AUTOMOCIÓN

Volkswagen quiere una nueva fábrica para coches eléctricos para hacer frente a Tesla

Volkswagen plantea una nueva planta para producir el Project Trinity y otros eléctricos para contrarrestar el incremento de producción de Tesla en su nueva factoría de Berlín.

Los sindicatos cuestionan al consejero delegado del Grupo Volkswagen, Herbert Diess, y le exigen que se centre en resolver la crisis de los chips, que ha impactado a la marca en mayor medida que a sus rivales.

Herbert Diess, consejero delegado del grupo Volkswagen, en su reciente visita a Seat en Martorell.

Herbert Diess, consejero delegado del grupo Volkswagen, en su reciente visita a Seat en Martorell.

Álex Soler

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Volkswagen planea construir una nueva fábrica para la producción de coches eléctricos cerca de Wolfsburgo. Esta factoría tendría la misión de producir el llamado Project Trinity, el código con el que se conoce a una berlina de altas prestaciones eléctricas con un nivel 4 de autonomía, a un ritmo de 250.000 unidades anuales para competir con la hegemonía y los avances de Tesla en el mercado global, así como para situarse en la cúspide del sector en cuanto a tecnología y digitalización.

La confirmación oficial de la construcción de la fábrica podría ocurrir durante las próximas semanas, cuando los accionistas principales del grupo revisarán los planes de costes para los próximos cinco años. Según explicó Ralf Brandstätter, consejero delegado de la marca Volkswagen, en rueda de prensa, construir estas nuevas instalaciones sería menos complejo que transformar las actuales para la fabricación de coches eléctricos. Brandstätter también admitió que una nueva factoría permite trabajar sin los límites que impondría la estructura existente y que podrían afectar al proceso de fabricación. "Por eso estamos planeando una nueva construcción, más eficiente y sin limitaciones. Así también estamos ganando espacio y tiempo para modernizar la planta principal [la de Wolfsburgo] y aumentar la producción también ahí", acabó el directivo.

Los planes de futuro de la planta de Wolfsburgo son producir los sucesores de dos de los modelos más importantes de la marca, el Golf y el Tiguan, así como un nuevo todocamino de siete plazas todavía por presentar. Según el CEO de Volkswagen, se podrían añadir a la ecuación coches eléctricos también en esta factoría a partir de 2027.

Impedir el liderato de Tesla

Adelantó EL PERIÓDICO en octubre que el Grupo Volkswagen estaba estudiando cómo acelerar su ofensiva eléctrica por culpa de Tesla. Y es que, según apuntó el consejero delegado del grupo alemán, Herbert Diess, la firma estadounidense planea fabricar entre 5.000 y 10.000 coches eléctricos a la semana en su nueva planta de Berlín cuando arranque definitivamente, una cifra que supone más que doblar los eléctricos producidos por toda la industria alemana, contando también BMW y Mercedes-Benz, en todo un año.

Además de fabricar más coches, Tesla lo hace de un modo más eficiente. Según apuntó el mismo Diess al consejo de administración de Volkswagen, mientras su marca tarda hasta 30 horas en producir un coche eléctrico en la planta de Zwickau, Tesla apenas necesita 10 horas para ensamblar un Model 3, el coche más vendido de Europa en el mes de septiembre. Volkswagen espera reducir el tiempo hasta las 20 horas el año que viene, cifra superior al objetivo inicial de 16 horas.

Polémica con los trabajadores

Estas prisas de Volkswagen por neutralizar el impacto de la factoría alemana de Tesla han sentado, sin embargo, mal a los trabajadores. Herbert Diess trasladó a los sindicatos su voluntad de realizar reformas más drásticas y rápidas para hacer frente al incremento de la producción de Tesla, comunicado que se suma al que, según varios medios alemanes, realizó en septiembre ante el consejo de administración del grupo, cuando aseguró que 30.000 empleos estaban en peligro si la compañía no aceleraba su transición eléctrica.

Desde los sindicatos, Daniela Cavallo, una de las líderes, respondió a Diess diciendo que debía centrar sus esfuerzos en resolver la crisis de los chips, que ha impactado en mayor medida a Volkswagen que a otras marcas como la misma Tesla o BMW. Asimismo, criticó la forma de comunicarse del directivo en sus redes sociales, que, según dijo, demuestra una falta de interés en las preocupaciones de los 675.000 trabajadores del grupo en el mundo. "Nos provees frecuentemente de fotos de tus viajes, pero desafortunadamente no de semiconductores", dijo en tono irónico.

Para calmar las aguas, Herbert Diess anuló un viaje a Estados Unidos programado para esta semana, en el que se iba a reunir con inversores y firmas tecnológicas locales, para dirigirse directamente a los trabajadores y desmentir, como ya hizo el mes pasado Michael Manske, portavoz de la marca, que se vayan a recortar 30.000 puestos de trabajo. El directivo mandó un vídeo a los trabajadores en el que, según la agencia Reuters, que ha tenido acceso al mismo, aseguraba que la planta de Wolfsburgo necesita ser más rápida y eficiente y que "el grupo se centrará primero en que la planta sea competitiva, no en reducir el empleo".

Pese a ser cuestionado por los trabajadores, la familia Porsche y la familia Piech, que cuentan con el 31,4% de las acciones del Grupo Volkswagen, han respaldado el trabajo de Diess, que extendió su contrato hasta 2025 hace cuatro meses. Los otros accionistas mayoritarios, el estado de Qatar y el estado alemán de la Baja Sajonia, 14,6% y 11,8%, respectivamente, no se han pronunciado. En el consejo de administración de Volkswagen, el único organismo que podría evitar que Diess termine su contrato, los representantes sindicales tienen la mitad del poder de voto, con el poder de desempate en manos de Hans Dieter Poetsch, consejero delegado de Porsche SE, controlada al 50% por las familias Porshce y Piech.