Mercados financieros

Las bolsas encaran un año de alzas moderadas amenazadas por la inflación

Los expertos prevén subidas de en torno al 5% de los mercados estadounidenses y del 10% de los europeos, con el Ibex 35 aún más alcista

El principal riesgo es una subida persistente de los precios que obligue a los bancos centrales a retirar estímulos más rápido de lo previsto

Vista general del Palacio de la Bolsa

Vista general del Palacio de la Bolsa / Alberto Ortega - Europa Press

Pablo Allendesalazar

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Pese a los niveles máximos históricos en que se mueven las bolsas mundiales, los inversores afrontan 2022 con un cauteloso y moderado optimismo. Los analistas confían en que este año continuará la tendencia alcista más o menos ininterrumpida que comenzó en la segunda mitad de 2020 gracias a la respuesta de las autoridades económicas globales a la pandemia, aunque con subidas más moderadas de los mercados de valores que en 2021. Con todo, los expertos advierten del riesgo de que la evolución del coronavirus y, sobre todo, una inflación desbocada provoquen que el año acabe siendo menos benigno de lo que prevén.

El vértigo, en cualquier caso, no ha hecho presa aún de los inversores. Y ello pese a que el índice MSCI World, que recoge los mercados de valores de los 23 países más desarrollados del mundo, encadena una sucesión de récords desde agosto de 2020. El año pasado se revalorizó el 26,2% y está en torno a un 101% por encima de la cota más baja a la que se desplomó tras el estallido de la pandemia en marzo de hace dos años. En la misma línea, el MSCI ACWI, que añade al anterior las 25 mayores bolsas emergentes (incluida la china), registra revalorizaciones del 16,7% y el 68%, respectivamente. También selectivos clave, como el estadounidense Standard & Poor's 500 (alza del 26,9% en 2021), el alemán Dax 30 (15,8%) y el francés Cac 40 (28,8%), cerraron el ejercicio pasado en máximos históricos.

La confianza de los agentes del mercado se basa en que esperan que la recuperación económica continúe firme en 2022, aunque a un ritmo algo menor, gracias al más moderado pero aún importante apoyo de las autoridades fiscales y monetarias. "Las previsiones constatan el elevado ritmo de crecimiento estimado de la economía mundial de en torno a un 4,3% anual, tras registrar un avance del PIB de un 5,6% en 2021. Un repunte de la producción apoyado en la progresiva normalización de la actividad, el consumo de los hogares, el aumento de la inversión y la reconstrucción de los inventarios, y el despliegue de los planes de recuperación de las economías avanzadas (como el europeo Next Generation EU)", ha apuntado Singular Bank.

Riesgos principales

La posibilidad de que la pandemia se recrudezca y descarrile la recuperación sigue estando ahí, pero en el mercado se ha asentado la idea de que lo peor ha quedado atrás y de que el coronavirus va camino de pasar de enfermedad pandémica a endémica de impacto limitado. "La variante ómicron empaña las perspectivas a corto plazo. Sin embargo, el progreso de las vacunas y el aprendizaje sobre la pandemia ayudarán a contener las consecuencias económicas", han resumido los analistas de Generali Investments.

Así las cosas, el mayor riesgo que perciben los expertos es el de la altísima inflación: en la zona euro ha pasado del -0,3% de diciembre de 2020 al 4,9% el pasado noviembre, máximo desde que Eurostat comenzó a medirla en 1997, mientras que en España ha subido del -0,5% de diciembre de 2020 al 6,7% del mes pasado, su nivel más alto desde 1992. Está por ver su efecto en el consumo, que es la gran esperanza para que la reactivación económica continúe, máxime cuando los grandes niveles de ahorro acumulados durante la pandemia todavía no se han canalizado en su totalidad a un incremento sustancial del gasto.

Los bancos centrales, encargados de controlar los precios, esperan que la inflación vaya bajando a lo largo del año. Pero si ello no sucediese, podrían verse empujados a acelerar la retirada de estímulos, lo que reduciría la liquidez disponible en el mercado y encarecería la financiación, con lo que se minoraría el actual apetito por las inversiones de más riesgo (como la bolsa) en busca de una rentabilidad que no ofrecen los activos más conservadores (renta fija). A ello se sumaría el efecto de ese endurecimiento adelantado de la política monetaria sobre unas economías que todavía no han afianzado su recuperación, lo que también afectaría a los beneficios empresariales y, por tanto, a las cotizaciones.

De momento, tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo (BCE) han aprobado reducciones en los programas de compra de deuda para combatir la escalada de la inflación. La autoridad monetaria estadounidense, además, ha adelantado que subirá tipos este año (en el mercado se debate si lo hará entre dos y cuatro veces y si comenzará en marzo o en julio), pero su homóloga de la zona euro considera "muy improbable" seguir sus pasos. En cualquier caso, el escenario central de los analistas es que, salvo que los precios se desboquen de forma sostenida, no se producirán a medio plazo grandes encarecimientos del precio del dinero, ya que ello ahogaría a unos países que han llenado sus mochilas de deuda hasta los topes para combatir la pandemia.

Ibex rezagado

Los expertos prevén de media revalorizaciones de entre el 5% y el 10% en las bolsas estadounidenses y de entre el 10% y el 15% en las europeas. En el caso del Ibex 35 podrían ser aún mayores, de hasta el 20%. En buena medida, eso sí, se debería a su peor comportamiento relativo en los últimos dos años. El selectivo subió el 7,9% en 2021, pero todavía está un 13,5% por debajo del nivel máximo prepandemia y a años luz (-45%) de su máximo histórico de noviembre de 2007. 

La bolsa española, así, lleva tiempo lastrada por la más lenta recuperación económica del país, pero también por su pequeño tamaño (que la saca del radar de los grandes inversores internacionales), el excesivo peso de los bancos, la ausencia de compañías tecnológicas y su elevada exposición a Latinoamérica.

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