Economía ecologista

Detener la crisis climática es un deber cooperativo

El evento ‘El futuro del planeta empieza por la economía circular’ presentó varias mesas redondas para concienciar sobre el colapso medioambiental

El futuro del planeta empieza por la economía circular

El futuro del planeta empieza por la economía circular. /

Carlos Torres

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La situación climática actual se encuentra en un punto crítico. La sobreexplotación de recursos naturales y la continuamente creciente generación de residuos han llegado a extremos de lo más insostenibles para el planeta. El momento presente es absolutamente decisivo y cambiar los hábitos de producción y consumo se plantea como la única alternativa viable para evitar el colapso medioambiental. Para poder profundizar más en este tema y para acercar al público las consideraciones de los mayores expertos en la materia en Catalunya, el pasado miércoles 20 de abril se celebró en el Recinte Modernista Sant Pau el evento 'El futuro del planeta empieza por la economía circular', una jornada de mesas redondas organizado por EL PERIÓDICO y Prensa Ibérica.

La primera mesa, centrada en el papel de las administraciones en la transición hacia la economía circular, estuvo conformada por David Bote, alcalde de Mataró y presidente del Consorci de Residus del Maresme; Xesco Gomar, presidente delegado de l’Àrea d’Acció Climàtica de la Diputació de Barcelona; Isaac Peraire, director de l’Agència de Residus de Catalunya; y Sònia Llorens, directora de la Càtedra de Economia Circular del TecnoCampus (UPF).

De izquierda a derecha: Sònia Llorens, Xesco Gomar, Isaac Peraire, Valentina Raffio y David Bote.

De izquierda a derecha: Sònia Llorens, Xesco Gomar, Isaac Peraire, Valentina Raffio y David Bote. / El Periódico

Valentina Raffio, periodista de EL PERIÓDICO y moderadora de la mesa, dio inicio a las intervenciones preguntando a los ponentes si las administraciones públicas están verdaderamente preparadas para hacer frente a la gran cantidad de residuos que se están generando actualmente en Catalunya. Xesco Gomar fue el primero en contestar y se aproximó a la pregunta, tal y como él mismo indicó, de la forma más sincera posible: “Me gustaría responder que sí de manera contundente, pero no puedo hacerlo porque la realidad nos supera”.

Un alto coste

Según datos aportados por el Instituto de Estadística de Catalunya, el año 2020 se generaron casi 4 millones de toneladas de residuos en toda la comunidad autónoma. Una cifra que, si bien tuvo una ligera reducción a consecuencia de la pandemia de la covid-19, ahora vuelve a escalar de manera exponencial. En este aspecto, tal y como indicó Gomar, las labores de recogida y gestión de residuos necesarias suponen cada vez un mayor gasto económico y, con el fin de combatir el cambio climático de forma efectiva, instituciones como la Diputació de Barcelona deben empezar a “dotarse de recursos para ayudar a los municipios si queremos llegar a los objetivos de reciclaje que nos marca Europa para 2035”, una meta afín a lo acordado en el Pacto Verde Europeo (o 'Green Deal') una iniciativa presentada por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en 2019.

Como apoyo a esta afirmación, Isaac Peraire inició su participación en la mesa afirmando que “debemos cambiar el paradigma y hay que avanzar hacia la economía circular y el objetivo del residuo cero”, subrayando que para ello “se debe cambiar la mentalidad de manera co-responsable entre la administración, la sociedad y las empresas ”. Y es que, tal y como indicó, si bien “la administración de Catalunya garantiza el tratamiento de residuos”, su coste tanto económico como medioambiental es absolutamente insostenible para el planeta.

Precisamente, como presentó Gomar, “hace escasas semanas, el Pleno de la Diputación de Barcelona aprobó un plan de renovables dotado de 50 millones de euros, la inversión más importante que el Àrea d’Acció Climàtica ha hecho en la historia”. Una clara muestra de la inversión económica que supone para las instituciones la preparación de las ciudades para combatir la crisis medioambiental.

