Coronavirus y trabajo

¿Qué está pasando con el empleo en EEUU?

Los anémicos datos de abril abren incógnitas sobre la recuperación del mercado laboral conforme el país sale de la pandemia

Republicanos y líderes empresariales culpan a las ayudas extraordinarias a parados de desincentivar la vuelta al trabajo

Expertos apuntan a otras causas, de la situación de las mujeres con hijos al miedo o los bajos sueldos en algunos sectores

Joe Biden, pronuncia un discurso sobre la economía de Estados Unidos mientras la vicepresidenta Kamala Harris permanece en la Sala Este de la Casa Blanca.

Joe Biden, pronuncia un discurso sobre la economía de Estados Unidos mientras la vicepresidenta Kamala Harris permanece en la Sala Este de la Casa Blanca. / Chris Kleponis / POOL / EFE

Idoya Noain

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Los números cayeron como un jarro de agua fría cuando el Departamento de Trabajo de Estados Unidos hizo públicos los datos de empleo de abril: solo 266.000 puestos de trabajo creados. Eran el 30% de los sumados en marzo, lejos del millón que vaticinaban los analistas, y estaban a años luz de lo esperado en un país que en la pandemia ha perdido 8,2 millones de empleos y donde la reapertura y la recuperación avanzan conforme progresa la vacunación.

Con los anémicos datos en la mano, la Cámara de Comercio urgió inmediatamente a poner fin al suplemento extraordinario de 300 dólares por semana a las prestaciones por desempleo con que, en virtud del último paquete de estímulo y ayudas, el gobierno federal ha estado complementando las prestaciones estatales por el paro. Y empezaron a llegar los anuncios de estados controlados por republicanos de que abandonarán ese suplemento a partir del próximo mes, sin esperar a que expiren, como está estipulado en el paquete de ayuda, en septiembre. Son ya 22. 

Esa decisión, según distintos cálculos, puede dejar a 3,6 millones de personas solo con el subsidio de paro estatal, que en muchos casos les deja bajo el nivel de pobreza. Y 2,7 millones de ciudadanos lo tienen aún peor y pueden quedarse sin nada, bien porque ya habrán agotado por tiempo la cobertura estatal o porque son trabajadores por cuenta propia o participantes de la gig economy que, antes de los rescates, no tenían siquiera ayudas de paro.

El debate sobre las ayudas

El argumento de líderes empresariales y de los conservadores, que sacuden los fantasmas de que se desboque la inflación, es que esas ayudas están desincentivando a muchos ciudadanos a volver al trabajo. Proliferan desde hace semanas en discursos políticos y en artículos de prensa historias de negocios, sobre todo en hostelería, ocio y servicios, que están teniendo dificultades para conseguir trabajadores y aplicando incentivos para hacerlo, de pagar solo por acudir a entrevistas de trabajo a ofrecer compensaciones si se garantiza que se aguantará en el puesto uno, dos o tres meses o subir los salarios base.

Esa línea argumental, no obstante, ha sido rechazada por la Casa Blanca de Joe Biden y por su Administración. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, la descartó, por ejemplo, cuando dijo: “No creo que la compensación de paro añadida sea realmente el factor que está marcando la diferencia”.

Según un análisis de la Reserva Federal de San Francisco si siete de 28 parados recibieran una oferta de empleo, solo uno la rechazaría por los 300 dólares extra semanales. Otro estudio realizado por Arindrajit Dube, de la Universidad de Massachusetts, mostró que hasta marzo los estados que tienen prestaciones de desempleo más bajas no han visto recuperarse más rápido su mercado laboral. Y son muchos quienes advierten que cortar los subsidios extraordinarios solo servirá para exacerbar la ya profunda desigualdad. “Castigar a trabajadores en paro que perdieron sus empleos en una pandemia sin tener culpa quitándoles prestaciones de paro no mejorará la economía, solo hará una mala situación aún peor”, dijo el senador progresista Bernie Sanders.

Madres, miedo y bajos salarios

Otros demócratas, líderes económicos como el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, activistas y expertos laborales apuntan en su lado del análisis a que, tras el evidente “embudo”, hay un cúmulo complejo de realidades del mundo laboral marcado por la pandemia.

En su última rueda de prensa Powell citó, entre varios de los posibles factores de la situación, un factor que se considera fundamental: las dificultades de los padres, y especialmente de las mujeres (las que más tuvieron que abandonar sus empleos para encargarse del cuidado de los hijos durante la pandemia), de regresar plenamente al mercado laboral. La reapertura de las escuelas no se ha completado y el cuidado infantil prescolar, ya caro e inaccesible para muchas familias antes de la pandemia, es aún más complicado ahora.

Powell habló también del miedo persistente, sobre todo en sectores donde hay contacto con el público, de volver al trabajo. Y activistas laborales progresistas subrayan que los problemas palpables de sectores específicos para llenar sus puestos de trabajo, sobre todo los de restauración, tienen que ver con los bajos sueldos que se ofrecen. “La frase completa es: no puedo encontrar trabajadores con el salario que estoy dispuesto a ofrecer”, decía a Reuters Nela Richardson, economista jefa de ADP.

Otros factores

Según datos de la Federación Nacional de Negocios Independientes el 44% de pequeños negocios que tuvieron puestos disponibles en abril no pudieron llenarlos, un récord según el grupo, pero a los factores ya citados se suman otros, de trabajadores jóvenes que han aprovechado la pandemia para cambiarse a nuevos campos, la falta de formación para algunos trabajos con altos requerimientos de los trabajadores disponibles o la competición de las grandes corporaciones, que están subiendo los sueldos. Amazon, por ejemplo, ha anunciado la contratación de 75.000 personal para logística a un sueldo mínimo de 17 dólares por hora.

Otro de los argumentos con los que se defiende mantener los subsidios extraordinarios de desempleo es que estos acabarán en septiembre, cuando también está previsto que reabran las escuelas. Y muchos creen que el verdadero estado del mercado laboral se conocerá entonces. Lo decía Powell también a finales de abril: “Creo que volveremos a una economía donde tenemos equilibrio entre oferta y demanda de empleo, pero pueden hacer falta algunos meses”.

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