La Cambra prevé que el PIB catalán crezca el 6,3% este año

La Cambra de Comerç de Barcelona prevé que la economía catalana se recupere y alcance niveles prepandemia este año, con una mejora ostensible de la situación en verano, incluso en el sector turístico. Mensaje de forzado optimismo lanzado este jueves durante la presentación del informe de coyuntura habitual de la institución, realista, pero sin obviar un análisis prolijo de amenazas que todavía persisten y que invitan a la cautela. "Revisamos a la baja ligeramente las previsiones de 2021-2022 hasta el 6,0% y 6,3%, por el impacto de la variante ómicron, la crisis de suministros, la subida de precios y el retraso en la ejecución de los fondos Next Generation", concluye el informe. En octubre, la Cambra apuntó un crecimiento para el 2021 del 6,1% y del 6,5% para el 2022, pero un cierre del año dubitativo y las incertidumbres generadas por el alza de los tipos de interés y la amenaza de precios altos hacen variar esas expectativas.

Inflación no estructural pero persistente

El director de estudios de la Cambra, Joan Ramon Rovira, describió la actual recuperación como de 'V' asimétrica irregular en la que los ritmos difieren según los sectores y todo ello en un contexto de una inflación "no estructural pero persistente". El gran debate de los economistas es aventurar si esa inflación va a ser estructural y si los precios altos se consolidarán, lo que comportaría entonces tasas de crecimiento inferiores a las previstas. "El alza de precios es un factor negativo que puede frenar el consumo privado y por tanto el crecimiento", opinó Rovira.

Inversión y exportación, los motores

En 2022, los economistas de la Cambra prevén que el consumo privado se beneficie del ahorro acumulado y el control de la pandemia pero es la inversión empresarial y las exportaciones el verdadero motor de la recuperación. "La inversión crecerá más de un 7% en 2022 gracias a los fondos NGEU ya las mejores perspectivas de crecimiento. El sector exterior hará una contribución positiva en el crecimiento", afirma el estudio. Sobre el alza de las materias primas y de la energía, los expertos de la Cambra apuntan a que los mercados de futuros adelantan bajadas de precios en los próximos dos años, por lo que la inflación subyacente debe tender a bajar, pero de una manera lenta, en ese contexto de inflación persistente. Si las materias primas y los costes de transporte se mantienen altos, las empresas tarde o temprano tienden a repercutir esos costes en sus precios a medida que agotan los estocs.

Empleo

En un alarde de equilibrio entre el reconocimiento de la recuperación y dosis de coherente prudencia, el informe de la Cambra resalta los buenos indicadores pero profundiza también en los elementos que deben tenerse en cuenta para la interpretación de los datos. Así, la indudable buena situación de la ocupación en Catalunya debe resaltar, según Rovira, que el crecimiento del empleo registrado lo hace por encima del crecimiento del PIB como consecuencia de una composición de los contratos en la que priman los temporales y los vinculados al sector público (el 60% del total). Queda por tanto un margen de mejora en el que "conviene una economía con salarios reales elevados pero con una productividad empresarial también alta". En cualquier caso, la Cambra y su presidenta, Mònica Roca, mantienen una posición prudente y remiten a que la fijación de alzas salariales debe ser siempre resultado de la negociación entre sindicatos y trabajadores, en función de la situación de cada empresa, y con prioridad de los convenios autonómicos frente a los estatales. Para Roca, la política económica debe centrarse en minimizar el paro juvenil (actualmente del 30% en Catalunya) y en ofrecer soluciones a las empresas que tienen dificultades para encontrar trabajadores con formación digital. La apuesta por la formación es por ello fundamental, opinó Roca.

Sobre el efecto del coronavirus en la economía catalana en los próximos meses, la Cambra defiende que la pandemia va a dibujar una situación "crónica" y las políticas a aplicar se van a parecer a las aplicadas por Dinamarca, para afrontar una enfermedad cronificada pero con menor peligrosidad.