ENTREVISTA

Roger Torrent: "Catalunya es clave en el desarrollo industrial de la automoción en Europa"

El conseller d'Empresa i Treball, y presidente del Circuit de Barcelona-Catalunya, asume el reto de la modernización del trazado como hub industrial, deportivo y sostenible en el 30 aniversario de la instalación.

Roger Torrent, conseller de Empresa i Treball.

Roger Torrent, conseller de Empresa i Treball. / Jordi Cotrina

Xavier Pérez

Xavier Pérez

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En 1991 tenía 12 años y su relación con el Circuit de Barcelona-Catalunya se limitaba a ir a las carreras de motos del Mundial, con nevera, bocadillo y sombrilla. “Yo era más de MotoGP de que F1”, confiesa. Roger Torrent, conseller d’Empresa i Treball será quien rubrique la renovación con la Liberty Media para la F1 y Dorna para las motos. Ya tiene el ‘ok’ de la Generalitat y sabe que tiene por delante un reto importante para relanzar una instalación tan emblemática como faraónica que debe dejar de ser deficitaria en base a una modernización y una mayor integración en el desarrollo industrial del país.

Llegó al cargo de presidente del Circuit de Barcelona-Catalunya en julio de este año ¿Qué esperaba encontrar y qué ha encontrado?

Esperaba encontrar una infraestructura que ha cumplido un ciclo, con 30 años, que necesita del mismo modo que otros ámbitos de nuestra economía y del país un replanteamiento. Porque estamos en un momento crucial en el que hay que decidir hacia dónde vamos en muchos aspectos y el Circuit es un reflejo de esas necesidades de cambios profundos. Lo intuíamos y lo que hemos ido viendo en estos meses es el enorme potencial que tiene esta infraestructura. Sabíamos que era un momento en el que había te tomar decisiones y a la vez vemos muchas posibilidades. De ahí el plan estratégico que hemos diseñado y de ahí el nuevo modelo de circuito que queremos afrontar.

Díganos en qué consiste este plan estratégico

 Quiere adaptarse a los nuevos paradigmas. Son distintos de los que había en el siglo XX. Los del siglo XXI tienen connotaciones diferentes en el sentido de principios y valores que hoy queremos aplicar a la actividad económica y deportiva. Con todo el desarrollo social. Y más teniendo en cuenta que el Circuito está asociado a un sector clave como el de la automoción, también debe adaptarlo.

El plan debe moverse en tres ejes. Sostenibilidad. Hoy el Circuit de Catalunya está en el top tres de los circuitos más sostenibles del mundo, detrás de Mugello. Lo certifican Isos y otros reconocimientos. Pero tenemos que ir más allá. Ser capaces de hacer una transición y nos proponemos que se autoabastezca desde el punto de vista energético con energías renovables y nos planteamos la descarbonización de cara a 2030.

Eventos. Queremos seguir siendo referencia en el ámbito deportivo con la F1 y MotoGP, pero a la vez creemos que pueden y deben pasar más cosas. Debe haber más actividad que ayude al desarrollo económico, deportivo e industrial del entorno, del Vallés Oriental y del país.

El tercer eje es el industrial. Queremos que alrededor del circuito se genere un ecosistema de empresas consolidadas y startups ligadas al sector de la automoción, que está en un proceso de transición muy evidente y necesaria hacia la electrificación. Y en ese sentido queremos consolidar un eje a la derecha del Besos compatible con el histórico que hay al oeste del Llobregat en automoción. Pensando en la movilidad verde del siglo XXI. Que Catalunya, que históricamente ha sido un elemento clave en la automoción en Europa lo siga siendo.

Dotar al entorno del Circuit de un hub del sector. Desde el principio era una idea clave. ¿Por qué cree que no ha dado resultado?

Es cierto que viene de lejos y no se ha logrado nunca. Igual porque las propuestas que se llevaron a cabo no eran lo suficientemente intensas, poco firmes. Estamos decididos a revertirlo y que sea así. Creemos que existe el potencial y los mimbres para llevarlo a cabo. Primero porque hay una industria potente en nuestro país. El sector es el segundo más exportador de Catalunya y genera entre el 6 y el 7% del PIB catalán, y históricamente ha estado vinculado a empresas muy emblemáticas, que han generado muchos puestos de trabajo.

Estas bases están, y hay una ventana de oportunidad ligada a la evolución del sector, y por eso se dan los condicionantes para seguir bien posicionados en este sentido. En este contexto creemos que el Circuit puede ser una muy buena plataforma, para ayudar a la innovación y en todo el proceso, vinculándolo a la digitalización, la conectividad y que sea plataforma generadora de sinergias positivas. Cuando nos miramos en otros trazados y vemos lo que funciona en cada modelo tomamos dos referentes, por un lado Silverstone por su capacidad tractora a nivel industrial, y por el otro Nürburgring por la actividad de ocio y familiar que va asociada a una oferta muy clásica pero a la vez que sigue atrayendo a las nuevas generaciones.

