teniendo en cuenta que serán necesarios los hidrocarburos con toda la sostenibilidad posible. El consejero delegado ha rechazado la equiparación entre descarbonización y electrificación porque hay fórmulas como, por ejemplo, el uso delos residuos.

Llardén ha recordado que Europa tiene que sustituir 150 bcm de los 500 que requiere que proceden de Rusia. "No va a ser fácil", ha admitido. En todo caso ha destacado que España se encuentra en buena posición en esta situación al contar con capacidad de almacenamiento y de regasificación solo comparable a la de países como Reino Unido o Japón. Esto, ha agregado Imaz, puede ser "una oportunidad" de cara a hacer de España un 'hub' distribuidor para el resto de Europa.

Energías renovables

El consejero delegado de Endesa ha apostado por agilizar las tramitaciones burocráticas para acelerar la implantación de energías renovables y ha estimado que "si la guerra poco se acelerará la transición energética". En cambio, si se prolonga "habrá fragmentación de la política energética europea".

Los tres directivos han considerado "absolutamente imprescindible" la transición energética hacia la descarbonización. "Tenemos que bajar los consumos de todo y buscar soluciones para el gas (hay que sustituir el equivalente a cinco veces la demanda española) y acelerar la implantación del biogás o el hidrógeno y las energías renovables y el autoconsumo", ha agregado Imaz.

Bogas ha asegurado que la reducción de la dependencia del gas ruso, poco importante en España, "es un objetivo que se debería perseguir más".