Transporte público

Tranvía de Barcelona: un negocio (opaco) de 70 millones

Las concesionarias del servicio en Barcelona se han repartido desde el inicio del contrato unos 200 millones en dividendos sobre unos 220 millones de beneficios

Parada del tranvía Trambaix en Francesc Macià, en Barcelona

Parada del tranvía Trambaix en Francesc Macià, en Barcelona / MANU MITRU

Agustí Sala

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Tram, la marca bajo la que se engloban las sociedades concesionarias Tramvia Metropolità (TramBaix) y Tramvia Metropolità del Besòs (TramBesòs) es, pese a la pandemia, un gran negocio, de unos 70 millones de euros anuales y la capacidad de convertir uno de cada cuatro euros de facturación en beneficio a repartir entre sus accionistas en casi todos sus ejercicios. Una parte de los ingresos proceden de los billetes validados y el resto, de la compensación por el déficit de tarifa. La crisis por el coronavirus ha propinado un mordisco a los ingresos de las sociedades concesionarias de este servicio público, que en circunstancias normales superan los 34 o 35 millones anuales cada una, entre la venta de billetes y la compensación que reciben. En todo caso, sigue siendo un buen negocio, por encima de los 60 millones entre las dos compañías el año pasado, según algunas fuentes, ya que en las sociedades concesionarias prima la opacidad sobre cualquier dato relacionado con las cuentas o el reparto de beneficios.

Los accionistas de las dos compañías, que previsiblemente explotarán también el tramo central del tranvía en la avenida Diagonal, se han repartido desde que ambas están en funcionamiento, el año 2000 la primera y 2003 la segunda, alrededor de 200 millones en dividendos sobre un beneficio neto total de unos 210 a 220 millones y un capital, es decir, los recursos que los socios realmente aportaron de su bolsillo, de unos 41,6 millones, o sea han recibido unas cinco veces lo desembolsado. El resto es deuda bancaria.

Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y Ferrocarrils de la Generalitat (FFG), cuentan con el 2,5% del capital cada una. El resto son accionistas privados, encabezados actualmente con más del 40% del capital en ambas por la gestora de infraestructuras, Globalvía, controlada por fondos Canadá, Holanda y Reino Unido, que explota 22 autopistas en España y otros seis países, el Metro de Barajas, el de Sevilla, los metros ligeros de Madrid o el tranvía de Parla (Madrid), entre otros. Desde 2016 hasta principios de este año fue presidente de estas dos concesionarias Felip Puig, 'exconseller' en gobiernos de CiU como titular de Política Territorial i Obres Públiques, de Interior y de Empresa i Ocupació; que ha sido sustituido por el consejero delegado de Globalvia, Javier Pérez Fortea. 

De cara a la ampliación del tranvía en el tramo central de la avenida Diagonal se están replanteando las condiciones de la concesión a instancias de Esquerra Republicana (ERC) que, inicialmente reclamaba el control público de la gestión de la nueva infraestructura. De todas formas, ya se da por hecho que serán las mismas concesionarias las que se ocuparán de la explotación, pero se prevé incluir una limitación del beneficio industrial distinta a la situación actual.

Menores ganancias

Se trataría de que las ganancias por la gestión estuvieran más limitadas, según las fuentes consultadas que, es algo que, según las mismas fuentes, las compañías estarían dispuestas a aceptar. En los últimos ejercicios, el resultado neto anual de cada una de las sociedades ha rondado los 8 o 9 millones, lo que supone entre 16 y 18 millones por ejercicio entre las dos y, en la mayoría de años se han destinado a retribuir en buena parte a los accionistas, algo que no está limitado ni legalmente ni por contrato. El rescate de la concesión que vence en 2032, que en algún momento se había planteado, se ha descartado por completo porque supondría entre 227 y 440 millones de euros, según cálculos del ayuntamiento.

Si algo caracteriza a estas sociedades, cuya gestión del negocio no se cuestiona, es una cierta opacidad en la información, pese a ser concesionarias públicas. A esta alturas del año solo constan en el Registro Mercantil las cuentas de 2020 de la sociedad del TramBesòs cerró el ejercicio pasado con 27,3 millones de ingresos, el 23,7% menos que en 2019 y unos beneficios de 6,8 millones, el 23,8% menos, destinados íntegramente a retribuir a sus accionistas a través del dividendo. Ferrocarril Metropolità de Barcelona, de la sociedad TMB, votó en contra de ese reparto de beneficios en la última junta de accionistas en junio pasado. Pero cuenta solo con el 2,5% del capital, al igual que Ferrocarrils de la Generalitat, que avaló todos los puntos del orden del día. Esta concesionario no detalla e sus cuentas el importe de las subvenciones recibidas.

Las cuentas de la otra sociedad, Transport Metropolità, que explota el TramBaix, se encuentran en el Registro, pero aún no se han publicado "por un defecto de forma", según fuentes próximas a la sociedad, que se niegan a anticipar el contenido, aunque admiten que se han visto afectadas por las restricciones a la movilidad durante la pandemia el año pasado. En todo caso, los efectos de la pandemia se dejaron notar. En una primera estimación, la sociedad concesionaria calculó que entre el 1 de enero y el 31 de mayo de 2020 la demanda se redujo en un 46,07%, en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior y se situó significativamente por debajo de la demanda presupuestada. De todas formas, la compañía optó por repartir dividendos, con lo que entre las dos sociedades habrían distribuido en 2020, el año de la pandemia, entre sus accionistas al menos 14 millones de euros.

