'Ley Rider'

Glovo contratará directamente a 2.000 'riders' y complementará su flota con autónomos

La plataforma digital revoluciona su modelo laboral para adaptarse a la ‘ley Rider’, renuncia a utilizar subcontratas para el reparto y trata de evitar así litigios

Un repartidor a domicilio de la firma Glovo.

Un repartidor a domicilio de la firma Glovo. / JOAN CORTADELLAS

Gabriel Ubieto

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Glovo contratará directamente a 2.000 repartidores para formar una flota propia y adaptarse así a las nuevas exigencias de la ‘ley Rider’, que entra en vigor el próximo 12 de agosto. La plataforma digital da así un giro drástico en su modelo laboral, pues hasta ahora se había mostrado totalmente en contra de incorporar en plantilla a sus ‘riders’, y es la primera del sector que transita de un modelo de autónomos a uno con una flota de asalariados; tal como explican fuentes de la compañía a EL PERIÓDICO. 

“Con los 'riders' contratados seríamos rentables, pero no cubriríamos toda la demanda", afirmaba el fundador y consejero delegado de Glovo, Óscar Pierre; en una entrevista con EL PERIÓDICO en diciembre del 2020; poco antes de que se cerrará la nueva ‘ley Rider’. En los cuarteles generales de la compañía de las mochilas amarillas creen haber encontrado la fórmula para unir esas dos ambiciones. Flotas mixtas, con una base de asalariados y un número indeterminado y fluctuante de autónomos que vayan entrando y saliendo. De hecho, Glovo ya ha comenzado a contactar con sus repartidores para preguntarles si les interesa una opción u otra. "En breve nos pondremos en contacto contigo en función de una u otra opción, para revisar la disponibilidad, así como las condiciones de contratación", reza el mensaje que han recibido los 'riders' recientemente.

¿Cuáles serán las condiciones de esos repartidores contratados directamente por Glovo? La empresa declina explicarlas. No aclara si se regirán por el convenio del sector de hostelería, si aplicarán un convenio de empresa o qué condiciones ofrecerán. Tampoco si esos 2.000 repartidores estarán a jornada completa o parcial, aunque sí afirman que “la mayoría” estarán a 40 horas semanales. Uno de los problemas hasta ahora es la falta de horas, que deja ingresos muy pobres a los repartidores; en muchos casos por 400 o 500 euros por 15 o 20 horas a la semana.  

¿Cómo trabajarán los autónomos?

No desaparecerán los trabajadores por cuenta propia de las flotas de Glovo y es que para atender los picos de demanda que tenga la compañía, esta derivará parte de sus pedidos a repartidores por cuenta propia. Es decir, apuesta por un modelo mixto, en el que el día a día lo asumirán esos 2.000 repartidores asalariados y en nómina de Glovo y estos se verán reforzados durante los fines de semana o las horas de más trabajo con repartidores autónomos, que abrirán la aplicación de Glovo y aceptarán o no los pedidos que la aplicación les vaya ofreciendo. Hasta ahora Glovo operaba con unos 10.000 repartidores autónomos.

Aunque desde la dirección de la empresa fundada por Óscar Pierre han introducido cambios para tratar de evitar alargar los litigios legales que ha protagonizado la compañía -al igual que los gigantes del sector- en torno a su modelo laboral. Con severos y múltiples correctivos, del Tribunal Supremo incluidos. Los asesores legales de Glovo se han sentado y han eliminado de la relación entre ‘riders’ autónomos y empresa toda relación de laboralidad. 

Es decir, ya no habrá tarifas fijas, pues hasta ahora era Glovo el que decía cuanto cobraba el repartidor por viaje. Cuando normalmente un autónomo tiene capacidad para negociar el precio de su servicio. Ahora habrá una puja por pedidos y cada ‘rider’ ofrecerá por cuánto está dispuesto a entregar esa hamburguesa, pizza o ramo de flores. Lo que puede acabar desembocando en una guerra de precios que deje paupérrimas remuneraciones. También desaparecen las franjas de horas, es decir, el repartidor podrá conectarse a la aplicación en todo momento y esperar a que le caiga un pedido; así como el sistema de puntuación. Ya no será los más veteranos o los que tengan mejores puntuaciones los que reciban primero los pedidos.  

¿Cumple este modelo con la nueva normativa? La empresa ha contactado con Oleart Abogados para certificar que su esquema se ajusta a la legalidad vigente. El tiempo y los jueces dirán si los litigios continúan para Glovo o, cinco años después de su fundación, pacifica su modelo de relaciones laborales.

Nada de subcontratas

Durante estos últimos tres meses de transición entra la aprobación de la ‘ley Rider’ y su entrada en vigor, las principales empresas del sector habían ido testeando nuevos modelos laborales. El experimento más común ha sido el recurrir a empresas subcontratadas. Glovo, Deliveroo o UberEats pagaban a un tercero para que asumiera este el proceso de la entrega de pedidos, con sus propios repartidores y, en muchos casos, su propio algoritmo. 

Finalmente Glovo, que también probó esta vía, ha declinado consolidar su modelo así y construirá su operativo mediante ese modelo mixto de asalariados y autónomos. “En esta primera fase no utilizaremos subcontratas”, afirman desde la compañía. El fantasma de que los litigios continúen si las aplicaciones optan por subcontratas sobrevuela el modelo. Los sindicatos ya han avanzado que presentarán denuncias y firmas como Cabify ya han sido censuradas por Inspección de Trabajo en Catalunya por usar modelos similares.

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