Tech Spirit

La BCN de las 'start-ups' tropieza con la financiación y el talento

Compañías como Microsoft, Wallbox o Factorial ensalzan el ecosistema, pese a señalar sus puntos débiles

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Tech Spirit / ACN

Paula Clemente

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No hay congreso de start-ups que se precie que desaproveche la oportunidad de insistir en el mantra: Barcelona está entre los cinco ecosistemas mejor posicionados para emprender en Europa. Esta vez, sin embargo, la idea ha tenido embajadores de lujo. Así lo han atestiguado este lunes Microsoft y Porsche, que acaban de abrir centros de innovación en la ciudad, y lo han manifestado empresas catalanas en pleno auge como Wallbox y Factorial.

Pero hasta ahí las buenas noticias. Según estas cuatro compañías la ristra de cuestiones a mejorar no es pequeña. Faltan rondas de financiación de gran magnitud, más dominio del inglés, trabajadores para el sector o que mejoren los incentivos fiscales.

Y estos son solo algunos de los problemas vertidos en el Tech Spirit, un encuentro que nació como pequeña alternativa al cancelado Mobile World Congress del 2020 y que repite ahora con intención de convertirse en referente para el sector.

Debilidades del ecosistema

“Hay pocos lugares en el mundo donde tengas talento y empresa para cubrir casi todas las partes de tu cadena”, ha alabado Enric Asunción, consejero delegado de la empresa de cargadores para coches eléctricos Wallbox. Y pese a eso, para crecer de forma importante, la 'start-up' tuvo que irse a buscar dinero a otros países. “En España es difícil levantar capital de gran volumen”, ha justificado Asunción.

Preguntado por cuáles eran sus espinas clavadas en este sentido, el directivo de Wallbox lo ha tenido claro: este acceso a grandes capitales y a talento y la política fiscal de Catalunya, que no contempla apenas incentivos para atraer trabajadores.

Jordi Romero, su homólogo en la empresa de software para recursos humanos Factorial, ha coincidido en la lectura, destacando en este caso el problema de la burocracia. De hecho, minutos antes, el Ayuntamiento de Barcelona había evidenciado que este problema no le es ajeno. Jaume Collboni, primer teniente de alcaldía, había presentado en el mismo escenario el Barcelona Welcome Desk, una oficina que concentrará los 24 trámites más duros para poder instalarse en España: desde el permiso de residencia, hasta la vivienda o la escuela para los hijos en caso de tenerlos.

El problema de salir a empatar

Más allá de eso, el fundador de Factorial también ha puesto sobre la mesa que la ciudad cojea en cuestiones culturales como el dominio del inglés (clave en la contratación en el mundo start-up) o incluso en la ambición.

Es aquí que Lluís Juncà, uno de los máximos responsables de innovación y emprendeduría de la Generalitat, ha explicado que un estudio desveló hace poco al ejecutivo catalán que la tasa de emprendedores que fracasan es menor en Barcelona que en otros ecosistemas europeos. Y que eso, lejos de ser una buena noticia, evidenciaba que la actividad es aquí menos dinámica. “Tendemos a salir a empatar”, ha sintetizado el representante de la Generalitat. Pese a todo, Romero ha insistido: “Creo que Barcelona es uno de los mejores sitios para empezar una empresa tecnológica”.

La marca Catalunya

El discurso ha sido parecido en el caso de los representantes de Microsoft y Porsche. Xavier Orriols, embajador de la tecnológica, ha explicado por ejemplo, que la compañía trabaja con la intención de que el hub recién abierto funcione como centro de referencia en Europa.

Su consejo, para que el ecosistema empiece a subir escalones, es que se siga invirtiendo en innovación a largo plazo. “Hace veinte años Barcelona ya estaba trabajando en atraer a empresas innovadoras, y ahora es cuando se ve que [eso] tiene sentido”, ha afirmado Orriols.

En esta línea, para Scott Francis, portavoz de Porsche Digital, la gran tarea pendiente es una: desconcentrar todo el potencial asociado a Barcelona y que se convierta en enseña para todo el territorio catalán.

El consejo tampoco ha cogido desprevenido a quien compete principalmente, la Generalitat. Joan Romero, en representación de la agencia pública Acció, ha sido claro: "Working on it" ("Trabajando en ello").

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