Informe InfoJobs y Fotocasa

El coste del alquiler sigue al alza y ya se come el 54% del sueldo de los catalanes

Los catalanes son los españoles que mayor proporción de su nómina destinan a pagar la vivienda de alquiler

A más de la mitad de los hogares gallegos que están de alquiler les cuesta pagarlo

A más de la mitad de los hogares gallegos que están de alquiler les cuesta pagarlo

Gabriel Ubieto

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El precio del alquiler sigue creciendo y año a año devora una mayor porción del sueldo de los catalanes. Según la última edición del informe anual de Infojobs y Fotocasa, un trabajador en Catalunya dedica de medida el 54% de su nómina a costear la vivienda de alquiler. Una proporción creciente y que sitúa a los catalanes como los españoles que mayor parte de su sueldo dedican al arrendamiento, por encima de otras zonas con el suelo tensionado, como Madrid (49%), Baleares (49%) o Euskadi (50%). Un dato negativo del informe de este año es que Catalunya va en dirección contraria a la del conjunto de España, pues mientras en la mayoría del resto de territorios los precios del alquiler han rebajado muy tenuemente su alza, en las provincias catalanas, especialmente en Barcelona han seguido creciendo.

La ecuación es sencilla: el precio del alquiler cada día es mayor y los sueldos llevan una década estancados. Resultado: los trabajadores cada año dedican una mayor porción de su nómina a pagar el techo y les queda menos para ahorrar, invertir, pagar la educación de sus hijos, gastar en ocio o irse de vacaciones, entre muchos otros. Si la actual inflación supone un problema puntual pero de calado para el bolsillo de los trabajadores, el precio de la vivienda lleva años siendo una losa cada vez más pesada.

Según los primeros datos disponibles de Infojobs y Fotocasa, en el 2016 un catalán dedicaba de media el 46% de su sueldo a pagar el arrendamiento. Y, desde entonces, ese trozo del pastel ha ido creciendo y creciendo hasta el 54% actual. Pues los salarios en Catalunya están en 2.073 euros brutos al mes (12 pagas), frente a un arrendamiento medio (de un piso de 80 metros cuadrados) que cuesta 1.125 euros cada mes. En la otra cara de la moneda, siempre según los datos de Infojobs y Fotocasa, se encuentra Extremadura, donde con un alquiler medio de 445 euros y un sueldo de 1.885 euros brutos (12 pagas), sus habitantes 'solo' dedican el 21% de su salario a costearse el techo.

A nivel del conjunto de España, dicho porcentaje retrocedió levemente, pasando del 41% al 40%, debido al freno de la demanda de pisos forzado inusualmente por la pandemia. "Este porcentaje destinado al pago del alquiler está muy por encima de lo recomendado por los órganos de control europeos y, a pesar del ligero descenso, nos encontramos en niveles muy poco asumibles a los que las familias o los jóvenes independientes pueden hacer frente", advierte la directora de estudios y portavoz de Fotocasa, María Matos.

La diferencia está en el alquiler, no en el salario

Barcelona es, junto a Gipuzkoa, la provincia más prohibitiva de toda España, donde el salario mínimo interprofesional no da para alquilar una vivienda de 80 metros cuadrados, que cuesta 1.201 euros al mes. En la misma sus vecinos dedican, de media, el 57% de su sueldo al arrendamiento. Los datos de los portales del grupo Adevinta señalan en la misma línea que otras fuentes, como el informe de este año del el Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Según el mismo, los costes de mantener un hogar -ya sea de alquiler o de compra- consumen el 45,2% de los ingresos de un barcelonés.

La principal diferencia en Catalunya entre vivir en Lleida, Tarragona, Girona o Barcelona no es tanto el sueldo, sino el coste del alquiler. Según los datos de Infojobs, las diferencias salariales entre los territorios catalanes son de matiz, pues entre el sueldo más alto (Barcelona, 2.105 euros) y el más bajo (Lleida, 1.878 euros) es de 227 euros, mientras que en el alquiler (Barcelona, 1.201 euros; frente a Lleida, 566 euros) es de más del doble: 635 euros. Es decir, los trabajadores de Lleida, Tarragona y, en menor medida, Girona ganan casi lo mismo que en la capital catalana pero pagan mucho menos de alquiler, lo que les permite tener más sueldo a final de mes para dedicarlo a otros menesteres y su calidad de vida.