Entrevista

Lucía Velasco: “La innovación ha sido usada como mantra para que no se regule"

Charlamos con la economista, autora de ’¿Te va a sustituir un algoritmo?’, sobre el impacto de la digitalización y la pandemia en el futuro del mercado laboral

La economista Lucía Velasco, autora de '¿Te va a sustituir un algoritmo?'

La economista Lucía Velasco, autora de '¿Te va a sustituir un algoritmo?'

Carles Planas Bou

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El trabajo está cambiando. En los últimos años, la digitalización y el creciente uso de la tecnología han transformado el mercado laboral y alumbrado nuevos modelos de empleo. Acelerada tras la irrupción de la crisis del covid, esa tendencia se prevé que desplace hasta 85 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. ¿Cómo nos afectará?

Eso es lo que la economista madrileña Lucía Velasco estudia y analiza en el libro ‘¿Te va a sustituir un algoritmo?’ (Turner). A sus 39 años ha trabajado como asesora de la presidencia y de distintos ministerios del Gobierno español así como de la Comisión Europea y actualmente es la directora del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI).

Los estudios señalan que los algoritmos afectarán a entre un 12% y un 47% de los puestos de trabajo ¿Vienen a quitarnos el trabajo?

La disrupción tecnológica está cambiando el trabajo. Las personas se van a ver cada vez más inundadas de tecnología mientras las empresas se han dado cuenta que eso beneficia su crecimiento. Quizás habrá casos en los que los algoritmos sustituirán ciertas tareas, pero en la mayoría de casos se tratará de convivir con ellos.

¿Ese acelerón digital tendrá un mayor impacto en un mercado como el español?

Sí, la crisis combinada que vivimos nos afecta más porque nuestro modelo productivo, basado en los servicios y el turismo, no nos permite aprovechar tanto la tecnología y porque en nuestro mercado laboral hay mucha dualidad y una precariedad creciente. Cada vez hay más gente sin protección laboral y con contratos de mierda.

"Las plataformas están rompiendo el contrato social y empujando a la población a quedar fuera del sistema"

¿Cómo ha contribuido a ello la irrupción del capitalismo de plataformas?

Las plataformas están rompiendo el contrato social y empujando a la población a quedar fuera del sistema. Hay que prevenir su modelo, que te vende que ir en bici y cargando una mochila es ser un emprendedor, pero pagándolo todo tu. El sistema funciona cuando pagas impuestos para que el Estado te dé una protección, mientras que las plataformas ponen todo el riesgo laboral en el trabajador. Y si estás enfermo es tu problema.

Parece que hemos absorbido el modelo individualista que impera en Estados Unidos…

Europa tiene una idea común del bienestar frente a un individualismo que acelera la desigualdad. No podemos vender como panacea del éxito personal que una persona tenga que negociar individualmente sus condiciones laborales con el empleador. Emprender e innovar es necesario y muy importante, pero es peligroso romantizar la cultura del emprendimiento para terminar trabajando de mala manera.

"Es peligroso romantizar la cultura del emprendimiento para terminar trabajando de mala manera"

¿Hemos dejado que el modelo de las plataformas impulse un nuevo proletariado digital en nombre de la innovación?

Sí, la innovación ha sido usada como un mantra para que no se regule, nadie quiere ser acusado de frenar el progreso. Otro problema que nos ha llevado aquí es el desconocimiento de quienes han tomado decisiones, perfiles de alta función pública no familiarizados con entornos tecnológicos que no han sabido abordarlo y han preferido ponerse a un lado para que sea la justicia quien tome las decisiones. Un mercado laboral que respete los derechos de los trabajadores lo debe establecer la política, no la justicia. El auge del modelo de las plataformas ha sido cuando han mirado hacia otro lado.

¿Cómo podemos gobernar la tecnología para que tenga un impacto social positivo?

La digitalización en general traerá cosas positivas pero tiene externalidades de las que hay que estar pendientes. Ese proceso depende de las reglas que crees. Es diferente digitalizar pensando en los beneficios de las empresas que haciéndolo pensando en las personas. Hay muchos derechos que tenemos garantizados en el mundo analógico pero que en el mundo online se diluyen y hay que defender.

"La automatización plantea dudas éticas"

Cada vez más empresas usan sistemas de Inteligencia Artificial para las entrevistas de trabajo y la supervisión laboral.

Hay grandes empresas españolas que los usan, pero hay poca información al respecto. La IA es más eficiente que tener a diez personas haciendo una gestión, pero tenemos que ver qué criterios de selección usa para evitar que, por ejemplo, puntúe mejor a quienes han estudiado en universidades privadas y discrimine a parte importante de la población. La automatización plantea dudas éticas.

Hemos sacralizado las máquinas. ¿El mito de que son exactas y no fallan dificulta fiscalizar su uso?

Parece que todo lo que dicen sea irrebatible y no es así. Más allá de los detalles técnicos, la fiscalización de estos sistemas depende de la voluntad política.

"Es fundamental auditar los algoritmos e informar a la gente para que decida si quiere vivir en una sociedad hipervigilada"

¿Hay en España una falta de transparencia para registrar y auditar esos algoritmos?

Totalmente. Hasta ahora este tema nunca ha estado en la agenda española. Se está empezando a trabajar en esa línea y es fundamental que se auditen los algoritmos y que se informe a la gente para que decidan si quieren vivir o no en una sociedad hipervigilada.

Más allá de la promesa del crecimiento, la digitalización también puede incrementar la desigualdad. ¿Qué pasa con quienes tienen una menor alfabetización digital, como los mayores?

Es algo horrible porque ellos lo viven con mucha angustia. Lo hemos visto con la retirada de cajeros automáticos. Debemos impulsar proyectos para que todo el mundo pueda tener competencias digitales. Hay que digitalizar a la velocidad que podamos acompañar a quienes se están quedando atrás.

¿Y con quienes no quieran formar parte de esa hiperconexión?

Independientemente de si quieres formar o no parte de ello, todos deberíamos tener competencias básicas para movernos en un entorno digital, pasa lo mismo con la vida en las ciudades. Eso sí, el lujo del futuro será la desconexión.

"Las mujeres ocupan los puestos de trabajo más mal pagados. Y esos son los que más sufrirán la digitalización".

La polarización y precarización laboral golpea más a las mujeres. ¿La digitalización puede acentuar o revertir ese lastre?

Hace un año te habría dicho que la digitalización es una oportunidad, pero ahora me preocupa mucho. Muchas mujeres ocupan puestos de trabajos mal pagados, como la economía de los cuidados (sanidad y educación) o la parte administrativa o las cajeras. Esos puestos de trabajo poco calificados son los que pueden sufrir más la digitalización.

Esa situación ha llevado a la “Gran Dimisión”, que cada vez más gente en países como Estados Unidos o Italia deje su trabajo…

La degradación salarial es tan grande comparada con el coste de la vida que ha generado mucho hartazgo. Si no puedes plantearte irte de viaje cómo te plantearás tener una familia. Todos estamos un poco al límite, aguantando miedo general y estrés. Así que muchos prefieren estar en casa en lugar de en un trabajo mal pagado. Aún así, esa situación no pasa tanto aquí.

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