Entrevista

Carles Navarro: "Sin la química no habrá soluciones para el cambio climático"

El presidente de FEIQUE y Expoquimia y consejero delegado de BASF pronostica que este año las inversiones del sector se dispararán ante el alza de la demanda y de los precios

Carles Navarro, presidente de FEIQUE y consejero delegado de Basf.

Carles Navarro, presidente de FEIQUE y consejero delegado de Basf.

Eduardo López Alonso

Eduardo López Alonso

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¿Cómo hay que interpretar la celebración de Expoquimia?

Es la primera feria de grandes dimensiones del sector químico que se celebra en Europa desde el principio de la pandemia. Es una muestra de la apuesta que estamos haciendo por las ferias presenciales. Pensamos que hay ganas de retomar la actividad cara a cara, en la que los exhibidores y los visitantes se pueden sentar, hablar con calma y hacer negocios. 

El ambiente en la feria es de una actividad destacable...

Llevamos pocas horas y estamos percibiendo una afluencia de visitantes superior a la anterior edición del salón en el 2017, que estuvo afectada por factores externos que afectaron y condicionaron bastante la orientación comercial de la feria. Este año es diferente. Tenemos pandemia pero ya estamos al final de la quinta ola y esto ha animado a la gente a venir. Esperamos más de 10.000 visitantes este año. 

¿Qué es lo que se puede ver en los estands?

Hay mucho que enseñar. Tenemos a las principales empresas químicas y a los 'bussines' partners y asociaciones que van a mostrar innovaciones que van a ser el futuro de la sociedad. Sin la química no habrá soluciones para el cambio climático. No habrá soluciones para la economía circular. Cubrimos prácticamente los 17 objetivos de desarrollo sostenible de una u otra forma. 

¿Qué soluciones innovadoras se ven en el salón?

Como presidente del salón me resulta complicado destacar unas cosas sobre otras. Las soluciones que pueden ver los visitantes giran en torno a cuatro ejes temáticos; la economía circular, importantísima para evitar el consumo creciente de recursos; la transición energética y el cambio climático; salud y alimentación; y digitalización de la industria. En la feria podemos ver durante esta semana muchos ejemplos de estas líneas de desarrollo. 

Se ven también muchos robots, ¿es una muestra del auge de la robotización?

Yo no lo llamaría robotización. Sí destacaría el uso creciente de sensores en la industria. Al final, nuestras plantas son instalaciones industriales muy grandes y requieren mucha inversión. Llevan mucho tiempo en funcionamiento y las empresas las estamos sensorizando, instalando sensores que van a generar datos para su procesamiento en tiempo real y van a permitir hacer cosas como mantenimiento preventivo, control de operaciones a distancia, con gafas de realidad virtual, por ejemplo... Los datos y la digitalización van a permitir encontrar la eficiencia de los procesos. 

¿Qué cambios ha sufrido el sector en general con la pandemia y este año?

El año pasado nos mantuvimos mucho mejor que el conjunto de la industria, que cayó un 10%. La facturación del sector químico bajó un 0,4% el año pasado, prácticamente igual.  

¿Por el alza de las materias primas?

No. El año pasado no. Fue un ejercicio tanto de menor producción como de caída de precios. La demanda estuvo afectada por la pandemia, pero el impacto en las cuentas fue moderado. Conseguimos mantener todas las plantas funcionando. Este año es diferente. La situación económica mundial es de recuperación. Tenemos perspectivas de crecimiento en volúmenes, en cifra de negocios y exportación. No deja de ser una situación complicada por falta de materias primas e incremento de costes logísticos. Los clientes que compran productos químicos están sufriendo situaciones tensas en suministros y crecimientos de precios muy fuertes de química básica. 

Esta coyuntura especial se suma a una situación cíclica del sector químico favorable...

Es cierto que hay ciclos de subida brusca de precios y de bajada. Las plantas químicas se construyen durante cuatro años, se ponen en marcha y los precios bajan hasta que la demanda absorbe esa producción. Hasta que no llega la siguiente planta hay un periodo de falta de producto en el mercado.

¿Estamos ahora en esa segunda etapa?

Yo creo que sí.

¿Se prevén inversiones importantes a corto plazo en el sector químico?

Sí. En la química mundial se invierten unos 250.000 millones de dólares al año, 25.000 en Europa y en España se invierten unos 2.000 millones anuales. 

¿Se superarán este año esos 2.000 millones de inversión?

No tenemos cifras concretas, pero hay signos que invitan a pensar que aumentarán las inversiones. Todos los proyectos que estaban paralizados por la pandemia, ahora se están volviendo a retomar. En el mercado falta producto y hay que acelerar las inversiones para satisfacer la demanda. 

¿Qué perspectivas existen en torno al Valle del Hidrógeno de Tarragona?  

Es un proyecto muy interesante. El hidrógeno va a ser una solución más, pero sin duda uno de los grandes vectores energéticos para el futuro. No será la única solución ni la más efectiva, pero si será relevante dentro del puzle de soluciones para el futuro. Tarragona tendrá un gran papel, ya que reúne todas las condiciones para acoger ese valle del hidrógeno, gracias a la petroquímica, las nucleares que acaban su vida útil en 10 años, los centros de investigación y la demanda que hay en el territorio. Con la ayuda de la Administración y el liderazgo de las grandes empresas, puede ser un proyecto que triunfará. 

¿En cuánto tiempo será una realidad?

Es difícil de precisar. Pero al final de la década el hidrógeno será un actor principal. Está tanto en los planes de inversión del Gobierno como en los de la UE por lo que no veo otra posibilidad que la de que el Valle del Hidrógeno sea un éxito.