Juventud precaria

Los jóvenes que logran emanciparse antes de los 30 años caen a la mitad desde la crisis del 2008

La crisis del covid agrava las dificultades entre los más jóvenes para independizarse y en el último año el porcentaje baja del 19,7% al actual 15,5%

El alquiler vacacional y temporal se está recuperando tras la pandemia

El alquiler vacacional y temporal se está recuperando tras la pandemia / Gustavo Santos

Gabriel Ubieto

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El joven menor de 30 años y totalmente emancipado es una especie cada vez más difícil de encontrar en Catalunya. La pandemia ha acelerado la progresión a la baja del número de noveles que logra decir adiós a sus padres y tiene los recursos suficientes para irse a vivir por su cuenta. Tendencia, no obstante, que ya desde la anterior crisis del ladrillo va a menos. Según los datos de un reciente informe del Observatori Català de la Joventut, solo el 15,5% de los jóvenes entre 16 y 29 años está completamente emancipado. Una generación marcada por dos crisis en menos de una década y que ha visto como sus condiciones laborales han empeorado con el paso del tiempo, lo que les supone una lastre para costearse un domicilio propio.

La emancipación empezó a bajar con bastante desde el inicio de la crisis económica del 2008 y desde entonces dicho porcentaje ha caído a la mitad desde el estallido de la burbuja inmobiliaria. En el 2007 dicha tasa estaba alrededor del 30%, la proporción más alta a lo largo de este siglo, de ahí empezó a bajar y a partir del 2015 había oscilado alrededor del 24%. Aun así, nunca había sido inferior al 20% hasta la llegada de la pandemia, en el 2020. Y la tendencia continúa a la baja. El Consell Nacional de la Juventut (CNJ) ha hecho un llamamiento a tomar medidas para revertir la situación. Entre otros, reclaman una renta básica, regular el precio de los alquileres, más vivienda pública y acabar con la precariedad laboral.

España es el séptimo país de la Unión Europea en el que más tarde se independizan los hijos de sus padres, según datos de Eurostat. De media, los hombres se emancipan a los 30 años y las mujeres a los 28 años.

Más ocupación pero más temporal

La mala y precaria situación laboral entre gran parte de los recién ingresados al mercado laboral explica, entre otros, esas bajas tasas de emancipación. El paro es considerablemente más alto entre los jóvenes que entre el conjunto de la población catalana. Concretamente la tasa de desempleo entre los menores de 25 años fue en el tercer trimestre del 2021 del 21,4%, el doble que la media catalana (10,9%); según datos del INE. El desempleo entre esas mismas edades antes de la crisis financiera y del ladrillo era sustancialmente inferior, del 13,8%.

Tienen más dificultades para acceder a un empleo y aquellos que lo consiguen no todos pueden hacerlo a tiempo completo. Y es que el 27,2% de los jóvenes de esas edades están a tiempo parcial. Lo que implica que cobran menos. Y más de la mitad de los jóvenes a tiempo parcial manifiestan que no están a tiempo completo porque no pueden; según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Parcialidad y poca estabilidad caracterizan el empleo jóven. En el conjunto de España, seis de cada 10 jóvenes asalariados menores de 30 años tenían un contrato temporal. Precisamente la fórmula para frenar la temporalidad -en general, pero con mayor incidencia entre los jóvenes- está siendo uno de los puntos calientes de la negociación para la reforma laboral que prepara el Gobierno.

Al sumar los jóvenes que trabajan con los que estudian, la proporción de población joven laboralmente activa llega al 60,3%. El 28% de los jóvenes solo estudian, mientras que el 11,6% se encuentran en situación de inactividad y no estudian. La crisis provocada por la pandemia ha elevado pero la proporción de jóvenes que estudian, que llega al 44,1% de los jóvenes de 16 a 29 años, unos cuatro puntos más que hace un año. Por otro lado, el 4,6% de la población activa joven hace más de un año que busca trabajo. Esta proporción es inferior respecto a las personas de más de 29 años, donde es del 5,2%. El CNCJ ha reclamado un compromiso para dignificar la situación laboral de los jóvenes a través de una regulación que evite "prácticas explotadoras" como al contratación precaria por temporalidad o parcialidad no querida, las situaciones de falsos autónomos o la no remuneración de las prácticas.

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