Los grandes bancos pagan 5.900 millones en impuestos hasta septiembre

La banca late de nuevo y con fuerza. Los cinco grandes grupos españoles (Santander, CaixaBank, BBVA, Bankinter y Sabadell) han obtenido un beneficio neto conjunto de 15.581 millones de euros durante los nueve primeros meses de 2021. Esta cifra incluye el impacto de dos movimientos extraordinarios: la fusión de CaixaBank y Bankia y la desinversión de Bankinter en su aseguradora Línea Directa. Sin contabilizar los dos impactos atípicos, el resultado conjunto de los cinco bancos habría sido menor, de 11.971 millones. 

De este modo, las entidades han dejado atrás las pérdidas registradas en este mismo periodo un año antes y que superaron los 7.700 millones, incluyendo todavía ahí a Bankia (hoy absorbida por CaixaBank). La radiografía es más positiva si se compara con los resultados precovid, ya que en los nueve primeros meses de 2019 los beneficios se quedaron en 9.892 millones, cantidad superada ahora tanto si se incluyen los extraordinarios como sin ellos. 

La fusión CaixaBank-Bankia revaloriza un 71% la participación del Estado en un año

La mejora del resultado es atribuible a la recuperación de la actividad económica -que ha elevado los volúmenes de negocio de las entidades-, la reducción de los costes -por los ajustes de plantilla y de oficinas-  y la ausencia de nuevas provisiones por la pandemia. Las provisiones son la hucha que las entidades guardan para hacer frente a imprevistos o riesgos futuros y el importe ahí reservado resta a los beneficios. Al mejorar la situación sanitaria ya no incrementan este blindaje que en los nueve primeros meses de 2020, en pleno covid, absorbió casi 15.000 millones.

La mejora de la salud de la banca ha permitido que las cinco entidades hayan pagado en conjunto 5.900 millones en impuestos sobre beneficios durante los nueve primeros meses de este año. Este importe supone ‘comerse’ el 25% de las ganancias antes de impuestos de las cinco entidades, que han sido de 23.591 millones. Santander, BBVA y Bankinter son los tres que más tributos abonan en términos absolutos. 

La carga fiscal de los cinco bancos, que no es comparable con la del año anterior por los números rojos de ese periodo, habría sido mucho mayor sin la integración de Bankia en CaixaBank. Esta operación ha permitido que la cuenta de resultados del banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri contabilice un ingreso en positivo del impuesto de sociedades de 41 millones de euros en los nueve primeros meses del año. Sin el impacto extraordinario de la fusión, CaixaBank habría pagado por sociedades 611 millones de euros, según sus propias estimaciones. 

En este impacto extraordinario de la fusión se incluye una aportación positiva de 4.300 millones de euros, que técnicamente se denomina fondo de comercio negativo (badwill). Este se generó porque CaixaBank compró Bankia, que estaba barata en Bolsa como casi todos los bancos, a un precio que estaba por debajo de su valor contable. Las normas permiten al comprador anotarse la diferencia entre ambos valores, el de adquisición y el contable, como un ingreso. Este fondo de comercio ha servido, además, para compensar parte de los impactos negativos de la fusión, los que restan en la cuenta de resultados, como los despidos. Más de 6.400 empleados de CaixaBank dejarán la plantilla, con un coste neto de 1.319 millones de euros. 

Si solo se tienen en cuenta los datos del negocio en España de los cinco grandes bancos, el beneficio conjunto en los nueve primeros meses ha sido de 7.855 millones. Esta cifra no incluye la actividad internacional, sobre todo de Santander y BBVA, ni las participadas de CaixaBank. El mercado doméstico supone así la mitad (50,4%) de las ganancias conjuntas de las cinco. 

Los bancos han pagado unos 997 millones en impuestos en España, aproximadamente el 12% de los beneficios domésticos que declaran y el 16% de los impuestos que abonan en todo el mundo.

Todavía no puede saberse el tipo impositivo efectivo que los bancos pagarán en 2021. Sus resultados de los nueve meses se conocen en un momento en que la comunidad internacional aúna esfuerzos para coordinar un tipo mínimo del impuesto de sociedades del 15%, tal y como aprobó este fin de semana el G-20, que agrupa a los países más ricos.

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