Webinar BBVA-EL PERIÓDICO

"La pandemia no debe ser un motivo para retrasar la internacionalización"

La coyuntura adversa del covid-19 no debería desanimar a las empresas que quieran y estén preparadas para exportar, coinciden los expertos

Contenedores en el puerto de Barcelona.

Contenedores en el puerto de Barcelona.

Guillem Tapia

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Que en las crisis aparecen oportunidades es un adagio que no por trillado deja de ser cierto. En el ámbito empresarial esto se traduce en que incluso en el periodo económicamente más nefasto que se recuerda en décadas pueden surgir cosas positivas. Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria que dio paso a la gran recesión, las exportaciones iniciaron un rally que disparó el negocio internacional de las empresas españolas hasta máximos históricos. En 2020 esta tendencia se truncó, y las ventas en el exterior se contrajeron un 10%. Sin embargo, la ‘pausa’ en la que muchas organizaciones todavía se encuentran inmersas por culpa de la pandemia del covid-19 puede ser la ocasión apropiada para que se decidan a dar el salto al exterior. 

“Es un momento tan bueno como cualquier otro para para internacionalizar una compañía. Todas las afectaciones del covid, con la movilidad y las restricciones a algunas actividades económicas a la cabeza, son coyunturales. La decisión de salir al exterior es una cuestión estratégica para hacer evolucionar la empresa que debe ir más allá de estas circunstancias”, señaló Juan José Fuentes Saiz de Bustamante, director de comercio exterior de BBVA en España, durante el webinar “¿Cómo dar el salto al negocio internacional?”, organizado por EL PERIÓDICO y BBVA.

Resumen del webinar 'Cómo dar el salto al Negocio Internacional'

Resumen del webinar 'Cómo dar el salto al Negocio Internacional'. /

Jose Ignacio Pradas, director territorial de Comercio del ICEX -la agencia estatal para la internacionalización empresarial- en Catalunya, coincide en lo oportuno de empezar a vender en el extranjero a pesar de la pandemia. “Es una necesidad más que una opción. En una época de incertidumbre como la que estamos viviendo, comenzar a exportar supone diversificar el negocio, incrementar las ventas, ganar fuerza negociadora respecto a los proveedores y mejorar la imagen corporativa, entre muchos otros beneficios”, indicó Pradas. 

Reto para las pymes

Aunque sobre el papel la posibilidad de salir a vender al exterior en un momento en el que la demanda interior está debilitada es muy atractiva, lo cierto es que internacionalizar una empresa requiere de inversión y una apuesta decidida por parte de la dirección de la misma. Y aun así es un proceso en el que se presentan muchos retos.

“Todo depende de la aversión al riesgo de cada compañía. Las empresas más conservadoras esperarán, mientras que las que puedan tolerar más incertidumbre pueden ver esta ocasión como una oportunidad para dar el paso”, valora Sílvia Ruiz, plant controller de Plastiflex, sobre la idoneidad de impulsar el negocio internacional en tiempos de pandemia. En cualquier caso, la ejecutiva destaca que cualquier empresa, antes de empezar a vender fuera de España, debe realizar un análisis interno para determinar “su posicionamiento en el mercado y respecto a sus competidores, a la vez que conocer las habilidades de su plantilla, especialmente en cuanto a lo que idiomas y experiencia en llevar a cabo los trámites burocráticos necesarios para exportar se refiere”.

Un factor que puede contribuir a incrementar el negocio internacional de las pymes es el acelerón digital que ha dado la sociedad en los últimos meses. Uno de los efectos más evidentes de este fenómeno es la adopción de las compras online como una actividad habitual en una parte muy grande de la población como consecuencia de la pandemia. Y, cuando se trata del e-commerce, las fronteras entre países se difuminan. “Para una tienda online es relativamente fácil internacionalizarse. El marketing en la red es mucho más simple que el tradicional, hay costes que prácticamente no existen -nosotros, por ejemplo, no tenemos departamento comercial-, y la complejidad de hacer un envío a una ciudad de la Unión Europea es muy similar al de mandar un pedido a Madrid o Valencia”, asegura Oriol Ripoll, director general y de operaciones de Decántalo

Internacionalización exitosa

Los casos de Plastiflex y Decántalo poco o nada tienen que ver entre sí. La primera es la filial española -con sede en Caldes de Montbui (Vallès Oriental)- de un grupo belga especializado en la producción y comercialización de mangueras, mientras que la segunda es una tienda 'on line' de botellas de vino fundada en 2010 cuyas oficinas y almacén principal se encuentran en Barcelona. Pero ambas han conseguido internacionalizarse con éxito. 

