Diálogo social

La CEOE rechaza negociar la reforma laboral que el Gobierno remitió a Bruselas

Los sindicatos aprietan para hablar de subcontratación, ultraactividad y prevalencia de convenios; mientras la patronal pretende ceñirse a las políticas activas y la modificación de los tipos de contratos

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Gabriel Ubieto

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El Ministerio de Trabajo ha retomado este miércoles con patronal y sindicatos las negociaciones para abordar la contrarreforma laboral comprometida en su programa de Gobierno y remitida, a su vez, a Bruselas. Tras un año con las mesas de diálogo social paradas en lo referente a esta cuestión, los agentes sociales y el equipo de Yolanda Díaz volvieron a la carga con planteamientos divergentes. Tras más de cuatro horas de reunión, la CEOE ha manifestado su rechazo a reiniciar las conversaciones donde se quedaron antes de la pandemia, mientras los sindicatos han presionado a Trabajo para marcarle el terreno a los empresarios y volver a hablar de ultraactividad, prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa y subcontratación; los puntos donde se quedaron hace un años las conversaciones. 

Hacía 12 meses que los negociadores de Trabajo, CEOE, CCOO y UGT no se veían las caras para hablar de hasta qué punto y cómo desmontar la reforma laboral del PP. No obstante, la principal diferencia en este segundo asalto es que las diferentes piezas de esa nueva arquitectura laboral diseñada por el Gobierno figuran en la agenda legislativa remitida a Bruselas para este 2021 y que condicionará el despliegue de los fondos europeos para la reconstrucción. «Derogaremos la primera parte de la reforma laboral este 2021. [...] Lo que llevo a Bruselas lo voy a hacer», fue el compromiso que manifestó la ministra Yolanda Díaz el mes pasado en la entrevista con EL PERIÓDICO

La cuenta atrás ha vuelto a comenzar este miércoles, aunque el resultado de la primera toma de contacto ha tendido más a la dilación. Tras más de cuatro horas de conversaciones, la patronal ha dejado claro que ahora no toca hablar de la reforma laboral que pretende Díaz. «Hemos trasladado en la mesa que no es el momento de abordar la reforma laboral que se plantea, sino de avanzar en las políticas activas de empleo o la reducción de la dualidad del mercado laboral, como nos indican desde la UE», comentan fuentes de la CEOE.

El Ministerio capitaneado por la inminente vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, remitió a Bruselas una documento con 17 reformas y la patronal pretende empezar por aquellas que no le suponen un retroceso en las posiciones que ganó con Mariano Rajoy. Los sindicatos ven en el planteamiento de la patronal una estrategia dilatoria, similar a la empleada en la reciente negociación de la Ley Rider. Que para una norma de dos artículos y una disposición adicional se demoró cinco meses. Y piden a Trabajo que le marque las posiciones a los empresarios y que el próximo 30 de marzo, cuando las partes vuelven a estar citadas, acuda con un documento de trabajo con los puntos concretos sobre los que comenzar a negociar.

Las 4 claves de las negociaciones

Negociación colectiva

El eufemismo que han acuñado desde el Ministerio de Trabajo para uno de los principales bloques de su contrarreforma laboral es la "modernización de la negociación colectiva". Esta consiste en la recuperación de la ultraactividad, es decir, que un convenio colectivo no decaiga si empresa y sindicatos no consiguen pactar uno nuevo. Queda por ver si dicha ultraactivdad (ahora de un año) pasará a ser indefinida o se ampliará el periodo de vigencia.

La prevalencia de los convenios sectoriales sobre los de empresa es otro elemento. Esto es que un pacto individual en una empresa nunca puede ser dejar en peores condiciones a los trabajadores respecto al convenio sectorial. Actualmente hay empresas que compiten con salarios a la baja a través de sus propios convenios. La incógnita en este punto es si Trabajo recuperará la prevalencia en las mismas condiciones que antes del 2012 o equiparará solo algunos aspectos.

La tercera pata de este taburete es la modificación sustancial de las condiciones de trabajo de manera unilateral por parte de la empresa. La negociación versará en función de como de limitada quedará esta competencia.

La incógnita de la subcontratación

La subcontratación se erige como uno de los puntos más calientes de la negociación que reinician este miércoles los agentes sociales con el Gobierno. La patronal no ve con buenos ojos tocar este tema y no está clara la amplitud de la reforma que pretende Trabajo, mientras los sindicatos denuncian que la subcontratación es una puerta a la rebaja de las condiciones de trabajo. Está por ver si la nueva reforma acaba limitando la subcontratación a solo unos supuestos de especialización, si implica una equiparación de las condiciones de trabajo respecto a la empresa principal o qué cariz acaba surgiendo de las negociaciones.

Al ser un tema especialmente espinoso, no sería descartable que dicha cuestión se dilatara en el tiempo y se acabara vinculando no tanto a la carpeta de negociación colectiva, sino a la reforma de la contratación y la estabilidad en el empleo.

Tipos de contrato y estabilidad en el empleo

La dualidad en el mercado laboral entre unos trabajadores temporales precarios y unos indefinidos con mejores condiciones, es la eterna asignatura pendiente de España para con Europa. Con el fin de atajarla y reducir los altos índices de temporalidad (ya existían antes de la reforma laboral del PP), Díaz pretende una reformulación de los tipos de contrato, para limitar los temporales y prodigar más los indefinidos. Entre los planes del Ejecutivo está reformar también los contratos fijos-discontinuos y que, en muchos supuestos, estos acaben sustituyendo a los temporales en determinados ramos de actividad, como, por ejemplo, la hostelería.

Las partes deberán dirimir sobre si esta reforma de los tipos de contratos pasa por modificar los costes del despido, modificar los periodos de prueba o el grado de cotización en función del tipo de contrato, entre otros.

Los ertes y las alternativas al despido

La consolidación de la figura de los ertes más allá del virus, tras los buenos resultados que ha mostrado durante los últimos 12 meses, es otro de los puntos remitidos por el Gobierno a Bruselas. El compromiso es aumentar el grado de ayudas públicas para aquellos expedientes temporales no vinculados con situaciones de emergencia, pero si de caída de actividad transitorias. El modelo alemán es un referente compartido, para el que el Ejecutivo debería aumentar su aportación de fondos, las empresas y los trabajadores también contribuir mediante cotizaciones y entre los tres pactar compromisos de mantenimiento del empleo y reciclaje profesional en competencias.

Díaz ha insistido en varias ocasiones en que su hoja de ruta para con la estabilidad en el empleo pasa más por incentivar alternativas al despido para las empresas, más que en penalizar en mayor medida o vetar las posibilidades del despido.