En Castellbisbal

La siderúrgica Celsa registra un erte de un año para 850 trabajadores por el alza de la energía

La empresa industrial pacta un mecanismo de suspensión con los sindicatos por si tiene que parar su producción por problemas logísticos

Las instalaciones de Celsa, en Castellbisbal.

Las instalaciones de Celsa, en Castellbisbal. / ARCHIVO / JOSEP GARCIA

Gabriel Ubieto

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La empresa siderúrgica Celsa ha registrado un expediente de regulación temporal de empleo (erte) de un año de duración para 850 trabajadores de su planta de Castellbisbal. El mecanismo de suspensión, motivado por el alza de los precios de la energía, ha sido acordado con los sindicatos y cubrirá hasta el 31 de marzo del 2023, tal como explican fuentes de la empresa, sindicales y confirma el Departament de Treball de la Generalitat, que recibió la documentación esta semana. El registro del erte no implica una parada total ni inmediata de la producción y los ajustes de plantilla se centrarán en reducciones puntuales de la carga de trabajo de hasta 75 días por empleado en todo el año. El erte de Celsa ha provocado una cadena de expedientes entre sus proveedores que afecta a otros 500 trabajadores, según cálculos sindicales.

Las empresas que precisan parar su actividad por un uso intensivo de gas o electricidad ya están consolidando a medio plazo mecanismos para resistir el aumento de precios. Firmas como Arcelor ya anunció a principios de marzo que detenía parte de su producción en el País Vasco porque no le salían las cuentas y ahora en Catalunya es el turno de Celsa. En su caso las líneas de producción no está previsto que paren, según insisten desde la empresa, y el objetivo del expediente temporal es ir ajustando las producciones a la demanda y poder parar o reducir las producciones en el caso de que el precio del megavatio se dispare.

Hasta ahora esta empresa siderúrgica, como otras miles, ha ido ajustando su plantilla mediante un erte covid, cuya vigencia finalizó este 31 de marzo. El vencimiento de este mecanismo especial obliga a las compañías que tenían trabajadores suspendidos -unos 100.000 en toda España- tengan que registrar nuevos expedientes con la normativa ordinaria. Y Celsa, al igual que hizo Seat la semana pasada, se ha ido a un erte ETOP por causas productivas y aduciendo los altos precios de la energía. Las industrias textiles, que en Catalunya tienen una fuerte presencia en la provincia de Girona con firmas como Nylstar o Anglés Téxtil, también están negociando y registrando nuevos ertes de larga duración para cubrirse legalmente ante paradas o disminuciones de la producción.

Los precios industriales más altos desde 1976

Fuentes sindicales explican que el ciclo de ertes en las industrias electrointensivas se encuentra actualmente en una primera fase, que afecta a las matrices y a sus proveedores más inmediatos. Y todavía no trasciende a un segundo perímetro, que será cuando el cliente note la menor producción de acero y tenga que cuadrar sus plantillas en función de la misma. Pues la demanda de acero no ha disminuido pese al aumento de la energía y la industria no ajusta producciones por cuestión de demanda, sino para evitar aumentar los costes del producto.

Una escalada de precios que ya se evidencia en la estadística. La semana pasada el INE publicó el índice de precios industriales referente a febrero: los precios habían aumentado el 40,7% respecto al mismo mes del año anterior y cinco puntos por encima de la registrada en enero. Es la tasa más elevada desde enero de 1976. Y el componente que aviva esa inflación es claramente el energético, que registró un crecimiento anual del 114,4%, más de 23 puntos superior al de enero. Para amortiguar parte de esa escalada de precios el Gobierno aprobó este pasado martes un paquete de 500 millones de euros, que el grueso de los mismos irá reducir los peajes a 600 consumidores electrointensivos.

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