Rescate

La aerolínea portuguesa TAP se juega su futuro en Europa

El Gobierno luso, principal accionista de la compañía, ha enviado esta semana a Bruselas las aclaraciones sobre el plan de reestructuración

La propuesta para inyectar 3.200 millones de euros de dinero público ha abierto una guerra con Ryanair, que ha presentado un nuevo recurso ante el TJUE

Un avión de la aerolínea TAP aterrizando en el aeropuerto de Lisboa en abril de 2019.

Un avión de la aerolínea TAP aterrizando en el aeropuerto de Lisboa en abril de 2019. / Miguel A. Lopes

Lucas Font

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El futuro de la aerolínea estatal Transportes Aéreos Portugueses (TAP) pasa por Europa. El Gobierno portugués, principal accionista de la compañía, ha enviado esta semana las aclaraciones sobre el plan de reestructuración, que incluye la inyección de 3.200 millones de euros de dinero público y que el Ejecutivo comunitario consideró impreciso a mediados de julio. Las autoridades europeas han expresado sus dudas sobre la viabilidad de la aerolínea a largo plazo y sobre la compatibilidad del plan con las leyes de competencia del mercado único. La Comisión deberá valorar ahora las aclaraciones del Gobierno luso para tomar una decisión en los próximos meses.

La difícil situación económica de la principal compañía aérea portuguesa, duramente golpeada por la pandemia, obligará al Ejecutivo a endurecer la propuesta inicial de reestructuración, que incluye el despido de cerca de 2.000 trabajadores -un 25% del total de la plantilla- recortes de un 50% en los salarios de los pilotos y de un 25% en el resto de los empleados y una reducción de la flota hasta las 88 aeronaves, 20 menos que en la actualidad. 

Según el portal económico ECO, la nueva propuesta incluye la liberación de una decena de slots -las franjas horarias disponibles para aterrizar y despegar- que TAP tiene en su poder en el aeropuerto de Lisboa, aunque el Gobierno no ha querido confirmar esa información. Con esta medida las autoridades lusas tratarían de despejar las dudas sobre un posible trato de favor hacia la aerolínea estatal en detrimento de compañías privadas, como Ryanair, que han tratado de impedir por todos los medios que la Comisión dé su visto bueno al plan de reestructuración.

Guerra con Ryanair

La aerolínea irlandesa interpuso la semana pasada una nueva queja ante el Tribunal General de la Unión Europea contra un apoyo de 462 millones de euros aprobado en abril que permitió una ampliación de capital en la TAP, según ha adelantado este miércoles el diario Público. Este es el segundo recurso que presenta Ryanair, que ya denunció la aprobación de un préstamo de emergencia de 1.200 millones de euros, incluido en el plan de reestructuración de la empresa lusa. El Tribunal General dio la razón a la compañía de bajo coste, aunque la Comisión Europea acabó por autorizar el préstamo a mediados de julio.

Desde Ryanair aseguran que enviarán comentarios al Ejecutivo comunitario en las próximas semanas para tratar de impedir la autorización al plan de reestructuración. “Se trata de un plan discriminatorio que recompensa años de pérdidas y de mala gestión de TAP”, ha afirmado una portavoz de la aerolínea a EL PERIÓDICO. “Ryanair seguirá luchando por la igualdad de condiciones en Portugal para todas las compañías que contribuyen a la creación de empleo y a la actividad turística”.

Las batallas judiciales de Ryanair han puesto en guardia al Gobierno luso, que se mantiene firme en su apuesta por salvar una compañía estratégica para la economía nacional. Tras una reunión en mayo entre el ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, y el presidente de la empresa irlandesa, Michael O’Leary, el ministerio lanzó un duro comunicado en el que afirmaba que no aceptaría “intromisiones ni lecciones por parte de una empresa extranjera que solo responde ante sus accionistas”. O’Leary aseguró por su parte que los 3.200 millones del plan de reestructuración “se irían por el retrete”.

Control de las rutas

Pero más allá del duelo dialéctico, lo cierto es que Ryanair ya está aprovechando el hueco que TAP se ha visto obligada a dejar. La compañía de bajo coste anunció a principios de este mes la apertura de 22 nuevas rutas desde Lisboa para el próximo invierno y la inversión de 253 millones de euros en el aeropuerto de la capital lusa, además de la ampliación de su flota hasta los siete aviones. En el comunicado, la aerolínea resaltó que este aumento le permitirá operar más rutas europeas que la propia TAP.

La mayor presencia de las compañías de bajo coste en Portugal también se ha confirmado en los últimos datos de tráfico aéreo, publicados por la Autoridad Nacional de Aviación Civil (ANAC). En el segundo trimestre de este año, las tres principales aerolíneas de bajo coste que operan en el país -Ryanair, EasyJet y Transavia- acumularon un 41,7% del total de pasajeros, frente al 33,9% de TAP. En el mismo período de 2019, la empresa lusa dominó el mercado con un 35,9% del total de pasajeros frente al 34,6% de sus tres competidores juntos.

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