Sostenibilidad

Economía circular: innovación e instinto de supervivencia

Gran empresa y Administración analizan en una jornada organizada por EL PERIÓDICO las claves para catapultar este nuevo modelo productivo

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eco / Joan Cortadellas

Paula Clemente

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Le preguntan por el futuro y él responde que espera que, pasados treinta años, sea normal recordar como una época muy lejana aquella en la que las cosas se tiraban a la basura. Albert Vilalta es director institucional e industrial de Ecoplanta, una iniciativa montada entre Repsol, Agbar y la canadiense Enerkem para transformar los residuos no reciclables con metanol. “El futuro será sostenible o no será; será circular o no será”, corresponde el director comercial de BASF, Daniel Campo. Y ojalá que para entonces no hablemos de reducir impacto negativo, si no de aportar activamente al medioambiente, añade la directora de sostenibilidad y Relaciones Internacionales de Mahou San Miguel, Beatriz Herrera.

Ellos tres, junto al director de Relaciones Internacionales de Signus, Román Martín; la responsable de gestión ambiental de Endesa, Nerea de la Corte; y el director del Consorci de Residus del Maresme, Carles Salesa, han explicado este miércoles lo que sus compañías están haciendo para convertir la economía circular en una realidad. Lo han hecho en una jornada organizada por EL PERIÓDICO y Prensa Ibérica, en la que también se ha hablado de los retos a futuro y del papel de la administración, que ha contado con la participación de la consellera d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya, Teresa Jordà, y que, conducida por la periodista Valentina Raffio, ha puesto de manifiesto que la innovación y asumir que este nuevo modelo productivo es una cuestión de  supervivencia, serán las claves para hacer de la economía circular una tendencia de masas.

“La economía circular son un conjunto de estrategias para cambiar este modelo [de economía lineal: extraer, producir, poner, tirar]”, ha introducido la directora de la Cátedra de Economía Circular del Tecnocampus de la UPF, Sònia Llorens. “Es un concepto económico, y esto es importante, porque de sostenibilidad hace muchos años que hablamos”, ha agregado la misma, explicando que este enfoque busca esencialmente que los recursos de hoy no pongan en riesgo los recursos del futuro y reducir en general el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía.

Ejemplos empresariales

¿Cómo hacerlo? La catedrática ha señalado en primer lugar a las empresas y a su necesaria apuesta por la innovación y por reinventarse. Según ha ejemplificado Llorens, el grupo de cosmética y perfumería Puig ha escrito en sus envases las instrucciones o recomendaciones de uso de un producto, evitándose así el prospecto; la marca Iaios hace ropa de un mismo tejido y sin botones o cremalleras para que sea fácil de reciclar y Phillips ofrece un servicio de mantenimiento de bombillas e iluminación al aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, para poder producir sin obsolescencia programada y seguir ganando dinero.

En este sentido, las empresas presentes en el acto han contado que reciclan neumáticos para volver a meter partes en la cadena productiva (Signus), que trabajan en descarbonizar su energía (Endesa) o que destinan las sobras de la producción de cerveza a fertilizar y al ganado (Mahou San Miguel).

Papel de la administración

Por su lado, el presidente delegado del Àrea d'Acció Climàtica de la Diputació, Xesco Gomar; el director de la Agència de Residus de Catalunya, Isaac Peraire; y el alcalde de Mataró y presidente del Consorci per al Tractament de Residus Sòlids Urbans del Maresme, David Bote, han coincidido en la lectura: la sociedad todavía no está del todo preparada para el cambio porque “la realidad nos supera” y la administración pública tiene también que asumir su parte.

“Es necesario un amplísimo consenso a nivel administrativo para afrontar este tema”, ha apuntado Peraire. “Gestionar residuos son muchas cosas, pero también es dinero”, ha sintetizado Gomar. “Es una cuestión de supervivencia en el ámbito medioambiental y en el ámbito económico”, ha ultimado Bote.

“Estamos inmiscuidos en una emergencia climática de primer orden”, ha analizado la consellera Jordà. “Es evidente que vamos tarde y que urge transitar hacia un modelo que acelere la economía circular”, ha agregado esta portavoz gubernamental, que ha reconocido asimismo que este cambio productivo requiere de un pacto de país y de la colaboración de todas las partes: actores económicos, sociales, colegios profesionales, universidades, centros de investigación, administración, etc. “Si no trabajamos de forma coordinada no lo lograremos, porque no transformaremos”, ha concluido.