Fin el 28 de febrero

Ertes covid: Dos años de acuerdos 'in extremis'

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Gabriel Ubieto

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La historia de los ertes covid es una historia de éxito, en la que el Gobierno ha destinado una cantidad sin precedentes de recursos para salvar millones de empleos y que ha sido un consenso unánime en el diálogo social y solo Vox se ha descolgado en el Congreso de apoyar las sucesivas renovaciones de esta herramienta. En las sesiones parlamentarias de los primeros compases de la pandemia el cruce de reproches verbales entre el PSOE, Unidas Podemos y el PP por la paternidad (y parte del rédito electoral) de la medida fueron una constante. La primera mención a los expedientes de regulación temporal de empleo se remonta al texto original del Estatuto de los Trabajadores, de 1980 y con la extinta UCD en la presidencia del Gobierno.  

No obstante, la historia de los ertes también ha dejado sus momentos oscuros, como cuando el SEPE se retrasó a la hora de pagar las primeras prestaciones y llegó a dejar a centenares de miles de trabajadores hasta tres meses sin ingresos. En su pico máximo hasta 3,4 millones de trabajadores llegaron a estar cubiertos por un expediente de este tipo, frente a los poco más de 100.000 que perduran actualmente. Para sostener este escudo laboral el erario público ha hecho un esfuerzo sin precedentes y lleva gastados, entre ayudas a las empresas y prestaciones, 29.050 millones de euro, según datos de los ministerios de Trabajo y Seguridad Social.

Si bien el Gobierno ha conseguido mantener intacto el frente con patronal y sindicatos en todas y cada una de las siete renovaciones que ha habido desde marzo del 2020 a febrero del 2022, ello no ha estado exento de tensiones y reuniones intempestivas a pocas horas de vencer el plazo para renovar las ayudas. Especialmente agónica fue la quinta prórroga, que requirió de un Consejo de Ministros extraordinario y la CEOE se sumó al pacto una vez ya empezado el cónclave gubernamental. El rechazo de los empresarios a aceptar las limitaciones al despido durante los seis meses después del erte tensó las negociaciones, así como la exclusión de determinados sectores en fases distintas de la pandemia.   

Dos años después, los ertes covid dan paso a los nuevos ertes de la reforma laboral, que recogen la experiencia pandémica y que a partir del 28 de febrero probarán su eficacia como alternativa atractiva al despido para las empresas.

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