Bonet: “Los fondos europeos son una gran oportunidad, pero se deben hacer los deberes”

El coronavirus ha significado un frenazo del turismo y, como consecuencia, una caída de ingresos para muchos países, entre ellos España. Sin embargo, también puede suponer una oportunidad para “reconsiderar el desarrollo turístico, garantizando una distribución más justa de los beneficios y avanzando por hacia una economía neutra en carbono y más resiliente”, en palabras del secretario general de la Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikashvili. Bajo este prisma se ha celebrado esta semana en Barcelona la Future of Tourism World Summit, un encuentro internacional impulsado por la Fundación INCYDE de las Cámaras de Comercio de España. Una buena ocasión para hablar con su presidente, José Luis Bonet, sobre las perspectivas no solo de la recuperación turística sino de la economía catalana y española en general.

-El sector turístico ha sufrido un frenazo durante la pandemia, y el objetivo de la Cumbre Mundial sobre el Futuro del Turismo era sentar las bases para su reactivación, pero añadiendo nuevos parámetros con la sostenibilidad y la inclusión. ¿Cree que la cita ha cumplido con los objetivos? 

-Sí, se han cumplido, y prueba de ello es la llamada a la acción final que han firmado los asistentes y que sirve para marcar cuál debe ser el camino a seguir: sostenibilidad, digitalización, promoción de las comunidades locales, prosperidad… Asimismo, también queríamos trabajar a favor del turismo en Barcelona, Catalunya y España, pero con planteamientos de futuro. Y considero que también lo hemos conseguido.

-El turismo debe reformularse, según la propia OMT. ¿Cómo puede impulsarse este cambio?

-En la cumbre ha habido consenso sobre la gran oportunidad que representan los fondos de recuperación europeos Next Generation, tanto a nivel turístico como del resto de sectores económicos. No la podemos perder de ninguna manera, y esto significa actuar en dos líneas distintas. Por un lado, los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), que liderarán las grandes empresas y que no tengo duda de que funcionarán bien. Pero esto no resuelve el problema, porque España es un país de pymes, con cerca del 99,8% del total del tejido. Si estos fondos no llegan a las pequeñas y medianas empresas no servirá de nada. Por eso, desde todas las cámaras de España estamos preparados para ayudar en lo que haga falta.

-Unos fondos europeos que están fuertemente ligados al concepto de sostenibilidad.

-En febrero del 2020, antes de la pandemia, ya marcamos desde la Cámara cinco claves de futuro: digitalización, sostenibilidad, formación, innovación y emprendeduría. Y las tres primeras coinciden plenamente con las pautas de los Next Generation, que suponen recibir en España 140.000 millones de euros. Esto significa una montaña de recursos y debemos aprovecharlos para la transformación del tejido empresarial, porque quien no se transforme, quedará en la cuneta. Por eso, a quién quiera hacerlo, hay que ayudarle al máximo. Los fondos europeos serán un gran éxito si se hacen bien los deberes por parte de todos. 

-¿Qué deberes diría que son los más prioritarios?

-Todas las empresas deben ponerse en actitud de reinventarse, porque la pandemia representa un antes y un después. Quien quiera quedarse en el antes, está acabado. Se deben hacer los esfuerzos que haga falta en transformación digital o internacionalización, y si esto se alcanza, habremos avanzado mucho. Dependerá de la voluntad de cada empresa, sea grande o pequeñas. Quien diga: quiero hacerlo y me esforzaré, saldrá adelante. Quien piense que se trata de recibir fondos y ya se verá, no conseguirá nada. Tenemos la oportunidad de dar un gran salto.

-¿Cómo incidirán estos fondos europeos en la reformulación del sector turístico?

-El ámbito del turismo puede beneficiarse mucho de estos fondos, teniendo en cuenta además que representa el 11% del PIB español, pero que además arrastra a muchos otros sectores hasta alcanzar entre el 25% o el 30%. Yo tengo una postura optimista: el turismo irá a más, y no solo llegaremos a las cifras del 2019, sino que irá más. La gente quiere moverse y nuestro atractivo es extraordinario.

-¿No existe el riesgo de que ciudades como Barcelona sufran un exceso de turismo?

-Creo que hay que acabar con algunas falsedades que oigo mucho últimamente, sobre todo en Barcelona, como que hay demasiados turistas. No, no es así, si acaso lo que faltan es hoteles para alojarlos. O cuando dicen: menos turismo y más industria. No, no, más turismo y más industria. Estoy de acuerdo en reformular el turismo, pero eso no quiere decir menos turismo, sino más y mejor. Esto lo deben hacer las empresas y el papel de las administraciones es acompañarlas.

-¿Cómo se combina este incremento del turismo con la necesaria reducción de emisiones?

-Estoy totalmente de acuerdo en que se han de explorar alternativas para reducir las emisiones. Quizás para distancias cortas en mucho mejor el tren de alta velocidad, pero todo esto se tiene que hablar. Debe haber diálogo y poner todos estos aspectos sobre la mesa. Lo que no podemos hacer es perder oportunidades como la ampliación del aeropuerto de El Prat. No puedo entender cómo hay personas que condenan a Catalunya a una situación de inferioridad, mientras otras ciudades siguen fortaleciéndose. Nos estamos jugando los próximos 25 años, pero tengo una pequeña esperanza de que se pueda reconducir. 

-¿Cree que Barcelona, y también Catalunya, han perdido potencia en los últimos años?

-Desde mi punto de vista, Barcelona y Catalunya han perdido comba. Estamos haciendo desde hace tiempo un análisis de evolución económica en base a diversos indicadores y lo que nos indican las ratios es que Catalunya ha entrado en una cierta decadencia. Y no es una opinión basada en lo que pienso del procés, con el que no estoy de acuerdo, sino un hecho que demuestran los números. Respeto a todos aquellos que quieren la independencia de Catalunya, pero cuidado, debemos centrarnos en hacer que esto funcione. No digo que vayamos a colapsar, porque esto no sucederá, pero antes íbamos en cabeza y ahora estamos en medio del pelotón.

-¿Cómo cree que se debería reorientar la situación y fortalecer la marca Barcelona y Catalunya?

 -Barcelona y Catalunya tienen la potencia suficiente con lo que ya son para conseguir que esto funcione, si la gente rema en una misma dirección. Por ejemplo, he presido la Fira de Barcelona durante 14 años y sé perfectamente la potencia que tiene y su capacidad de atracción de público extranjero. Seguimos teniendo un gran atractivo, y si no lo hacemos funcionar, será culpa nuestra. Es vital la colaboración público-privada en la línea marcada por Europa e iniciar una transformación que no solo debe afectar a las empresas, sino también a las personas y a las administraciones. Con los recursos europeos, podemos dar un gran salto. Eso sí, Catalunya debe centrarse, porque hemos estado viviendo demasiado tiempo de espaldas unos con otros. Hay que seguir recuperando el diálogo, respetarnos e ir todos a una.