Ni siquiera las cuentas de las dos sociedades se presentan de la misma forma. La concesionaria del TramBaix recibió subvenciones por 225,9 millones entre 2003 y 2015 según consta en sus memorias, mientras percibidas por el TramBesòs no se detallan. En todo caso, en la mmeoria de 202o de la sociedad Tramvia Metropolità del Besòs figuran 27,3 millones de euros de ingresos, de los que 2,6 millones correspondieron al sistema tarifario y el resto, más de 24 millones, a una contraprestación mensual a la que tiene derecho la sociedad e ingresos financieros recogidos en el acuerdo de concesión. En 2019, con unos ingresos totales de más de 35 millones, 5,1 millones correspondieron al sistema tarifario y el resto a la contraprestación mensual y los ingresos financieros del acuerdo de concesión. En Transport Metropolità (TramBaix), el 2019 y 2018, los ingresos totales fueron de 36 y 35,3 millones, de los que unos 11 millones y unos 10,6 millones, respectivamente, correspondieron al sistema tarifario y el resto, a las contraprestaciones previstas.  

Dividendos

Una de las características de estas compañías es que suelen repartir los beneficios de forma generosa entre sus accionistas, con la excepción de los cuatro o cinco primeros ejercicios al inicio de la concesión. Hasta los más críticos admiten que no existe ningún impedimento legal a que esto sea así. Ambas sociedades tienen el mismo accionariado, con la gestora de infaestructuras Globalvía, propiedad de los fondos de pensiones, OPTrust (Canadá), PGGM (Holanda) y USS (Reino Unido), con más del 40% del capital; seguido por Marfina (sociedad del grupo familiar Moventia), con el 20% y el fabricante francés de trenes Alstom, con el 19%. Además de la participación pública del 5% entre el Metro y Ferrocarrils, otros accionistas con pequeñas participaciones son la operadora de transporte público francesa Transdev, la catalana Comsa Emte y FCC.

Desde que comenzaron a operar, las dos compañías han sumado unos 210,9 millones de euros de beneficios de los que han repartido entre sus accionistas unos 186,6 millones, aunque aún faltan los distribuidos en 2020 por Tramvia Metropolità, con que la cantidad total desembolsada para los socios se situaría en torno a los 200 millones de euros y en beneficio total entre los 210 y 220 millones. Hay ejercicios en los que las compañías han proporcionado más dividendos que los beneficios obtenidos. Sucedió por ejemplo en 2010, cuando Tramvia Metropolità del Besòs distribuyó más de 27 millones de dividendos, con un beneficio de 4,9 millones.

Tampoco las condiciones de la concesión de ambas sociedades son iguales. En el caso al del TramBesòs, cuya sociedad se constituyó en 2003, el proyecto constructivo fue de 205 millones de euros, y a la contraprestación mensual que no se ha revelado se suma otra anual de 13.050.000 de euros entre 2004 y 2021. En el caso del TramBaix, cuya sociedad se constituyó en 2000, con una inversión de 230,8 millones, las condiciones están menos claras y ni la sociedad concesionaria ni la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), la entidad reguladora, las facilitan. Según las condiciones de los contratos, ambas sociedades acometieron las inversiones en un 12% con fondos propios y el resto, mediante financiación bancaria.

Uno de los momentos más polémicos se vivió en diciembre de 2019, cuando las compañías refinanciaron su deuda, que pasó de 87 a 164 millones. Además de rebajar los intereses, la operación sirvió para reservar 90 millones para futuros dividendos.

De las constructoras a la gestora de infraestructuras

Las concesionarias del tranvía han cambiado su accionariado desde que comenzó la actividad, en 2000 en el caso de Tramvia Metropolità (TramBaix) y 2002 en el de Tramvia Metropolità del Besòs (TramBesòs). El cambio más importante s produjo en 2013, cuando entró como accionista Globalvía (entonces propiedad al 50% de FCC y de Bankia), una compañía gestora de infraestructuras, que adquirió un 30% del capital, con lo que FCC y Comsa redujeron sus participaciones y Banc Sabadell y Société Générale, que también formaban parte de las sociedades desde los inicios, salieron del capital.

Al año siguiente, Globalvía elevó su participación por encima del 40% al vender Acciona su paquete de11,78% en una de las sociedades y del 12,88% en la otra. Desde entonces, esta compañía, que en la actualidad es propiedad de los fondos PTrust, PGGM y USS, es la principal accionista, seguida por Alstom y Marfina, una sociedad del grupo catalán especializado en movilidad Moventia y Alstom. Además también tienen participaciones menores Comsa, FCC, la operadora francesa de movilidad Transdev, así como las compañías públicas TMB y Ferrocarrils Generalitat, con un 2,5% cada una.

La infraestructuras vivieron unos primeros ejercicios de incertidumbre, pero con el tiempo la demanda ha superado todas la expectativas. En 2019, el ejercicio prepandemia, entre las dos concesionarias realizaron casi 30 millones de viajes que, el año pasado, por las restricciones derivadas de la pandemia, bajaron hasta los 16 millones, un nivel similar al de los inicios de la concesión a principios de los 2000. En todo caso, está prevista una fuerte recuperación de la demanda.

La evolución ha sido meteórica. En 2004 se registraron 7,7 millones de viajes, que al ejercicio siguiente ya fueron 13 millones y 16,9 millones en 2006. La progresión al alza ha sido constante, ya que después de ponerse en marcha el TramBaix, entre 2004 y 2006 lo hizo el Trambesòs, hasta llegar a la actualidad.

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