Productos financieros

PIAS: un plan B de ahorro para el futuro

Los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) son seguros de vida-ahorro que generan una renta vitalicia para la jubilación

Planes Individuales de Ahorro Sistemático

Planes Individuales de Ahorro Sistemático / Fabian Blank

Agustina Barbaresi

Agustina Barbaresi

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Cuando se le pregunta a los gestores de patrimonio qué es lo más importante a la hora de ahorrar, la respuesta mayoritaria es “trazar una hoja de ruta, un plan de futuro”. Es decir, tener claras las metas que se tienen a largo plazo y escoger los productos más adecuados para alcanzarlas, valorando los costes y el retorno que se puede obtener. 

Uno de los clásicos del ahorro a muy largo plazo es el plan de pensiones, pero no es ni mucho menos la única opción. También se puede recurrir a alternativas en el mundo de los seguros, como los Planes Individuales de Ahorro Sistemático. Los PIAS son seguros de vida-ahorro que incorporan un componente de inversión y “se caracterizan porque la rentabilidad positiva que se genera cuando desde la primera aportación pasan más de 5 años, está exenta en el IRPF, siempre que se cobre en forma de renta vitalicia” en el momento de la jubilación, explica Jesús Pérez, profesor del IEB. Pérez añade que, al ofrecer en muchas ocasiones diferentes carteras o estrategias ajustadas a distintos perfiles de riesgo, “se pueden adaptar a cualquier tipo de ahorrador”. En caso de fallecimiento, el ahorro pasa a manos de los herederos del ahorrador designados.

Los PIAS son una opción muy interesante por su fiscalidad y adecuada para los que quieran generar una renta estable en el momento de su retiro que complemente a la pensión pública. Esta renta se extraerá del capital total aportado (que no puede superar los 8000 euros anuales o los 240.000 en total) y de la rentabilidad que haya generado esa ahorro con los productos en los que haya sido invertido (fondos de renta variable o renta fija, por ejemplo). Por ejemplo, el CABK Destino 2030 de VidaCaixa, que invierte en torno al 60% de la cartera en bolsa, lleva una rentabilidad acumulada en el año del 2,65% (similar al 2,28 que acumulan otra opción, el Aegon Estrategia5 en su versión o cesta moderada) y a 5 años presenta un rendimiento anualizado del 4,55%.

Extraer el dinero antes de generar la renta supone “perder las ventajas fiscales y tributará como rendimiento del capital mobiliario”, tal como advierte Catalana Occidente en la descripción de su producto. Y, hablando de tiempos, aunque se puede disfrutar de las ventajas fiscales del PIAS cuando la inversión se mantiene al menos 5 años, esta se puede rescatar desde el primer momento sin los supuestos que establecen, por ejemplo, los planes de pensiones. Eso sí, las propias entidades que los comercializan recomiendan tenerlos unos 10, 12, 15 o más de 20 años.

En lo que respecta a los costes, hay que tener en cuenta los llamados costes únicos, que incluyen los de entrada y salida que se producen al adquirir el producto. La mayoría de veces son del 0% a la entrada (sin incluir, eso sí, los costes de distribución que pueda cobrar la entidad desde la que se invierte en el producto). Y rara vez superan el 1% al salir, aunque varían en función de la cartera contratada. Eso sí, la diferencia la marcan los costes recurrentes anuales, que incluyen los costes de operación de la cartera, de transacción, de gestión de las inversiones o mantenimiento. Por ejemplo, los costes de operación de cartera no se elevan mucho más del 0% salvo casos como el de IberCaja PIAS LINK, pero el resto de costes recurrentes puede suponer una gran diferencia, desde el máximo del 0,86% que cobra precisamente este mismo producto de IberCaja hasta el 4,27% máximo que supone el Mediolanum Futuro Extra PIAS.

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