Creemos que se puede hacer. Es más, en el contrato con la F1 hay una cláusula que dice que hay que hacer el camino hacia un escenario más sostenible por ambas partes.

Van a renovar por cinco años con la F1 y MotoGP. ¿No es así?

 El Govern facultó a la consellería esta semana para firmar los contratos de renovación tanto de F1 como de MotoGP. Por cinco años. Es una buena noticia porque hasta hora íbamos renovando año a año, de manera agónica y con un riesgo de que se dijera que no o cambiaran las condiciones. Y ahora trabajamos con un espacio de tiempo más amplio, a medio plazo, con mucha más estabilidad. Hemos logrado, y no era fácil porque hay mucha competencia y muchas ciudades del mundo quieren tener un GP de F1 o MotoGP, un buen acuerdo.

En F1 hay una vocación hacia la sostenibilidad. De hecho están inmersos en un proceso de debate de cómo deben ser los motores, y de cara a 2025 tienen un deadline para tomar decisiones. Parece que vamos hacia motorizaciones hibridas en las que los combustibles sostenibles tendrán un peso muy importante. Se habla del hidrógeno, pero hay esa voluntad. Nosotros queremos transitar conjuntamente en este escenario.

En MotoGP el acuerdo es un escenario de cinco años en los que como mínimo deberán haber tres grandes premios, y si no son cinco no podrán haber dos años consecutivos sin celebrar una carrera.

¿No cree que son muy elevadas las exigencias económicas, los cánons que hay que pagar?

 Hay que valorar el coste-beneficio. Que retorno generan las inversiones. Tenemos estudios que hablan de más de 200 millones de euros de impacto directo positivo de los dos eventos. El impacto concreto. Hay otro que es intangible que es la promoción del país y de la ciudad de Barcelona. Debemos considerar que en 2020, pese a la pandemia, la media de espectadores de audiencia en el Mundial de F1 fue de 84 millones de personas en el mundo, y es el segundo evento en redes sociales con mayor impacto.

¿Es un escaparate de país?

Nos dirigimos a un público potencial muy amplio, que engloba al planeta y en el que Catalunya se posiciona. No tenemos los instrumentos que tiene un estado y debemos aprovechar plataformas como éstas para dar a conocer el país. Desde un punto de vista turístico que es muy importante, pero también desde un punto de vista de continuar relacionando Catalunya con el mundo de la automoción, un mundo limpio, eficiente, sostenible.

Les viene trabajo encima. La reindustrialización de Nissan, la renovación del Circuit, el Centro de Formación de Martorell…

.Queremos acompañar en este proceso de transición. Se están tomando muchas decisiones de tipo geoestratégico en la industria de la automoción en Europa. No podemos ser menos, no se pueden perder oportunidades en este sentido. En el pacto nacional por la industria proponemos una oficina de transición del sector de la automoción y la movilidad. Para analizar las amenazas, peligros y sobre todo las fortalezas que tenemos como país y las oportunidades que se nos dan. Y decidir qué queremos ser en los próximos años.

También son clave los instrumentos que tengamos para la reindustrialización. Hablamos de Nissan pero también hay otras posibilidades que debemos saber concretar. Eso significa tener buenas propuestas que incluyan formación de trabajadores, infraestructuras, comunicaciones, etc. Pero también ayudas de la administración para que esto se pueda anclar. Dirección estratégica, reindustrialización y formación. Formación tanto en primera formación de FP como la ocupacional y continuada. Hoy necesitamos reskillings, dar instrumentos nuevos a los trabajadores de la industria que estaban acostumbrados a fabricar coches con cajas de cambio y motores de combustión y vamos hacia modelos con un proceso de fabricación distinta. Son unos 40.000 que deben formarse en este nuevo escenario. El Centro de Formación de Martorell será clave.

¿El desarrollo del Circuit y como eje del sector es un trabajo solo para las instituciones?

Hay una apuesta europea con los Next Generation. La palanca de cambio industrial más potente que jamás se haya implementado en Europa en la historia desde el Plan Marshall. Esta vocación expansiva hay que saberla aprovechar. El perte de la automoción es un elemento muy importante y con esta lógica de trabajo en toda la cadena de valor de fabricación de coches, y también trabajo consorciado público-privado con diferentes empresas (grandes y pymes) hay que seguir trabajando. Insisto. Hoy es un 6-7% del PIB, no lo podemos dejar perder. Y hay que acompañarlo. El ámbito de la automoción y la movilidad está viviendo una situación parecida a la que se vivió a principios del siglo XX con la Fordización (eliminación de las habilidades del operador e invertir en la maquinaria que opera, lo que hizo Ford con la cadena de montaje), la democratización del coche, no solo cambió la industria sino que cambió las ciudades y la manera de relacionarnos entre nosotros. Estamos en un escenario parecido, salvando las distancias. Es un proceso de reflexión y movimientos tectónicos que si no sabemos preveer y posicionarnos bien, podemos perder mucho potencial.

