Ofensiva pública y privada contra el escaqueo en el teletrabajo

El teletrabajo ha supuesto toda una revolución en la vida laboral. Y como todos los grandes cambios no ha estado exento de polémica. Por un lado, las facilidades: el ahorro de tiempo y gastos de desplazamiento, la comodidad del hogar, la posibilidad de distribuirse la jornada, una mayor conciliación... Y por el otro, las dificultades: necesidad de una buena conexión a la red, de equipamiento informático, los problemas derivados del aislamiento, la carga de unir trabajo, casa y familia...

Aunque su implantación fue forzada por el covid-19 es evidente que sobrevivirá a la pandemia. Y al pasar de una medida excepcional a una fórmula habitual, la picaresca ha hecho su aparición en la oficina en casa. Por ello, entidades públicas y privadas lanzan una ofensiva contra el "escaqueo" en el teletrabajo.

Control de rendimiento en las administraciones públicas

Galicia fue la primera comunidad en adaptarse a la normativa del teletrabajo aprobada por el Gobierno, y también es de las primeras en anunciar un sistema de monitorización de la jornada laboral que implantará en 2022. Para erradicar las ausencias injustificadas ante el ordenador, la Xunta vigilará el cumplimiento del horario y de las tareas asignadas así como el rendimiento o la carga de trabajo de su plantilla. Esta medida forma parte del nuevo plan de mejora de los servicios públicos que pondrá en marcha el próximo año y que contempla el uso de alguna herramienta informática. Actualmente, el Gobierno gallego permite a sus empleados teletrabajar la mitad de sus jornadas mensuales.

Junto a Galicia, otra comunidad que anunció la monitorización y evaluación del teletrabajo de sus servidores públicos es la de Madrid. Cuando se adaptó a la normativa estatal, en el pasado otoño, explicó que incorporaría la "flexibilidad y la cultura del trabajo por resultados" mediante un plan individual basado en el cumplimiento de objetivos y el control del rendimiento.

La implementación del "home office" es muy desigual por autonomías, con porcentajes muy bajos como en el caso de Extremadura, y también discontinua, ya que las comunidades autónomas afrontan sus desescaladas con restricciones muy diferentes.

Detectives a sueldo en la empresa privada

Un buen número de empresas ha tirado de detectives privados para destapar las conductas engañosas entre sus asalariados. "Realmente estamos comprobando que hay gente que deja su ordenador encendido y se pasa el día fuera de casa: va al gimnasio, al supermercado...”, relata Pedro Rodríguez, investigador privado en Ábaco Atlántico.

No solo grandes empresas sino también pequeños despachos de abogados, asesorías o talleres han contratado los servicios de detectives. Estos se centran en el cumplimiento del horario laboral y su vigilancia ha destapado reiteradas ausencias por parte de los trabajadores bajo sospecha.

Un "chivato" en el ordenador

Otras empresas privadas optan por soluciones más amplias y sencillas para controlar a sus empleados: aplicaciones y 'software' de vigilancia. A través de ellos pueden monitorizar su actividad y medir el tiempo que pasan trabajando.

Las compañías pueden encargar sus propios programas de seguimiento, con las variables específicas aplicables a las tareas a realizar, o tirar de herramientas disponibles en la red que van desde las capturas de pantalla aleatorias hasta el cómputo de las URL que visitan. Algunas más completas miden la productividad.

La empresa siempre deberá poner en conocimiento de la plantilla el uso de estos programas "espía", que solo estarán activos durante la jornada laboral.

Suscríbete para seguir leyendo