La opinión de abrdn Research Institute

Los planes de infraestructuras y gasto social de Biden, bajo presión en 2022

El presidente de EEUU, Joe Biden, en su primer discurso a la nación

El presidente de EEUU, Joe Biden, en su primer discurso a la nación / Alex Wong (Europa Press)

Stephanie Kelly (Directora adjunta del abrdn Research Institute)

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El partido demócrata del presidente Joe Biden se hizo con el liderazgo de la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y el Senado por una escasa mayoría, por lo que mantener los índices de aprobación en positivo y mantener la balanza de poder a su favor siempre iba a ser un reto.

Su presidencia nunca ha sido fácil. Desde su toma de posesión su popularidad ha caído en picado y entre los demócratas existen luchas internas en torno a sus principales propuestas de infraestructuras y gasto social. Casi se podría decir que está atrapado en un "bucle de fatalidad" de malas situaciones y contratiempos. Además, Estados Unidos se enfrenta a la subida de los precios de los combustibles y los votantes sienten el impacto.

Durante los dos primeros años de un mandato presidencial es cuando hay que hacer la mayor parte del trabajo, de cara a las elecciones de mitad de mandato, en las que suele ganar la oposición. En 2022, la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes está en peligro. Una redistribución de los distritos y una mayoría de sólo cinco escaños deberían situar a los republicanos en una posición fuerte para hacerse con la mayoría. La mayoría demócrata en el Senado también está en peligro, dado el actual reparto al 50%. Si los demócratas pierden la mayoría en la Cámara de Representantes o en el Senado será mucho más difícil la aprobación de leyes demócratas de gran calado. Así que el momento de Biden para actuar es ahora.

Por ello, es aún más importante que los demócratas se unan y consigan hacer algo en materia de infraestructuras con el tiempo suficiente para que se ponga en práctica antes de las elecciones legislativas. La Cámara de Representantes aprobó finalmente el proyecto de ley de infraestructuras, que supondrá unos 550.000 millones de dólares de nuevo gasto.

La líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, esperaba aprobar al mismo tiempo el acuerdo bipartito y la propuesta de la Cámara de Representantes para el proyecto de ley ‘Build Back Better’, que incluye un impulso significativo al gasto social. Sin embargo, ese día se produjo el rechazo de los moderados, que querían ver las estimaciones de costes de la Oficina de Presupuesto del Congreso. Finalmente, tras la publicación de las estimaciones, el proyecto fue aprobado, por lo que la pelota está ahora en el tejado del Senado. Aunque a menudo se habla de un proyecto de ley de 1,75 billones de dólares, las estimaciones sobre su tamaño total varían y llegan a los 2,4 billones.

Los elementos de gasto social del proyecto de ley supondrían una mejora de las prestaciones, como la atención infantil gratuita antes del jardín de infancia y la ampliación de la cobertura de Medicare. Si el proyecto de ley se aprueba, el equipo de Biden espera que los índices de aprobación del presidente aumenten.

Si los demócratas pierden la mayoría en las elecciones de mitad de mandato, es probable que Biden centre su atención en asuntos de política exterior y comercio. Sin embargo, tendrá que enfrentarse a los asuntos comerciales de China antes de las elecciones, ya que el acuerdo comercial "Fase Uno" firmado por la administración Trump vence en febrero.

China ha incumplido sus objetivos de importación de productos estadounidenses, y ha habido pocos cambios en la política industrial nacional. Sin embargo, en las últimas semanas se ha producido una cierta descongelación de las relaciones tras el comunicado conjunto de China y EE.UU. en la COP26, que ha suscitado la esperanza de que la finalización del acuerdo de la "Fase Uno" pueda suponer una oportunidad para entablar nuevas conversaciones e incluso alguna reducción marginal de los aranceles. Sin embargo, no es una certeza y es probable que dependa de los cálculos políticos internos del momento.

Parece probable que Biden y su equipo sigan levantando barreras a la inversión y al uso de la tecnología entre EE.UU. y China, además de trabajar con los socios comerciales para abordar los problemas comunes. Un ejemplo son las actuales discusiones de EE.UU. y la UE sobre cómo abordar el "dumping del acero" por parte de China en sus industrias nacionales. No esperamos que el gobierno de Biden suavice significativamente las barreras comerciales con China, aunque el tono de las conversaciones se haya suavizado.