Han pasado 30 años desde que se inauguró el Circuit. Ha llovido mucho (para empezar ya en la carrera inaugural). ¿Qué cambios debe abordar?

La infraestructura debe mejorar, si, pero son modificaciones de infraestructura que tendrán valor más allá de los GP. Son mejoras asociadas a la conectividad, a la digitalización, algunas de seguridad. Son elementos que mejoran la experiencia de las carreras, pero que a la vez son interesantes para empresas y marcas que quieran usar el Circuit de Catalunya como centro de pruebas.

¿Esos cambios suponen una inversión adicional a lo presupuestado?

Está claro que no forma parte del cánon con las entidades organizadoras. Forma parte del esfuerzo que pueda hacer la Generalitat en el Circuit. En los presupuestos de este año es la misma aportación que el año pasado.

Mejorar el entorno y asociarlo más al sector. ¿Solos?

 Si, debe ser consorciada con actores privados, que pueden trabajar porque les interesa lo que el circuito les puede aportar. Silverstone tiene el Motorsport Valley de Inglaterra, mueve 5000 empresas, unos 50.000 empleados, muy vinculado al mundo Racing, más exclusivo, a las carreras, pero es un buen modelo. Tiene otras piezas, como Idiada en el Penedés, elementos que ayudan al desarrollo industrial.

¿Qué papel juega Catalunya en el desarrollo del sector?

Catalunya es clave en el desarrollo industrial de la automoción en Europa y en España. No hay ninguna economía salvando la alemana, en la que este sector tenga un peso especifico tan grande. Eso ya explica la importancia de las decisiones que tomamos en este sentido.

¿Sin la F1 y MotoGP tendría sentido invertir en el Circuit?

Perdería valor por sí mismo. La apuesta que hagamos. Creo que F1 y MotoGP nos ayudan a explicarnos al mundo. Un país con tradición en el deporte sobre ruedas, porque estaban asociados a un tejido empresarial que ya existía en el país. El mensaje es que con estos referentes históricos queremos seguir teniendo un papel relevante en el sector, pero con las claves de hoy que son distintas de las que teníamos hace 30 años. La covid y el resto de retos globales han acelerado la necesidad de dar respuestas. El Circuit puede ayudar en este sentido y no solo como relato, como argumento, sino que acabe concretándose. Por eso el plan estratégico.

La Generalitat está invirtiendo 11 millones más otros7,9. ¿Cree que Barcelona, la gran beneficiada a nivel de imagen, debería invertir más en el Circuit?

Pensamos que el conjunto de las instituciones deben entender el potencial que tiene el Circuit de Barcelona-Catalunya. Lo que querría es que todo el mundo se aproximara sin prejuicios, prioridades, y por ello que entiendan que estamos haciendo una evolución que es positiva, también en clave de marca de ciudad o marca de país. En el propio cambio también hay un mensaje al mundo. Somos conscientes de que hay muchas cosas que no se pueden seguir haciendo igual y deben evolucionar, y en ese sentido Catalunya es proactiva en esta línea. En el Govern nos hemos propuesto estas cuatro grandes transiciones: verde, feminista, social y democrática. El nuevo Circuit entra en la primera, la sostenible.

¿Cree que en un futuro se podría instalar un museo de la automoción?

Es una posibilidad. Para ello tenemos el plan estratégico, para definir temas como éste. Debemos hacer que en el circuito pasen más cosas. Para la familia. Y ver cómo concretarlo. Pero filosóficamente encaja perfectamente en el planteamiento.

¿La electrificación del Circuit es clave?

La voluntad es un modelo de electrificación y sostenibilidad. También es clave la conectividad. No solo coche eléctrico sino conectado. EN Smart City vimos proyectos alrededor del coche autónomo. Eso debe ser escalable. En los próximos años se necesitarán infraestructuras y plataformas que permiten desarrollar este tipo de soluciones. Carburantes limpios como el hidrógeno que también forman parte de la línea en la que debemos trabajar.

¿Qué papel debe jugar el Circuit del futuro?

El Circuit debería ser un dinamizador deportivo, económico y social. Que desborde los límites del Circuit y genere las sinergias con el entorno, eso es lo que nos proponemos.