Malestar sectorial

Las patronales del comercio claman contra el límite a 1.000 euros en pagos en efectivo

El sector considera que la medida lastrará la recuperación del consumo en momentos de crisis de ventas

Billetes de cincuenta euros

Billetes de cincuenta euros / EUROPA PRESS

Eduardo López Alonso

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El sector comercial ha clamado este miércoles contra la medida aprobada esta semana por la comisión de Hacienda del Congreso de limitar los pagos en efectivo a menos de 1.000 euros. El trámite legal pasa directamente al Senado para continuar con la tramitación parlamentaria, con la oposición del PP y de Vox, pero la patronal de las grandes superficies Anged, la Confederación Española de Comercio (CEC), la patronal textil Acotex y la Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos (FECE) han mostrado su abierta oposición ante una restricción que, opinan, va a lastrar el alza del consumo y que actualmente solo se aplica en Francia.

La reforma normativa sigue su curso tras siete meses de tramitación, retrasada por los procesos electorales. De las enmiendas introducidas en el Congreso, destaca la extensión a los particulares de la limitación a un máximo de 1.000 euros de los pagos a empresas o profesionales, cuando en el texto original se circunscribía a operaciones entre empresarios. Mientras el Gobierno considera que la limitación al uso del dinero en efectivo contribuirá a la lucha contra el fraude fiscal, el sector comercial reclama que su voz se haga oír y se bloquee la iniciativa. En cualquier caso no existen datos fiables sobre qué impacto puede tener la medida o que parte de las operaciones actuales de compra por más de 1.000 euros se hacen en efectivo. Se calcula, según datos del sector financiero, que en torno al 80% de los pagos en España se siguen haciendo con dinero en metálico, lo que equivale al 60% del volumen de ventas.

Para el presidente de Acotex, Eduardo Zamácola, el limitar los pagos a un máximo de 1.000 euros supone una limitación a las libertades individuales que causa "indignación", ya que muchos consumidores no desean dar a conocer sus hábitos de consumo a la banca, y además opina que "no es una medida que rebaje el fraude fiscal ni que aumente el consumo". Para Javier Millán-Astray, director general Anged, la iniciativa del Gobierno "está en contra de las recomendaciones a nivel europeo de apoyo al uso de efectivo" y contradice la tendencia imperante en Europa, donde en la mayoría de países se mantiene la limitación de los 3.000 euros y solo en Francia se ha aplicado la limitación de 1.000.

La iniciativa del límite de pago en efectivo llega en unos momentos en los que el sector comercial se siente maltratado y falto de ayudas para remontar la crisis. Se calcula que las ventas han caído en torno a un 40% como consecuencia de los cierres y las limitaciones de aforo en sectores como el textil. Las anunciadas ayudas se han prometido para los comercios con una caída superior al 30% de la facturación. Se da la circunstancia de que buena parte de los comercios aplicaron fuertes descuentos para salvar las cuentas, con lo que incurrieron en caídas de facturación inferiores al 30% pero con pérdidas o beneficios bajos, por lo que no pueden optar a esas ayudas.

El 83% de las transacciones comerciales en España en 2020 se realizó con dinero en efectivo a pesar de la reducción del número de sucursales bancarias y cajeros automáticos, de la digitalización de la banca y el comercio y de las dificultades que han supuesto las restricciones de movilidad, según se desprende de un estudio realizado por el Instituto Coordenadas a partir de datos del Banco de España. El informe constata que el volumen de dinero en efectivo suministrado a los bancos representó más de la mitad de los pagos que se hicieron por TPVs, lo que induce a sospechar que en España el uso del efectivo y la economía de proximidad en espacios físicos siguen siendo las fórmulas preferidas de compra y pago por parte de la población.

Desde el Instituto Coordenadas han destacado que el Banco de España entregó a las entidades de crédito 2.761 millones de billetes, por un importe de 87.395 millones de euros, un 6,5% menos que en 2019, caída mucho más leve que el retroceso del 11% que sufrió el PIB el año pasado. Respecto a la caída del efectivo del año pasado, además de por las restricciones de la pandemia, desde el Instituto Coordenadas han matizado que muy probablemente esté asociada al descenso del número de turistas, ya que "visitaban España con dinero de sus países de origen, lo que contribuía a aumentar el circulante". Además, también han resaltado que el efectivo tiene una función "como reserva de valor o precaución que le hace ser normalmente más demandado en momentos de crisis". Así, una parte de los billetes puestos en circulación por el Banco de España "no ha retornado a sus cajas siguiendo las pautas habituales, sino que ha sido retenida por los participantes en el ciclo del efectivo por diferentes causas". Una muestra de esto último es el notable crecimiento de la emisión neta de billetes (diferencia entre los billetes puestos en circulación y los retirados) en 2020 frente a 2019, que ha resultado positiva por primera vez desde 2007.