Economía de plataformas

Deliveroo da el paso, pese a sus 260 millones en pérdidas, para cotizar en la bolsa de Londres

La compañía de reparto se revaloriza el 64% durante el 2020 y la dirección comunica que sus operaciones alcanzaron un importe de 4.775 millones de euros

La firma fundada en Londres se mantiene por séptimo año consecutivo en pérdidas y su último ejercicio lo cerró con 260,7 millones de euros en números rojos 

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Deliveroo ha formalizado su intención de pasar a cotizar en la Bolsa de Londres. La compañía digital de reparto, siguiendo su estrategia de expansión, da el paso para abrir su capital a más accionistas y ha notificado este lunes una Expected Intention to Float (EIF), tal como consta en la página web de la London Stock Exchange. Según ha hecho público la compañía en una nota informativa, el 'pandémico' 2020 ha sido un año de revalorización para las mochilas azul celeste, pese a los números rojos que arrastra desde su fundación en el 2013. Deliveroo ha declarado formalmente ante la bolsa que sus operaciones están valoradas en 4.775 millones de euros, el 64% más que hace un año. La firma fundada por Will Shu, actual consejero delegado, mantiene su línea de ampliar la financiación tras cerrar el 2020 con unas pérdidas de 260,7 millones de euros.

La empresa de reparto fundada en Londres en el 2013 y que actualmente tiene presencia en 12 mercados, operando en 800 ciudades y repartiendo vía 100.000 'riders' da un paso más para inyectar más capital a su rueda. Si en ejercicios anteriores consiguió levantar rondas de financiación multimillonarias -Amazon entró en su capital con 515 millones de euros en el 2019-, ahora espera seguir captando nuevos fondos para seguir creciendo por la vía de las acciones bursátiles. Será la primera compañía digital de reparto que se lanza a los parqués -otras como Glovo todavía no han activado esa vía- y lo hará sin conocer todavía un ejercicio de beneficios.

Deliveroo cerró el 2020 con un balance negativo de 260,7 millones de pérdidas, según recogen varios medios británicos como The Guardian. Fue un año 'menos malo' en comparación con ejercicios precedentes, pues la firma dirigida por Shu redujo sus pérdidas el 29%. Crecimiento y elevadas pérdidas acumuladas es un esquema común entre las grandes 'apps' de reparto a domicilio. Deliveroo es la tercera, en cuota de mercado, empresa de reparto en España, por detrás de Just Eat y Glovo; fundada esta última en Barcelona y con un modelo similar. La firma de las mochilas amarillas perdió en el 2019 casi 200 millones de euros, pese a triplicar sus niveles de facturación. Este 2020 prevén pérdidas, tal como reconoció su consejero delegado, Óscar Pierre, en una entrevista con EL PERIÓDICO, pese a doblar sus ingresos.

Deliveroo repartirá 18 millones entre sus riders

En un contexto en el que los tribunales están censurado en las principales economías del Viejo Continente el modelo laboral de las plataformas de reparto, Deliveroo pretende acompañar su salida a bolsa de una gratificación para sus repartidores. La compañía ha anunciado la creación de lo que ha denominado "Fondo de Agradecimiento", una partida de 18,6 millones de euros a distribuir entre los repartidores "que hayan completado un mayor número de pedidos"; según ha hecho público en su nota. Reino Unido es la excepción laboralmente hablando en relación al modelo de estas plataformas, pues mientras los tribunales están fallando mayoritariamente contra la tesis de que los 'riders' son autónomos, en las Islas el Tribunal Superior de Justicia falló en el 2018 a favor de dicho modelo. En contra de los pronunciamientos más recientes de España o Italia, entre otros.  

En España, la nueva 'Ley Rider' que negocia el Ministerio de Trabajo con patronal y sindicatos encara su recta final. Fuentes consultadas del diálogo social insisten en que su aprobación es inminente, tras cuatro meses de negociaciones. La patronal no está nada claro que acabe apoyando este proyecto, de igual forma que el equipo de Yolanda Díaz no ha decidido todavía qué forma tendrá la nueva ley. Si será un real decreto, que entrada en vigor inmediata, o vía proyecto de ley, que debe pasar primero por el Congreso y que puede ser susceptible de cambios legislativos por parte de los partidos.