Salarios y orientación sexual
Las trabajadoras lesbianas ganan más que las hetero, pero menos que los gais
Un informe pionero de investigadores de la UPF acredita que la orientación sexual tiene incidencia sobre el salario que cobran los trabajadores
Gabriel Ubieto
Redactor
Periodista de economía, centrado en el mercado laboral. He crecido como redactor en El Periódico, pero antes hice prácticas en La Vanguardia y escribí durante seis meses desde Chile para Hemisfèria.cat. Ganador del premio Ramon Barnils (2015) por el reportaje "Els ultres prenen partit".
Pese a que España fue el tercer país del mundo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, ello no significa que esté libre de discriminaciones por razón de orientación sexual. Un informe pionero de investigadores de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) ha acreditado que la identidad sexual tiene incidencia sobre el salario que cobran los trabajadores. Y sus conclusiones son que las trabajadoras lesbianas cobran más que las heterosexuales. No sucede así, sin embargo, entre los trabajadores homosexuales, que ganan menos que sus homólogos heteros.
Según los datos analizados por los investigadores, un hombre heterosexual gana de media 2.213 euros al mes, uno homosexual 2.060 euros, una mujer lesbiana 1.874 euros y una heterosexual 1.723 euros. Es decir, la brecha de género sigue presente y favorable a los hombres independientemente de su orientación sexual. No obstante, en el caso de las mujeres homosexuales, esta es ligeramente inferior.
Uno de los motivos que encuentran los autores para explicar ese sesgo diferencial es que las parejas de mujeres homosexuales son más equitativas a la hora de repartirse las tareas de la casa. Lo que implica, entre otros, una menor tendencia a asumir trabajos a tiempo parcial, a rechazar horas extras o a no poder competir por ciertos pluses o variables; causas recurrentes que explican la brecha salarial de género.
“Las mujeres lesbianas son menos propensas a asumir el grueso de las tareas domésticas y de cuidados del hogar y, por lo tanto, también son menos propensas a la inactividad y al trabajo a tiempo parcial que las mujeres heterosexuales”, explica María José González, una de las autoras del estudio. Es decir, en las parejas de mujeres homosexuales no se reproducen (o se reproducen menos) los roles históricos de género: las mujeres se cargan las tareas de la casa y los hombres se centran en trabajar.
Más preparad@s, pero peor pagados
El estudio reúne evidencias que demuestran que los homosexuales-hombres o mujeres- está más formados. Tanto las lesbianas como los gays declarados reúnen mayores niveles educativos que sus homólogos heterosexuales. No obstante, pesan más otras variables y ello no se traduce en un mayor sueldo. Pues las mujeres en parejas del mismo sexo tienen un nivel educativo más alto que los hombres heteros, pero no por ello ganan más. Y los gays también están más formados por lo general que los heteros, pero cobran menos. Unas cifras que alientan la hipótesis de la discriminación por orientación sexual.
"Nuestros resultados muestran que los hombres homosexuales que viven en pareja sufren una desventaja salarial respecto a los heterosexuales que conviven bajo el mismo modelo. Y esta desventaja continua presente a pesar de tener en cuenta diferencias socio demográficas, como la presencia de hijos, el nivel educativo, el nivel ocupacional, la experiencia laboral o el sector laboral [público o privado]”, afirma González.
El estudio analiza la evolución de los salarios y sus diferencias según la orientación sexual desde el 2006, el año después de que se legalizará en España el matrimonio homosexual, y hasta el 2018, último datos disponibles. Es pionero, en tanto en que consigue realizar un cruce estimado de datos entre rentas disponibles y orientación sexual a partir de combinar datos de la EPA, de la Seguridad Social y de la Agencia Tributaria. Es así como consigue ir más allá del género y, por hogares, define la orientación sexual de los cohabitantes sobre una muestra de 190.000 personas.
La conclusión de esta investigación revela evidencias que van, parcialmente, en la línea de otros estudios, como el publicado el año pasado por el Institut d'Economia de Barcelona de la UB. Según este, la brecha salarial se reduce antes en las parejas lesbianas cuando son madres; mientras que los hombres gays no sufren penalización alguna por el hecho de ser padres.
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