Economía circular: una nueva forma de entender el consumo

Cambiar los sistemas de producción actuales puede ser la clave para luchar contra el empeoramiento de la crisis medioambiental

La economía circular propone dar una segunda a los materiales para reducir la generación de residuos

La economía circular propone dar una segunda a los materiales para reducir la generación de residuos

Carlos Torres

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En poco tiempo, el concepto economía circular se ha convertido en una de las respuestas más repetidas a la hora de hablar sobre la lucha contra el cambio climático. Se trata de la gran apuesta de las empresas, de la principal promesa de los proyectos políticos actuales y del plan de futuro que cualquier ciudad debería seguir. No obstante, ¿a qué nos referimos exactamente?

La economía circular es un concepto económico que define un nuevo modelo de producción y consumo basado en la sostenibilidad. Su principal objetivo, 'grosso modo', es el de adaptar la elaboración de bienes y servicios a las necesidades sociales y medioambientales actuales, reduciendo el derroche de materias primas, de agua y de fuentes de energía. En otras palabras, la economía circular es una propuesta de naturaleza ecologista que plantea hacer un uso eficiente de los recursos naturales de que todavía disponemos y con ello reducir tanto la producción de residuos derivados como las emisiones de dióxido de carbono.

Para alcanzar este objetivo y lograr reducir el impacto medioambiental de nuestro actual modelo de consumo, el pasado mes de marzo, la Comisión Europea presentó una serie de nuevas propuestas como parte de su Plan de Acción para la Economía Circular, una iniciativa afín al Pacto Verde Europeo, la hoja de ruta medioambiental presentada por la Comisión Von der Leyen en 2019. 

Para ello, la Comisión Europea propone la economía circular como alternativa al desgatado modelo lineal tradicional, el cual basa su funcionamiento en la extracción, uso y destrucción de materias primas. Por lo tanto, el principal objetivo de este Plan de Acción es el de alargar la vida útil de los productos y minimizar la creación de residuos, elaborando productos más duraderos, reparables y reutilizables. 

Además, la institución aboga por el rediseño estructural del sistema de producción y propone la elaboración de bienes físicos más eficientes y sostenibles desde el punto de vista energético y medioambiental. Y destaca también la necesidad tanto de informar y como de formar a los consumidores sobre la importancia de una reforma sostenible para convertirlos en actores activos de esta transición ecológica. 

Las nuevas 7R

Para Ellen MacArthur, impulsora de la economía circular a través de su fundación, este cambio de modelo económico se basa en un replanteamiento del paradigma:

1.     REDISEÑAR: Adaptar los productos desde una perspectiva ecológica y sostenible.

2.     REDUCIR: Minimizar la generación de residuos.

3.     REUTILIZAR: Alargar la vida útil de los productos.

4.     REPARAR: Arreglar los productos en lugar de convertirlos en residuos.

5.     RENOVAR: Actualizar los productos en lugar de convertirlos en residuos

6.     RECUPERAR: Reaprovechar materias que puedan reintegrarse en la cadena de producción en lugar de convertirse en residuo

7.     RECICLAR: Reaprovechar aquellos residuos útiles para la cadena de producción.

Una medida necesaria

La economía circular es una propuesta que podría poner freno al empeoramiento de la crisis medioambiental que ha definido las últimas décadas. Por poner un ejemplo, tras la pandemia, el comercio 'on line' (en todas sus manifestaciones) ha crecido de manera exponencial gracias a la comodidad que proporciona y a la diversidad de productos que ofrece. El pedido se realiza por internet, una empresa -que previamente lo ha producido en masa- lo empaqueta, un repartidor se desplaza para entregarlo y, finalmente, el consumidor recibe el producto y descarta el paquete

A pequeña escala puede parecer una transacción sin mayor efecto sobre el medioambiente, pero si este mismo formato de comercio se extrapola al marco global, las cifras comienzan a repercutir de forma en la salud del planeta

Según revela la ONU, el pasado 2020 se batió el récord de explotación de recursos naturales llegando a extraer 100 mil millones de toneladas de materias primas solo para el consumo. Una cantidad que aumentó 10 mil millones con respecto a un estudio previo realizado tan solo 3 años antes, en 2017. Asimismo, en 2021, también en solo un año se llegaron a generar 10 mil millones de toneladas de residuos, según indica un estudio de Nature, y se emitieron aproximadamente 36 mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, una tendencia que sigue creciente según datos del Banco Mundial.

Tal y como advierte la ONU, si esta tendencia continúa es posible que estas cifras se hayan duplicado para el año 2050 y que la totalidad de los recursos de la Tierra se vean en peligro. Es por esto por lo cual es necesario apostar por iniciativas ecológicas como la economía circular que, además de buscar soluciones, también pretenda acabar con la raíz del problema.