Avances en la investigación

Pharmamar se dispara en bolsa al abrir esperanzas en avances de un tratamiento contra el covid

La firma difunde un estudio de 'Science' que ha constatado la reducción de un 99% en cargas virales en ratones

Los títulos de la compañía se disparan hasta el 21% y acumulan un alza del 127% en un año

Instalaciones de Pharmamar en Madrid.

Instalaciones de Pharmamar en Madrid. / Reuters / Susana Vega

Eduardo López Alonso

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La farmacéutica gallega afincada en Madrid Pharmamar se ha disparado en bolsa por encima del 21% este martes tras comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) los avances registrados en la búsqueda de un remedio contra el SARS-Cov-2, el covid-19. La revista científica 'Science' ha confirmado la "potente" actividad de plitidepsina como elemento antiviral en comparación con otros antivirales y además con muestras de toxicidad limitada. Pharmamar se ha revalorizado en bolsa el 127% en un año. 

Fuentes de la empresa reconocieron que todavía es pronto para fijar calendarios o hablar de mercados y expectativas de negocio, pero el solo hecho de afrontar la etapa tres de experimentación (pruebas clínicas con humanos) supone un espaldarazo para una farmacéutica que vive un momento dulce, crecimiento y expectativas bursátiles (y por lo tanto de valoración) impredecibles hace un par de años. La pruebas clínicas se realizarán en España, pero también en otros países (seguramente EEUU). Según 'Science', los ensayos realizados hasta ahora confirman que el uso de plitidepsina redujo la replicación viral, "lo que resultó en una disminución del 99% de las cargas virales en el pulmón de los animales tratados".  

Pharmamar nació formalmente en 1986 pero se forjó en la práctica en el 2015 como consecuencia de una fusión inversa (la filial se comió a la matriz) con Zeltia. La farmacéutica fagocitó a la química y abrió una nueva etapa que ha sorprendido incluso a su presidente José María Fernández Sousa-Faro (1945), gallego e hijo del fundador de Pescanova. El 'gallego power' de Pharmamar se mantiene pese a que la compañía trasladó sus activos a Madrid, a Colmenar Viejo, actual sede. Uno de los accionistas de referencia es Sandra Ortega, hija del fundador de Inditex.  

El año de pandemia fue aprovechado por Pharmamar para consolidar su potencial y en términos financieros ha recibido claramente el beneplácito de los mercados. Además, cerró el tercer trimestre del 2020 con unos beneficios de 160,7 millones de euros en los nueve primeros meses del año. La 'biotech' confiaba en octubre en lograr hasta 700 millones de euros en royaltis en función del éxito de sus investigaciones. Las ventas pasarían según la última previsión a 255,3 millones de euros en el 2020 frente a los 85,8 millones del 2019. La deuda se sitúa en torno a los 60 millones y la posición de caja a finales del tercer trimestre era de 249 millones. La plantilla es de unas 700 personas. 

La aprobación en EEUU en junio de la comercialización de un segundo antitumoral de su cartera de I+D, un logro jamás conseguido por ningún otro laboratorio español, fue la chispa para que la firma entrase en una nueva división farmacéutica. También, tras la terapia oncológica Yondelis, se autorizaban la entrada en fase tres de desarrollo de Zepzelca, un medicamento para cáncer de pulmón microcítico. El resultado fue el ingreso de un pago de 100 millones de dólares de su socio Jazz Pharmaceutical, y la posibilidad de recibir hasta otros 150 millones adicionales una vez se produzca el visto bueno definitivo. Jazz ya había pagado 200 millones en la firma inicial del acuerdo. Fruto de esos avances en la investigación y la mayor negociación del valor en la bolsa, Pharmamar entró a formar parte del Ibex 35 en septiembre del año pasado, una promesa de liquidez del valor que ha transformado la situación y ha dotado de protagonismo a Pharmamar. El artículo de 'Science' colma las expectativas creadas. 

La clave actual de Pharmamar es Yondelis, pero también una estructura empresarial ágil e internacionalizada. Su participación en otras compañías en áreas que deben definir el futuro farmacéutico es especialmente valorada por los inversores. Es el caso de Genómica, primera empresa española en el campo del diagnóstico molecular o Sylentis, dedicada a la investigación de las aplicaciones terapéuticas del silenciamiento génico. La acertada diversificación es clave en un sector que vive de expectativas y los altibajos bursátiles son resultado directo del riesgo asumido a la hora de confiar en que un determinado avance científico llegará a los mercados.

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