Crisis en China

Evergrande cae en bolsa tras incumplir el primer compromiso de deuda

Los expertos alertan del efecto que puede tener la crisis del gigante inmobiliario chino en Asia y para las firmas occidentales

Oficinas de China Evergrande en Hong Kong

Oficinas de China Evergrande en Hong Kong

Eduardo López Alonso

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La crisis de la inmobiliaria Evergrande en China ha puesto en alerta a todos los mercados de capitales en el mundo. Aunque la insolvencia de este gigante asiático del sector inmobiliario no es a priori comparable a la que supuso la quiebra de Lehman Brothers en el 2008, los expertos mantienen dudas razonables a la hora de analizar una situación marcada por las incertidumbres y una amenaza para todas las empresas que tienen lazos comerciales con China. Evergrande entró esta semana en una prórroga de 30 días para hacer frente al pago de los intereses de deuda. Las acciones de Evergrande bajaron el 11,6% este viernes tras conocerse que no afrontaría el pago de los bonos chinos. El pago de esos bonos chinos ascendería a unos 36 millones de dólares, mientras que la cantidad que ha de abonar en una tanda de pagos de intereses de bonos ‘offshore’ es de unos 84 millones de dólares. La cuestión ahora es la negociación de una quita de la deuda o afrontar una bancarrota millonaria. El próximo 29 de septiembre cumple el plazo para pagar otros 47,5 millones de dólares de otro conjunto de bonos denominados en dólares y cotizados en el extranjero.

En opinión de Alfons Fernández, del Col·legi d'Economistes de Catalunya, la crisis de Evergrande "ha contaminado ya a las bolsas internacionales" en forma de "daño colateral" como consecuencia de una situación de incertidumbre agravada por la "opacidad típica" del Gobierno chino. En cualquier caso, este experto en economía internacional opina que el impacto real del 'caso Evergrande' "está por ver", con una incidencia directa pequeña, pero un efecto indirecto "que es lo que más preocupa" y que es en qué medida afectará a otras empresas chinas que como clientes o proveedores pueden suponer impagos para empresas europeas. Pero a día de hoy no se conocen esos riesgos, aunque ya se da por hecho que afectará a la banca asiática, con una onda expansiva que sí tendrá efecto en China, en Japón o en Corea, por ejemplo. 

Para Joan Tristany, director general de AMEC (Asociación de las Empresas Industriales Internacionalizadas), la crisis de Evergrande se engloba en un entorno de incertidumbre internacional agudizado por la pandemia. Pero asegura que "desde 2008, año en que estalló la crisis financiera, las empresas han trabajado para ser más resilientes, pero obviamente están "a la expectativa y observando la evolución de la crisis y de ver cómo actúa el Gobierno chino". Uno de los factores más importante es como evoluciona la falta de suministro de materias primas. 

Vicenç Hernández Reche, presidente de los Agentes Inmobiliarios de Catalunya (AIC) y CEO de Tecnotramit, considera que la crisis "es la punta de lanza de la percepción de que existe un hipercalentamiento económico reflejado en las cotizaciones bursátiles" y que "puede tener efecto dominó más allá del sector inmobiliario y del ámbito chino". En su opinión, existe la sensación de que una crisis de esas dimensiones puede afectar a China, que como mayor importador de materias primas y referencia del comercio internacional puede llegar a causar un efecto en empresas occidentales. Hernández Reche, experto en 'proptech', también apunta a la influencia en la situación internacional que han tenido las dudas sobre la aprobación del Congreso de EEUU del aumento del techo de gasto y las subidas de impuestos para el plan de infraestructuras. Los recortes de los estímulos de la FED son también un elemento que abre dudas sobre la recuperación económica pospandémica. 