“Para nosotros es clave producir un producto de mucha calidad. Tenemos unos costes de transporte muy elevados y, por tanto, si se produce una devolución de las mangueras ,el margen de beneficio prácticamente se esfuma e incluso corremos el peligro de incurrir en pérdidas”, relata Sílvia Ruiz, de Plastiflex. La filial española consigue un 16% de sus ingresos de ventas a países como Marruecos, Turquía o Argelia.

Decántalo, por contra, es un e-commerce puro. Actualmente la firma tiene una cartera con más de 8.000 referencias de vino y comercializa sus artículos en 30 mercados distintos. “Trabajamos en 5 idiomas diferentes, pero para vender fuera el reto va mucho más allá de la traducción de una web. En cada país tenemos que competir con tiendas online que ofrecen el mismo producto que nosotros y, por tanto, nuestro servicio tiene que ser como mínimo tan bueno como el de estas empresas para conseguir que nuestros clientes nos compren”, explica Oriol Ripoll. Para lograrlo, el empresario afirma que es esencial que el contenido de la web sea tan bueno como el de las empresas locales y disponer de un buen servicio de atención al cliente y postventa. 

Minimizar riesgos. 

Devolución de pedidos, fluctuaciones de las divisas, impagos de las facturas… Son algunos de los riesgos a los que se enfrentan las empresas exportadoras. Sin embargo, existen mecanismos para minimizarlos. “Para nosotros es muy importante asegurar el abono de las facturas, y por eso siempre intentamos cobrar por adelantado. Pero muchas veces no es posible. En estos casos la contratación de pólizas se convierte en algo fundamental”, indica la plant controller de Plastiflex. Llegados a este punto, juegan un papel importante las entidades financieras. 

“Es normal que en una venta internacional haya cierta desconfianza, sobre todo si no hay un historial previo de operaciones. Nosotros podemos ponernos de acuerdo con el banco del cliente para que, si la mercancía llega en las condiciones acordadas, el pago esté asegurado”, explica Saiz de Bustamante, directivo de BBVA. Los seguros de cambio y compraventa de divisas, los créditos documentarios o el factoring internacional son algunos de los servicios que ofrecen los bancos para reducir los riesgos asociados a las exportaciones. 

En el caso de los e-commerce como Decántalo, los riesgos financieros son mucho menos elevados, ya que las compras las pagan los usuarios antes de recibir el producto. “En los negocios 100% online gestionamos las transferencias internacionales e integramos herramientas como Google Pay y Apple Pay en las pasarelas de pago”, señala el directivo de BBVA. “Además -prosigue Saiz de Bustamente- ponemos a disposición de las empresas un equipo experimentado en materia de exportaciones y personal que, aunque normalmente no está en contacto con el cliente, se encarga de solventar las incidencias que pudieran surgir, por ejemplo, en un pago internacional”.

Las exportaciones agroalimentarias suben, las industriales resisten

Si bien el negocio internacional de las empresas españolas se debilitó en 2020 como consecuencia de la pandemia -y en menor medida por el impacto negativo del Brexit-, algunos sectores aguantaron bien el embate e incluso consiguieron crecer en términos interanuales. El ejemplo más claro es el de las exportaciones agroalimentarias. En el caso de Catalunya, la comercialización de bebidas, alimentos y derivados en el extranjero repuntó un 6,62%, hasta alcanzar los 11.435 millones de euros. Este crecimiento también permitió que la comunidad catalana superara a Andalucía como la región más exportadora en este sector. 

Las ventas de las empresas industriales también resistieron el pasado ejercicio. Según una encuesta de la Asociación de las Empresas Industriales Internacionalizadas (Amec) -que si bien no representa a todo el sector sí es una organización muy significativa-, la industria catalana registró una alza del 0,35% en el volumen de sus exportaciones. No obstante, el mismo informe también indica que dos tercios de las compañías redujeron ventas y la facturación conjunta cayó un 1,27%. Para el ejercicio actual las previsiones son bastante más halagüeñas y la entidad prevé que sus asociados mejoren su facturación exterior en un 9,3%