Empleo

El Banco de España ve escaso margen para reactivar los ertes vigentes mientras dure la crisis sanitaria

El supervisor bancario contradice las tesis de Escrivá e insta a focalizar las ayudas en "los sectores más afectados"; en vez de intentar incentivar su reactivación

El organismo presidido por Hernández del Cos también reprocha al Ejecutivo los escasos incentivos para que los trabajadores en suspensión aprovechen el erte para formarse

Pablo Hernández de Cos

Pablo Hernández de Cos

Gabriel Ubieto

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El Banco de España ve escaso margen para que los ertes actualmente vigentes puedan reactivarse mientras dure la crisis sanitaria. Así lo constata en un informe publicado este martes en el que acredita el descenso exponencial de las probabilidades de que una empresa desactive su erte a medida que este se extiende en el tiempo, especialmente entre los sectores que arrastran mayores restricciones. Es por ello que el supervisor bancario contradice las tesis del ministro de Inclusión, José Luís Escrivá, e insta al Gobierno a focalizar las ayudas en "los sectores más afectados"; en vez de intentar incentivar su reactivación. Los autores del estudio también reprocha al Ejecutivo los escasos incentivos para que los trabajadores en suspensión aprovechen el erte para formarse.

El Banco de España considera acreditada "una elevada efectividad de los ERTE a la hora de facilitar la vuelta al empleo tras las medidas de confinamiento adoptadas en la primavera pasada", pero aquellas empresas que no han podido reactivarse -total o parcialmente- cada vez lo tienen más difícil para volver a la plena actividad mientras dure la emergencia covid. Esta es una de las conclusiones que traza el cruce de datos a través de las microvariables EPA realizado durante todo el ejercicio 2020. Según estas, las probabilidades de que un trabajador en erte se reincorporara al empleo eran del 60,4% en el tercer trimestre. Pero si dicho empleado no se reincorporaba, estas probabilidades caían a la mitad para el cuarto trimestre.

Ese grupo de empresas "dependientes del erte", es decir, que pese al relajamiento no han podido desengancharse de esta inyección de ayudas para el mantenimiento del empleo, el Banco de España la sitúa entorno al 5% de los asalariados. Lo que equivale a unas 750.000 personas (un número similar al actual volumen de afectados por erte). Sobre ese grupo el supervisor aboga por "focalizar el mantenimiento de las ayudas en las empresas que operan en los sectores más afectados hasta que se supere la crisis sanitaria".

Una tesis que difiere de las posiciones mantenidas por el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luís Escrivá. Según reiteró en una rueda de prensa la semana pasada, su hoja de ruta para la próxima prórroga de los ertes -a partir del 31 de mayo- pasa por reordenar el peso de los recursos públicos, con el objetivo de focalizar los recursos para incentivar a las empresas a reactivar a los trabajadores de los ertes. Ahí disiente el Banco de España, pues con sus cálculos considera acreditado que el grueso de las empresas que actualmente están en erte no tienen margen, mientras dure la crisis sanitaria, para abandonar su erte. Y que esa reorientación de recursos, según la tesis del Banco de España, se tornará en ineficiente.

Más formación durante la suspensión

Otro reproche que los investigadores del Banco de España lanzan al Ejecutivo en su informe es en la falta de incentivos para que los trabajadores en erte aprovechen ese periodo de suspensión e inactividad forzada por el covid para formarse y aumentar así su productividad o empleabilidad, entre otros. El supervisor insta al Gobierno a ligar los recursos públicos volcados para sostener los ertes "de forma más directa" a la "realización de actividades formativas de los trabajadores afectados, que, hasta el momento, ha sido relativamente reducida", según recoge en su informe. 

"Más de un millón de personas trabajadoras han participado en acciones formativas ofrecidas por empresas, por el SEPE a través de Fundae, por la plataforma digitalízate y también por las comunidades autónomas", replican a este respecto desde el Ministerio de Trabajo. Es decir, según esos mismos números, cerca de uno de cada tres empleados en erte realizaron algún tipo de formación durante su suspensión.

Pese a las críticas sobre determinados matices del mecanismo de los ertes, los investigadores del Banco de España consideran acreditado que esta herramienta ha mostrado durante la presente crisis su eficiencia para contener la destrucción de empleo. Los investigadores constatan que aquellos trabajadores que durante el primer confinamiento pasaron al erte tuvieron muchas más posibilidades de volver a trabajar una vez este concluyó. Hasta el punto de que si bien el 70% de los afectados por erte durante el segundo trimestre volvió a trabajar durante el tercero, solo el 40% de los trabajadores que no estuvieron en erte y perdieron su empleo volvieron a trabajar en el mismo periodo.

El 'efecto erte' está siendo uno de las diferencias significativas entre la actual crisis y las anteriores. Lo que explica, entre otros, que por primera vez en España el PIB haya caído más que el empleo. Nunca hasta ahora el recurso de los ertes había sido utilizado de manera tan transversal como durante la presente crisis. Pues durante el segundo trimestre del 2020, en el momento de máximo confinamiento, el 21,9% de los asalariados llegó a estar en un expediente de suspensión total o parcial. Lo que equivale a más de tres millones de trabajadores. En la crisis financiera de una década antes, dicho porcentaje no superó el 0,6%. Y si hace diez años el erte era algo que únicamente tuvo cierto recorrido en la industria manufacturera, en la actual pandemia ha adquirido una dimensión más transversal, aunque con un especial protagonismo del sector de la hostelería.