Impacto estratégico

Sostenibilidad: un viaje incierto para la empresa

La pandemia impulsa estrategias verdes, pero muchos directivos no saben por dónde empezar

sostenible

sostenible / Pixabay

María Refojos

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La pandemia ha acentuado el compromiso de las empresas españolas por la sostenibilidad. Al menos, eso es lo que dicen seis de cada 10 directivos consultados por Grant Thornton. Esta apuesta se ha materializado en estrategias para el 46% de los entrevistados, un hecho que la auditora también ha experimentado: en el último año, se ha duplicado el número de empresas que han llamado a su puerta en busca de asesoramiento en criterios sostenibles o, directamente, de ayuda para implementar planes y acciones medioambientales, sociales y de buen gobierno.

La concienciación juega un papel relevante al azuzar la tendencia, pero no se puede quitar mérito a la regulación en vigor. Desde el pasado 1 de enero, la Ley 11/2018 aplica para organizaciones desde 250 trabajadores y 40 millones de euros de facturación. Ahora están obligadas a presentar un estado de información no financiera y reportar sobre medio ambiente, políticas de igualdad o prácticas antisoborno. Y aunque el grueso del tejido productivo español está formado por pequeñas empresas que a priori no se ven afectadas por esta normativa, Jaime Romano, socio de Procesos y Eficiencia de Grant Thornton, vislumbra un "efecto dominó". "Las pequeñas empresas tendrán que empezar a cumplir algunos requisitos", considera, porque de no hacerlo pueden sufrir las consecuencias financieras y de negocio de un cambio que va a ser un "elemento clave de gestión".

Este experto hace alusión a "problemas" como quedar fuera de procesos de inversión o concursos por no cumplir parámetros ASG. Tampoco descarta que las empresas deban presentar de forma obligatoria la relación entre sus ingresos y de qué actividades sostenibles proceden o, incluso, de no poder optar a licitaciones públicas. "Es a futuro, pero probablemente no tardemos mucho en ver elementos de solvencia en sostenibilidad o ser un proveedor homologado en determinados parámetros de sostenibilidad", augura.

Si a lo anterior se suma la posibilidad que dan los fondos Next Generation, el impacto estratégico del ‘verde’ parece claro. No obstante, en este limbo de concreción reguladora y futuribles sobre cómo adaptar y reformular los modelos de negocio, muchas empresas se encuentran perdidas. Para cuatro de cada 10 directivos, las nuevas normativas y los requisitos de información son imprecisos, mientras que otro 31% reconoce sentirse confundido en torno a cómo se evalúan estos criterios ASG, según el informe de Grant Thornton. Los costes derivados de tomar medidas o los limitados beneficios financieros son escollos para más de la mitad. "Es una realidad, las compañías no saben cómo abordar esta aproximación a la sostenibilidad", corrobora Romano.

En esta vorágine, aparecen proyectos que tratan de poner negro sobre blanco en cuanto a métricas, métodos y recursos. Uno de los más recientes es el de Repsol y Minsait, filial de Indra, que han desarrollado una plataforma para conocer cómo incide la actividad empresarial sobre los recursos naturales y ayudar en la toma de decisiones. "Medir el impacto sobre el medio ambiente, así como gestionarlo eficazmente para minimizarlo o incluso revertirlo, es clave para asegurar la contribución de las empresas al desarrollo sostenible y mantener nuestra licencia social para operar", detalla Isaac Nájera, líder de Medio Ambiente de Exploración y Producción de Repsol.

La solución, bautizada como READS y que se empezará a comercializar en febrero, se basa en una metodología propia diseñada por Repsol y una tecnología desarrollada por Minsait. El objetivo es que las empresas puedan conocer y valorar de forma integral su impacto ambiental, además de identificar las técnicas de protección más eficaces y que, a la vez, sean "económica y técnicamente viables". Para ello, proporciona indicadores para el análisis económico de actuaciones sobre biodiversidad y servicios ecosistémicos, cambio climático, recursos hídricos y bienestar social. También cuantifica la pérdida o ganancia de capital natural asociada a la actividad, ya sea de un proyecto, activo industrial o empresa que esté en operación, o incluso anticipar los impactos a futuro a través de simulaciones de distintas opciones, resalta Nájera.

El modelo está basado en una cuota de suscripción Software as a Service (SaaS), que será de diferente cuantía en función del número de módulos que se contraten y el volumen de uso por parte del cliente, "para que pague sólo por lo que necesite", afirma Juan Pérez de Cossío, director de Oil&Gas en Minsait. ¿El precio? Desde "unos pocos miles de euros" para un acceso más limitado, indica, hasta "cientos de miles de euros" en caso de compañías con uso extensivo.

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