Jóvenes

La pandemia dificulta el salto de las prácticas al empleo

La parálisis en la contratación de las empresas, sumada al aislamiento de los becarios derivado del teletrabajo, complica la transición de los estudios al mercado laboral

El mal uso, cuando no fraudulento, de la figura del becario ya era una asignatura pendiente antes de la pandemia tanto en el sector privado, como en las universidades  

Varios trabajadores en la oficina.

Varios trabajadores en la oficina. / economia

Gabriel Ubieto

Gabriel Ubieto

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El 2020 ha sido un año perdido en muchos sentidos y para muchas personas, entre ellas los jóvenes en prácticas. El ‘todo el mundo a sus casas’ que invocó el Gobierno con el primer estado de alarma dejó a muchos estudiantes sin la posibilidad de bregarse en una empresa y dificultó con ello la transición del aula al trabajo. Un salto que las organizaciones juveniles denuncian que es más difícil con el coronavirus. Y, mientras tanto, el mal uso, cuando no fraudulento, de la figura del becario persiste tanto en el sector privado, como en las universidades.

Las prácticas, ya sean curriculares o extracurriculares, son uno de los primeros peldaños del estudiante en su carrera profesional. Según un informe de la OCDE de 2015, uno de cada tres becarios fueron contratados una vez finalizaron sus prácticas. Una cifra similar arroja el último estudio de inserción laboral de los estudiantes de FP elaborado por la Generalitat: el 25,5% de los graduados con empleo declararon haber encontrado ese trabajo en la misma empresa donde habían realizado las prácticas.

Y el coronavirus cortó en muchos casos en seco esa vía. “Tras el estado de alarma recibimos muchísimas consultas de gente que se quedó colgada y todavía no ha podido acabar sus prácticas”, explica la responsable de juventud de CCOO de Catalunya, Irene Ortiz. “Muchas universidades obligan a las empresas a realizar las prácticas de manera telemática y hay empresas que se niegan. Es un problema porque la gente no puede acabar la carrera”, añade su homóloga de UGT, Elena Ferro

Fenómenos que han aflorado en el mundo del trabajo tras la irrupción del virus no han jugado a favor de los jóvenes en ese sentido. “Hacer las prácticas en una empresa donde la gente está teletrabajando o en erte es complicado. Unos vienen un día, otros otro… el estudiante al final va perdido y nadie está por él para enseñarle”, afirma Ferro. 

El salvavidas de los ertes es a su vez un tapón en la contratación de los más jóvenes, pues las empresas con un expediente abierto tienen, por ley, prohibido contratar. “En otras crisis las empresas aprovechaban para despedir a los más veteranos, con salarios más altos, y contratar a gente joven, con sueldos más bajos, y así ahorrar costes. En esta, por el momento, es difícil que sea así”, señala el profesor de economía de la UB Joan Antoni Alujas

La figura del becario, una asignatura pendiente

En barbecho quedó el proyecto de ley que inició el anterior Gobierno (del PSOE en solitario) que pretendía regular la figura del becario y obligar a las empresas o universidades que cotizaran a la Seguridad Social durante las prácticas de estos estudiantes. Pues si bien las becas pueden ser una pasarela para un contrato laboral, también pueden ser una trampa para cubrir puestos de trabajo a bajo coste. Tanto en el sector privado, como en el público. Así lo denuncian desde la plataforma Becàries en Lluita UB, que alegan que la Universitat de Barcelona emplea estudiantes en prácticas para cubrir puestos estructurales. Antes del covid, en las cuatro principales universidades catalanas habían unos 1.400 becarios.

Desde la dirección del centro público replican que su modelo ya ha sido revisado por la justicia, pues dos estudiantes denunciaron por dicha cuestión y dos tribunales diferentes fallaron a favor de la UB. No obstante, un informe interno de la propia universidad reconoce que, en puestos como el archivo histórico de la UB, “la falta de personal técnico y la gran cantidad de becarios supliendo puestos de trabajo reales ha hecho que muchos proyectos no se puedan realizar”, según el documento al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. 

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