previsiones

El FMI prevé que España se mantenga como el país con más déficit de la eurozona

El organismo espera que el desajuste presupuestario se reduzca este año para quedar en el 9% del PIB

La deuda pública aumentará ligeramente para rondar el 118%, siguiendo en el nivel más alto en más de un siglo

Montero y Calviño

Montero y Calviño / periodico

Ricardo Mir de Francia

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España se mantendrá como el país con un mayor déficit público de la zona euro, un dudoso honor que ostentará pese a reducir en más de dos puntos el desajuste en sus cuentas públicas en 2021. Ese es el cuadro que se desprende del último informe presentado este miércoles por el Fondo Monetario Internacional durante su Asamblea de Primavera. Los analistas del organismo internacional prevén que el desfase presupuestario español caiga del histórico 11,5% del PIB con que se cerró el año cero de la pandemia hasta el 9%, más de un punto por encima de lo previsto por el Banco de España. El abultado déficit español previsto para este año es algo mejor que la media de las economías avanzadas (10,4%), pero está lejos de la media de sus vecinos de la eurozona (6,7%). 

Los economistas llevan tiempo resaltando que el problema del déficit español no se deriva tanto de las ayudas fiscales coyunturales adoptadas para mitigar el impacto económico de la pandemia, sino de motivos estructurales, lo que complicará la reducción del desfase presupuestario durante la recuperación. El FMI sitúa esas ayudas justo por detrás de las de Francia e Italia, el país que más se acercará este año al déficit español en la eurozona (8,8%). Países más ricos como Estados Unidos (15%), Reino Unido (1,.8%) o Japón (9.4%) lo superarán con creces, aunque también allí las ayudas fiscales de sus gobiernos han sido bastante mayores. 

Con un crecimiento previsto del 6.4% en 2021, el más elevado de la eurozona, el Fondo espera en cualquier caso que el desfase en las cuentas mejore sensiblemente el año que viene. Para 2022 sitúa el déficit público en el 5.8% del producto interior bruto (PIB), una caída abrupta que se frenará como mínimo hasta 2026, cuando predice un déficit del 4.3%, todavía lejos del 2.9% previo al inicio de la pandemia. La extrema incertidumbre que la rodea no invita a darle demasiada fiabilidad a unas previsiones tan a largo plazo, pero de lo que no hay duda es que el Covid-19, que tuvo a España como su país más damnificado entre las economías avanzadas en 2020, dejará una factura mayúscula.

La deuda seguirá aumentando

La deuda pública, que pasó del 95% del PIB antes del inicio de la emergencia sanitaria al 117% en 2020, seguirá aumentando. El Fondo la sitúa este año en el 118.4%, el mismo porcentaje que augura en 2026. Un endeudamiento muy semejante al francés, solo superado en la eurozona por Grecia, Italia y Portugal. El caso español no es del todo excepcional. El FMI subraya que, si bien las masivas ayudas fiscales de los gobiernos han servido “para prevenir una contracción económica más severa y más pérdidas de empleos”, los déficits y la deuda pública han alcanzado “unos niveles sin precedentes” en todo el mundo. Tanto en los países ricos como en los más pobres. 

Sus economistas no tienen por el momento prisa en sacar la guadaña. Los 16 billones de dólares invertidos por los gobiernos del planeta en mitigar el impacto de la pandemia “fueron apropiados porque el Covid-19 es una emergencia sanitaria”, afirma su informe fiscal presentado este miércoles de forma virtual. Pero cuando pase la tormenta habrá que apretarse el cinturón para “reconstruir los colchones fiscales y hacer frente a los legados” de esta crisis, una asignatura que considera esencial para recuperar la capacidad de respuesta la próxima vez que la economía mundial vuelva a caminar por el alambre.

Aumento de la desigualdad

Por el momento, los bajos tipos de interés, que ayudan a financiar la deuda y relanzar la actividad económica, dejan espacio para el optimismo. Pero el Fondo también advierte que esta crisis no solo ha desnudado la desigualdad socioeconómica, sino que la ha acentuado considerablemente. “Este círculo vicioso de desigualdad podría dar paso a una ruptura social y política de dimensiones sísmicas” si no se toman medidas para corregir la tendencia. 

En ese sentido hace un llamamiento a aprovechar la recuperación para invertir en sanidad, educación y reforzar las protecciones sociales, así como dar forma a la transformación verde que requieren los imperativos del cambio climático. “En muchos casos habrá que aumentar la capacidad tributaria y mejorar la eficiencia en el gasto público”, sostiene el director de su Departamento Fiscal, Victor Gaspar. Como solución temporal, propone, entre otras cosas, aumentar los impuestos sobre la riqueza y las rentas más altas.