El paradigma

No obstante, aunque el panorama sea poco favorecedor, si en algo coincidieron todos los ponentes fue en que es necesario mirar al futuro con optimismo y con el convencimiento de que cambiar nuestro modelo de producción y consumo es una labor que debemos llevar a cabo con una responsabilidad social conjunta. Como expuso Sònia Llorens, “de momento no estamos preparados, pero somos conscientes de que debemos cambiar y tenemos la suerte de que somos un territorio con capacidad de reaccionar y de innovar”.

Y es que, precisamente, Catalunya es uno de los centros más importantes de España a nivel de desarrollo sostenible y economía circular. Tal y como indica el estudio 'La economía circular en Catalunya' elaborado por ACCIÓ, la agencia para la competitividad de la empresa del Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Catalunya, la comunidad autónoma cerró el pasado año 2021 con un total de 626 empresas dedicadas al desarrollo de tecnologías y soluciones vinculadas a la economía circular, un incremento del 60% en comparación con el lustro anterior.

La gran apuesta

A lo largo de la mesa redonda, todos los ponentes destacaron la importancia de la colaboración conjunta como principal motor de la transición a una economía circular: 

- Xesco Gomar: “Gestionar residuos requiere una gran inversión económica, y la Diputació de Barcelona debe dotarse de recursos para poder ayudar a los municipios si queremos alcanzar los objetivos de reciclaje europeos.”

- Isaac Peraire: “Con el tema de los residuos nos jugamos tanto, que no se juega. Hace falta un gran consenso y un acuerdo global para cambiar el paradigma. Las bases ya están puestas y ahora se deben consolidar.”

- David Bote: “Además de la gestión de residuos, entendemos que la mejor manera de obtener resultados es educar y concienciar de que tenemos que consumir mejor. Y para ello tenemos que trabajar unidos.”

- Sònia Llorens: “Conseguir cambiar depende de trabajar de forma holística y con la cuádruple hélice, donde Administración Pública, Empresa, Academia y Sociedad adquieran una visión de co-creación conjunta.” 

En este aspecto, la mesa redonda pudo contar con el testimonio de David Bote, quien profundizó en uno de los buques insignia de Catalunya en el terreno de la sostenibilidad: el Parque de Economía Circular Mataró-Maresme. Se trata de un proyecto llevado a cabo por el Consorci de Residus del Maresme, una entidad adscrita al sector público del Ayuntamiento de Mataró y que cuenta con más de 30 años de experiencia en ámbito de la innovación ambiental y energética.

Mataró cuenta con un gran historial de inversión en sostenibilidad. Fue la ciudad referente en plantas de triaje, fue de los primeros ecoparques de Catalunya y, tal y como indica Bote, el Parque de Economía Circular Mataró-Maresme persigue esta misma voluntad pionera de sentar un precedente para el resto de la comunidad. Además de reciclar, este parque va mucho más allá y “pretende fomentar la reutilización y la segunda vida de los materiales”, afirmó Bote. Asimismo, “las empresas podrán disponer de un parque donde gestionar la refabricación y donde se podrá hacer un reciclaje todavía más selectivo para recuperar materiales que todavía no se plantean como parte de la cadena de recuperación, como colchones o textiles”, añadió.

El Parque de Economía Circular Mataró-Maresme busca reciclar productos que todavía no forman parte de la cadena general de recuperación.

En última instancia, Bote retomó el mensaje que previamente habían expuesto los demás ponentes de la mesa y concluyó el acto reafirmando la necesidad de conseguir un cambio integral en la sociedad para lograr una auténtica transición hacia un modelo económico de producción y consumo más sostenible. Cerrando con sus mismas palabras: “Además de la gestión de residuos, entendemos también que la mejor manera de obtener resultados es educar, concienciar y explicar que tenemos que consumir mejor. Todos tenemos que ser emisores de este mensaje y es que es cuestión de supervivencia en el ámbito económico y medioambiental. Tenemos que conseguir que la economía circular arraigue en el territorio”.