Para Dierk Brandenburg, director de calificaciones de instituciones financieras de Scope Ratings, "es probable que el efecto sobre los bancos europeos sea limitado, ya que parecen tener solo pequeñas exposiciones a los promotores inmobiliarios chinos, ciertamente en relación con los activos agregados". Sin embargo, se dan por descontado mayores cargos por pérdidas crediticias. "Habrá más efectos secundarios negativos a través de las operaciones de los mercados de capitales asiáticos, la gestión de activos y la banca privada de los bancos, así como de los préstamos a los sectores relacionados con la propiedad, como los materiales", opina Brandeburg. "Esto afectará las pérdidas y ganancias de los bancos europeos activos a nivel mundial en los próximos trimestres, al igual que la consiguiente represión regulatoria por parte de las autoridades chinas", añadió. Según el BPI, los bancos del Reino Unido son los más expuestos, ya que representan el 27% de los activos de bancos extranjeros por valor de 917.000 millones de dólares frente a residentes chinos en el primer trimestre de 2021.

La exageración de Lehman Brothers

La analogía de las dificultades de Evergrande con el caso Lehman Brothers es considerada por la mayoría de expertos una exageración, con los datos conocidos actualmente. El efecto multiplicador de las subprime de la crisis del 2008 no se produce en estos momentos y se descarta que la banca asiática pueda contagiar directamente al sector financiero internacional. No hay que olvidar que en el momento de la quiebra el 15 de septiembre de 2008, Lehman Brothers era el cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos (detrás de Goldman Sachs, Morgan Stanley y Merrill Lynch) y tenía 680.000 millones de dólares estadounidenses en activos. Fue la mayor quiebra de la historia de Estados Unidos. Evergrande no tiene unos lazos financieros tan diversos como Lehman Brothers, pero el mordisco a la confianza en el crecimiento del PIB chino es relevante.

Silencio oficial

Continúa el silencio oficial en China: las autoridades siguen sin intervenir, al menos de manera pública, y el aparente desinterés de la prensa oficial por el tema contrasta con las portadas que copa desde hace días en los medios internacionales. Las medidas impulsadas por Pekín el año pasado para tratar de atajar el problema del creciente endeudamiento de las grandes inmobiliarias se ha cobrado en Evergrande una primera víctima. El Gobierno limitó el acceso a la financiación bancaria a las promotoras que acumulasen un nivel excesivo de pasivos frente a los activos (superior al 70%), que excedieran ciertos niveles de apalancamiento o que no dispusieran de liquidez suficiente para hacer frente a las deudas a corto plazo. Esas tres líneas rojas han puesto en peligro a Evergrande.

Las cuentas

De acuerdo con las cuentas del primer semestre de 2021, las últimas que ha presentado el grupo, Evergrande registró un beneficio neto de 10.499 millones de yuanes (1.389 millones de euros), un 28,9% menos que en el mismo periodo de 2020. De su lado, los ingresos se contrajeron un 16,5%, hasta 222.690 millones de yuanes (29.351 millones de euros). Pese a los beneficios registrados, los problemas de China Evergrande se deben a su manejo del balance. A 30 de junio, la promotora contaba con unos activos valorados en 2,37 billones de yuanes (313.288 millones de euros). De esa cifra, 1,27 billones (168.440 millones de euros), casi el 54%, eran proyectos inacabados, mientras que únicamente 144.514 millones (19.047 millones de euros) eran inmuebles finalizados y en venta. Además, Evergrande cerró el primer semestre con efectivo y equivalentes de efectivo por valor de 86.772 millones de yuanes (11.437 millones de euros), un 45,3% menos que un año antes. De su lado, el pasivo total de la firma era de 1,96 billones de yuanes (259.119 millones de euros), de los cuales 571.775 millones (75.360 millones de euros) eran préstamos y 951.133 millones (125.359 millones de euros) eran cuentas a pagar a proveedores.

Expertos del banco británico Barclays consideran que "un posible impago de Evergrande podría traducirse en un lastre en el sector inmobiliario" pero que "es difícil argumentar que las perdidas de préstamos de Evergrande supongan un riesgo sistémico para el sector bancario". Los paños calientes están ahora en manos del Gobierno chino. 

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